l Un simposio abordó todas las dudas sobre la correlación del síndrome de déficit de testosterona (SDT) y sus implicaciones clínicas

l Los expertos coinciden en los beneficios de la aplicación de tratamiento sustitutivo con esta hormona en casos bien valorados

| 2011-05-06T16:04:00+02:00 h |

E. Sainz Corada

Enviada especial a Palma

La edad avanzada en el hombre no comporta la pérdida de la capacidad fértil ni cambios hormonales de forma constante. Sin embargo, pasados los 50 años muchos presentan una disminución en los niveles de testosterona —entidad clínica que se denomina síndrome del déficit de testosterona (SDT)— pudiendo dar lugar a diversos síntomas.

También conocida como “andropausia” o hipogonadismo de inicio tardío, existe cierto debate en cuanto a su medición, diagnóstico y tratamiento. “Lo cierto es que no hay una correlación muy clara entre lo que el laboratorio nos dice sobre niveles bajos de testosterona y la clínica que presenta”, reconoce Ana Puigvert, presidenta de la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (Asesa). “Hay pacientes que tiene mucha clínica de SDT pero no tienen rasgos claramente patológicos y a la inversa. Esto nos hace preguntarnos qué es lo que pasa aquí. Sabemos que cada varón tiene su tasa de testosterona de nacimiento y que llega un momento en el que empieza a bajar. Pero no todos responden igual a la testosterona ni tienen la misma tasa. Y aquí es donde hay que trabajar”, dijo.

Con la intención de mejorar el conocimiento sobre este tema tuvo lugar el simposio “Cómo abordar la salud del hombre sin morir en el intento” dentro del Congreso Nacional de Asesa celebrado en Palma de Mallorca, y en el cual se debatieron los problemas de diagnóstico o las dudas sobre el uso terapéutico de esta hormona en la consulta.

Tal y como explicó José María Pomerol, del Instituto de Andrología y Medicina Sexual (Iandroms) de Barcelona, muchas de estas cuestiones fueron aclaradas en un estudio publicado el año pasado en la revista New England Journal of Medicine. Para este trabajo, el equipo de investigación, del Imperial College de Londres y la Universidad de Manchester, midió los niveles de testosterona en 3.369 hombres de 40 a 79 años y luego correlacionaron estos niveles con diferentes síntomas.

“De los 32 síntomas posibles, sólo nueve se relacionaron con menores niveles de testosterona. Tres fueron físicos, como no ser capaz de realizar una actividad física extenuante, de caminar más de un kilómetro o no poder agacharse, y tres psicológicos, como tener poca energía, tristeza y fatiga”, señaló. Pero estos seis síntomas sólo se relacionaron en forma periférica con bajos niveles de testosterona. Fueron tres síntomas sexuales (las erecciones matutinas menos frecuentes, un menor deseo sexual y la disfunción eréctil,), los que más se relacionaron con la testosterona.

Por su parte Antonio Martín Morales, responsable de la Unidad de Andrología y Medicina Sexual del Hospital Carlos Haya de Málaga habló sobre si se debe medir la testosterona total o libre (realizada a partir de los valores de la total, de la proteína SHBG y de la albúmina) explicó que únicamente el uno por ciento lo hace de forma libre, siendo ésta la que actúa sobre las diferentes funciones. Por este motivo, aparte de la testosterona total, en ocasiones será importante determinar la forma libre, y que la hora más propicia para tomar la muestra sérica será “entre las 7 y las 11, pues la hormona muestra variaciones diurnas, con un pico máximo entre las 6 y las 8 y uno mínimo entre las 18 y las 20 horas”, recomendando el uso de la fórmula Vermeulen para su m edición para los casos ‘borderline’ (valores entre los 6-8 nanomoles por litro).

Cuando se demuestra que existe una testosterona baja y algunos de los síntomas característicos, (tras realizar una historia clínica y una exploración física para detectarlos) debe realizarse un tratamiento sustitutivo con testosterona ya sea mediante la aplicación diaria de un gel, parches o inyección intramuscular.

En este último caso destacó undecanoato de testosterona de acción prolongada (Reandron, comercializado por Bayer HealthCare), el primer tratamiento inyectable de este tipo para el hipogonadismo masculino, pues “amplía los intervalos entre inyecciones”. Así, “en pacientes nuevos la posología recomendada sería una dosis cada seis semanas (durante 24 semanas), y después cada once (hasta la semana 60); en aquellos ya tratados se pondría cada ocho”, dijo Martín Morales.

TST y cáncer de próstata

Una de las principales dudas abordadas durante el simposio fue el uso de la testosterona y el riesgo de cáncer de afectación prostática. A este respecto los expertos se mostraron tajantes afirmando que “no hay ninguna evidencia científica de que el del tratamiento sustitutivo con testosterona produzca cáncer de próstata”, aseveró Pomerol. Es más, según demuestran algunos trabajos “tras el tratamiento con Reandron se ha visto que el volumen prostático se mantiene y el PSA no se modifica”, continuó. “Se trata de un mito que hay que erradicar”, coincidió Martín Morales, quien además abogó por su empleo también en casos de prostactectomía radical estimando “plazo razonable” para iniciar el tratamiento un año después de realizarse.

Mantener los niveles adecuados de testosterona es vital para garantizar una buena salud. Coincidiendo con la celebración del congreso se puso en marcha la campaña “Tenemos una edad”, dirigida a los varones de más de 40 años cuyo objetivo es el de concienciar a la población masculina de la necesidad de realizarse controles a partir de esa edad y de visitar al médico al menos una vez al año para controlar sus niveles de testosterona ya que puede disminuir con la edad lo que usualmente provoca efectos negativos en la líbido y en la erección.

Con ese fin, y gracias a la colaboración entre Asesa y la farmacéutica Bayer, durante los días que duró el congreso se llevaron a cabo tests de medición de la testosterona. Así, se recogieron un total de 138 muestras tomadas tanto a los médicos participantes como a todos aquellos ciudadanos que quisieron acercarse a hacerse la prueba (un simple análisis de sangre) de forma totalmente gratuita.

También está previsto se lleve a cabo en diversas ciudades de nuestro país en los próximos meses.

Vinculado a esta iniciativa, se ha iniciado el estudio Presiden que medirá los niveles de testosterona en los españoles. El trabajo pretende aportar datos sobre la población en relación con el síndrome de déficit de testosterona, que puede afectar a los hombres a partir de los 40 años.