| martes, 18 de junio de 2013 h |

Una investigación internacional en la que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha revelado que la bacteria Bifidobacterium bifidum, conocida por sus propiedades probióticas, utiliza una serie de proteínas especializadas expresadas en forma de apéndice (pili) para interaccionar con su hospedador, el intestino. Concretamente, estos apéndices situados sobre la superficie de la bacteria son los que se ensamblan a las células intestinales humanas.

Gracias a técnicas de genómica funcional, este equipo de investigadores ha identificado también que la bacteria B. bifidum posee tres tipos diferentes de pili, cada uno de ellos con una función determinada y con distintos patrones de expresión dependiendo de las condiciones ambientales. Así, si bien ya se conocia la función de esta bacteria en el equilibrio de la flora intestinal, “hasta ahora, había muy poca información sobre los mecanismos empleados por esta bacteria para colonizar el intestino”, explica Borja

Sánchez, investigador del CSIC en el Instituto de Productos Lácteos de Asturias y colaborador en este estudio.

Por su parte, el investigador del CSIC en el mismo centro y que también ha colaborado en el trabajo, Abelardo Margolles, considera que este es uno de los pocos estudios que demuestran que algunas bacterias probióticas son capaces de emplear pili como factores de colonización intestinal. Ahora, este hallazgo podría favorecer la búsqueda y desarrollo de otros organismos y productos probióticos.

La investigación ha sido dirigida desde la Universidad de Parma, en Italia, y ha contado con la participación, además del CSIC, de investigadores de las Universidades de Cork, en Irlanda, y de Milán y Verona, en Italia.