25º Congreso del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología

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| viernes, 19 de octubre de 2012 h |

Ante la ausencia de buenos biomarcadores en Psiquiatría, la comunidad científica no ceja en su empeño de lograr una medicina personalizada o más precisa en esta especialidad a través de marcadores clínicos. Así, el DSM-5, la quinta actualización del Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría prevista para mayo 2013, pasa de una definición categorial a otra dimensional de los episodios mixtos en trastorno bipolar I, de forma que los estados mixtos se consideren no una enfermedad en sí con unos criterios rígidos de cumplimiento sino un subtipo de manía o depresión. “Ello permitirá caracterizar mejor y determinar si en una manía hay síntomas depresivos asociados, lo que indicará al psiquiatra que debe estar más atento al riesgo de suicidio, porque el paciente está activado y triste a la vez, o bien, qué fármacos tienen mejores datos en pacientes mixtos para prescribirlos”, subraya Eduard Vieta, jefe del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic de Barcelona, que presentó en Viena en el marco del 25º Congreso del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología los resultados preliminares del estudio Impact (Investigating Manic Phases And Current Trends) en trastorno bipolar I.

Según esta investigación, promovida por Lundbeck, el 64 por ciento de los pacientes con trastorno bipolar I han experimientado sentimientos depresivos durante un episodio de manía. “Los síntomas depresivos pueden tener gran impacto en los pacientes con trastorno bipolar. Ahora bien, el impacto se agrava cuando la depresión ocurre durante un episodio de manía”, advierte Vieta, por lo que —asegura— “una investigación continuada es de vital importancia para mejorar el manejo de estos pacientes”.

El estudio Impact, en el que participaron 700 pacientes de España, Australia, Canadá, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido diagnosticados de trastorno bipolar I durante al menos 12 meses o más, también refleja efectos en la vida familiar y laboral. Así, el 45 por ciento de los entrevistados aseguraron que perdieron su trabajo, y un 38 por ciento se separaron o divorciaron como consecuencia del trastorno. Además, a tres de cada cuatro (76 por ciento) el trastorno bipolar les redujo sus expectativas de éxito en la vida.

Durante el congreso del ECNP, que reunió a 5.500 especialistas de todo el mundo, también se presentó un nuevo análisis post hoc que concluyó que la asenapina, una terapia antipsicótica tetracíclica, es efectiva tanto en los síntomas depresivos como en los maníacos en pacientes con trastorno bipolar I frente a placebo. “Uno de los retos más importantes del abordaje terapéutico de estos pacientes son los episodios mixtos”, señaló Jean-Michel Azorin, profesor de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad Mediterránea, que alertó que un 40 por ciento de estos pacientes sufren episodios mixtos, por lo que abogó por que se investigue más en el abordaje tanto de los síntomas depresivos como de los maníacos de forma simultánea con un tratamiento.

“En la actualidad, la indicación que tienen los fármacos es manía, depresión o mantenimiento. Ahora bien, con el DSM-5 se va a matizar mejor, porque del arsenal terapéutico sabemos qué moléculas son mejores y tienen más impacto sobre los síntomas mixtos. Hasta ahora no se aplicaba porque tenías que tener la indicación concreta de episodios mixtos, pero a partir del DSM-5 la definición será dimensional. Tienes manía o depresión, pero si tienes buenos datos en síntomas mixtos los especialistas prescribirán la molécula con mejores datos. Es un matiz importante de cara a mejorar el pronóstico de los pacientes”, explica Vieta.

Biología de los síntomas

Por otra parte, durante el congreso de Viena, el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos avanzó el tipo de investigaciones que va a financiar en los próximos años centradas en el estudio de las bases biológicas, no ya de los síndromes, sino de síntomas como la anedonia o la hiperactividad. Línea en la que coincide con el proyecto europeo que coordina el Cibersam “A Roadmap for Mental Health Research in Europe” para definir las prioridades de investigación hasta el año 2020 y que tratará de investigar bases biológicas de psicopatología molecular, según Vieta. Los especialistas también debatieron en Viena sobre el futuro del desarrollo de fármacos porque, apunta el especialista del Clínic, “hay muchas compañías que están saliendo de la Neurociencia porque la inversión es muy alta y el rendimiento bajo”.