SER/ Los resultados definitivos serán publicados en la revista de la sociedad

br

R.C. Madrid | miércoles, 27 de marzo de 2013 h |

Con más de 4.000 pacientes, la Sociedad Española de Reumatología (SER) tiene uno de los registros de pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES) más grande del mundo y “la cohorte europea más numerosa”, explica Iñigo Rua-Figueroa, del Servicio de Reumatología del Hospital Dr. Negrín, en Las Palmas de Gran Canaria, y uno de los líderes del estudio Relesser.

Aunque, más que un estudio, Rua-Figueroa prefiere llamarlo proyecto de investigación clínica ya que, si bien ya se han recopilado los datos de todos esos pacientes en una primera fase transversal o retrospectiva, ahora Rua-Figueroa y José María Pego, de la Sección de Reumatología del Hospital do Meixoeiro, en el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo y otro de los líderes del proyecto, se adentran en una segunda fase longitudinal o prospectiva. Como destaca Rua-Figueroa, esta iniciativa se convierte así en “algo dinámico, en una herramienta de investigación”.

Pero, antes de embarcarse en esta fase, Pego y Rua-Figueroa, que ya han presentado resultados preliminares de su proyecto, con 685 pacientes, en el último congreso nacional, en el último europeo e incluso en el americano, publicarán ahora los resultados definitivos de su proyecto en el revista de la SER, ‘Reumatología Clínica’, además de presentarlos al mundo en abril, en el 10º Congreso Internacional de Lupus, que se celebrará en Buenos Aires.

Allí, además, ambos investigadores aprovecharán para reunirse con los investigadores principales de otros registros europeos o americanos para poner en común las características más importantes, los objetivos o los aspectos metodológicos, todo ello con el propósito de “definir vías de colaboración, compartir datos o comparar resultados entre los distintos registros del mundo”, explica Pego.

Una vez recopilados y presentados los datos, el siguiente paso es comenzar con la segunda parte de la investigación, “una fase muy ambiciosa que consiste en el seguimiento en el tiempo durante un mínimo de tres años de un porcentaje de pacientes agrupados por unas características comunes”, subraya Pego. De entre estos subgrupos clínicos, Rua-Figueroa destaca sobre todo tres por su especial prevalencia en nuestro país: pacientes activos serológicamente en los análisis clínicos pero que no manifiestan clínicamente la enfermedad; pacientes llamados incompletos por no poseer todas las características de esta patología (según la literatura, estos pacientes tendrían un mejor pronóstico) y pacientes de inicio, que acaban de ser diagnosticados de lupus y a los que se someterá a un “seguimiento protocolizado desde el inicio de la enfermedad”, destaca Rua-Figueroa.

Tres cohortes de pacientes que serán después comparadas con una cohorte de pacientes control. Además, apunta Rua-Figueroa, también se hará “un seguimiento especial a ese pequeño porcentaje de pacientes en tratamiento con las nuevas terapias biológicas”. Con 45 centros participantes y gracias a la ayuda de una beca FIS del Instituto de Salud Carlos III, hecho que ambos dejan muy claro, el estudio Relesser podría ofrecer los primeros resultados preliminares en el plazo de un año aproximadamente.

Documento de consenso

La llegada de los nuevas terapias biológicas y la heterogeneidad existente en el manejo de estos pacientes hacían necesario un documento de consenso en LES, que se publicará finalmente en el número de abril-mayo de la revista de la SER. El texto, que comenzó a redactarse en septiembre de 2012 por especialistas en reumatología, recoge fundamentalmente las indicaciones de la nueva molécula belimumab, de “uso aprobado en pacientes con lupus activo, excluyendo a pacientes con afectación renal o neurológica grave”, explica Jaime Calvo, jefe de Sección de Reumatología del hospital universitario Sierrallana, en Cantabria y coordinador del documento. Asimismo, también se recogen las indicaciones en rituximab, anticuerpo monoclonal que actualmente, afirma Calvo, “se utiliza fuera de ficha técnica”.

Rua-Figueroa considera el proyecto “dinámico, una herramienta de investigación”

El consenso recoge las indicaciones principales para terapias como belimumab o rituximab