Carmen m. lópez Madrid | viernes, 13 de noviembre de 2015 h |

Llevar a cabo una estrategia común para fomentar la adherencia al tratamiento debería ser un objetivo para el SNS.

La teoría está clara: para mejorar la adherencia hace falta una reorganización de la atención sanitaria hacia un modelo que integre los niveles asistenciales y que potencie la relación de los profesionales de la salud con sus pacientes y su entorno. Ahora toca trabajar en ello. Pero no sólo en la mejora, también en la evaluación de las consecuencias y en las herramientas que faciliten los datos. Durante las IV Jornadas de Adherencia al Tratamiento, organizadas por el Observatorio de la Adherencia al Tratamiento (OAT) se pusieron sobre la mesa las principales carencias y limitaciones que existen en este ámbito, además de diseñar una hoja de ruta para las actuaciones futuras.

Industria, farmacia, enfermería y medicina trabajan en estrategias y modelos que aporten más datos del incumplimiento, sin embargo, a día de hoy no existen estudios sobre las consecuencias “reales” que genera la falta de adherencia, aunque “sí muchas técnicas de evaluación que sobrestiman e infravaloran las cifras”, apuntó Miguel Ángel Andrés, gerente del Hospital de La Princesa y vocal de Sedisa.

Cada comunidad autónoma estudian sus propios planes para mejorar el cumplimiento terapéutico, pero son iniciativas individualizadas y no comunes. “Hacen falta partners y alianzas estratégicas que estén bien coordinadas y que den robustez a este asunto”, insistió la vocal del Observatorio, Isabel Vallejo. Según datos del OAT, se estima que la falta de adherencia en primaria alcanza el 57 por ciento, y son los pacientes polimedicados los que menos cumplen: algunos porque abandonan el tratamiento, otros a consecuencia de los copagos, y otros porque directamente no retiran los tratamientos prescritos. A juicio de Vallejo el reto es mejorar el cumplimiento tanto en la práctica clínica como en farmacia. Para Carmen Valdés, médico de Familia en la Dirección Asistencial Norte (Madrid) y vocal del Comité Científico del OAT, hasta que los profesionales de primaria no se corresponsabilicen al 100 por cien de lo que pueden hacer para mejorar la adherencia no se avanzará. “Es el paciente el que se adhiere al médico”, explicó, al tiempo que hizo hincapié en la necesidad de “escuchar más y comprender”. Para la experta atención primaria y especializada “están de espaldas” lo que está provocando que la brecha entre el médico y el paciente se agrave.

Ante la falta de estudios que aborden la realidad de la falta de adherencia, José Luis Cobos, asesor del Consejo General de Enfermería (CGE) y vocal del Comité Científico del OAT, repasó el trabajo que el observatorio ha estado haciendo, evaluando el nivel de incumplimiento de la medicación. Enfermería se alza como uno de los principales aliados del problema, ya que son los que “diagnostican el manejo inefectivo de los tratamientos”, eso sí, apuntó que lo hacen cada vez con más limitaciones. En este sentido, Cobos puso sobre la mesa lo que ha supuesto el Real Decreto de Prescripción Enfermera para el colectivo, una oportunidad, a su juicio, que se ha perdido y que “retrasará la asistencia”, aseguró el enfermero. En esta línea, la enfermera de enlace y la gestora de casos son dos figuras imprescindibles para medir los incumplimientos.

El punto de vista de los pacientes lo puso José Ramón Barrios, presidente de Cesida. Hasta hace unos años los enfermos de VIH no eran precisamente ejemplo de buen cumplimiento. Barrios explicó que con las últimas innovaciones en este campo se están dando pasos en adherencia. A su juicio la educación es vital, no sólo para pacientes, también para los profesionales.Un lenguaje sencillo y fomentar la participación del paciente son las claves para recuperar la confianza perdida en la relación médico-paciente. El pilar es empoderar al enfermo como eje del sistema, pero para ello los propios profesionales tienen que ir más allá de la propia patología y tener en cuenta otros aspectos como los psicológicos, o los sociales.

En esta misma línea, para José Ramón Yagüe, director de relaciones con las CC.AA. de Farmaindustria, el sector está muy involucrado en la mejora de la adherencia. De hecho, recordó el plan nacional de adherencia en el que están trabajando actualmente para superar el uso inadecuado de los tratamientos. A su juicio es el momento de aprovechar todas las experiencias que existen y hacer un planteamiento global. Por ello, tendió la mano al resto de agentes para hacer un esfuerzo común.

Un plan de todos

Sin embargo, realizar una estrategia es importante, pero debe contar con la participación de todos los agentes y hasta que no se conozcan con exactitud los datos del incumplimiento, se compartan entre las diferentes autonomías y se pongan en común entre profesionales, la estrategia conjunta no debería ir al Consejo Interterritorial. Eso sí, “si el ministerio lo plantea a las comunidades autónomas, por primera vez habría consenso de todas las administraciones”, adelantó Andrés.

Con todo, tanto el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Jesús Sánchez Martos, como el director general de la Cartera Básica de Servicios del SNS del ministerio de Sanidad, Agustín Rivero, reconocieron los esfuerzos del OAT por mejorar el conocimiento y las habilidades para detectar la falta de adherencia. Rivero aseguró que el observatorio es un referente para el ministerio e insistió en la necesidad de impulsar más programas de fomento de la adherencia. Por su parte, Sánchez Martos invitó a la autorreflexión para cumplir con los objetivos. Asimismo, asumió que la gran asignatura pendiente del SNS es la comunicación y la educación con los pacientes. El presidente del OAT, Carlos Macaya, por su parte, recogió el mensaje y destacó que ya se han puesto en marcha en ello.

Enfermería considera que
el decreto de prescripción supone una limitación
en la mejora de la adherencia

Los profesionales insisten
en que hace falta que exista una mayor coordinación entre primaria y especializada