C. S. Madrid | lunes, 29 de febrero de 2016 h |

El síndrome de intestino irritable (SII) es una patología que afecta a en torno un siete por ciento de personas en España, no osbtante está infradiagnosticada y, en ocasiones, no recibe la atención adecuada por parte de los especialistas.

“No hay una cifra única, ni fija porque depende de los criterios que se establecen para realizar el diagnóstico”, explica a GACETA MÉDICA Fermín Mearín, director del Servicio de Aparato Digestivo del Centro Médico Teknon y expresidente de la Asociación Española de Gastroenterología (AEG), quien subraya que no todas las personas que pertenecen a ese siete por ciento acuden al médico, lo que se traduce en que no todos padecen SII.

“Se incluyen desde personas con molestias tolerables u ocasionales hasta pacientes que verdaderamente necesitan acudir a urgencias, tienen mala calidad de vida, etc., es decir; no todas precisan una asistencia sanitaria profunda”, puntualiza Mearín en el marco del Congreso Español de Gastroenterología.

Espasmolíticos

Asimismo, tuvo lugar el simposio ‘Espasmolíticos y síndrome del intestino irritable’, organizado por Boehringer Ingelheim, en el que se dejó constancia de que aunque existen diversos tratamientos para el SII y los espasmolíticos fueron creados y diseñados hace más de 30 años, estos siguen manteniendo su efectividad.

“A esto se añade que su gran ventaja es que son muy seguros porque se absorben de manera muy escasa y, de hecho, las guías de práctica clínica los recomiendan en primera línea”, indica el especialista.

Finalmente, agrega que lo curioso es que a pesar de que los estudios y metaanálisis ponen en el mismo lugar a todos los espasmolíticos —incluyendo butilbromuro de hioscina (comercializado como Buscapina por Boehringer Ingelheim)—, en España, “este tratamiento solo se utiliza, o casi exclusivamente, para el dolor abdominal agudo y muy poco como tratamiento de mantenimiento en pacientes con SII”.

Este es un hecho curioso porque no ocurre en otros países de Europa, afirma Mearín.

Durante esta reunión, se han actualizado las diferentes facetas de la especialidad de acuerdo con los grupos de trabajo con los que cuenta la AEG (esófago, estómago, duodeno, trastornos funcionales digestivos, enfermedad inflamatoria intestinal, oncología digestiva y la endoscopia), se ha realizado un simposio sobre la microbiota intestinal y su papel en la salud y la enfermedad digestiva y ha habido ponencias sobre la importancia de la investigación en la aplicación clínica de los conocimientos en la gastroenterología, además de presentaciones originales de diferentes trabajos de investigación.

“Como expresidente de la AEG, resalto que una de las intenciones de la asociación es intentar que los asistentes regresen a sus consultas y apliquen todo lo que se ha hablado y discutido en el congreso”, afirma Mearin.