22-m/ PP, PSOE, IU y UPyD analizan sus propuestas para la Atención Primaria de cara a las elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo

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Apoyan aumentar el porcentaje de gasto sanitario que se destina a esta nivel

Todos insisten en rechazar el copago como medida de corresponsabilización

| 2011-05-06T16:11:00+02:00 h |

j. garcía

Madrid

Representantes de PSOE, PP, IU y UPyD han defendido la necesidad de reforzar la Atención Primaria con una mayor financiación, aumentando el porcentaje del gasto sanitario que se destina a este nivel, lo que redundará en una mayor eficiencia y efectividad. También respaldan aumentar el gasto sanitario en referencia al PIB en España para llegar a una convergencia con los países de nuestro entorno. Así lo plantearon durante el II Club de Debate organizado por la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) y la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), que en esta ocasión trató sobre la Atención Primaria en el programa electoral de los partidos de cara a las elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo, en las que según el presidente de Semfyc, Josep Basora, “la Atención Primaria se juega mucho”.

Basora presentó a los grupos políticos un decálogo de necesidades y propuestas para una atención primaria de calidad, entre las que se encuentran asegurar la financiación de este nivel —un 25 por ciento del presupuesto, en lugar del 16 por ciento actual—, evaluar y desarrollar el proyecto AP21, alcanzar un consenso entre la Administración central y las comunidades autónomas que evite desigualdades en salud, gestión clínica, autonomía y profesonalización de la gestión, potenciar la atención del crónico, mayor capacidad de resolución para el médico de familia facilitando el acceso y el uso racional de pruebas diagnósticas, vertebrar la asistencia social y sanitaria desde el centro de salud, liderazgo de las sociedades científicas en formación y desarrollo profesional, y corresponsabilización del ciudadano en el buen uso del sistema.

Todos los grupos políticos apoyaron la mayoría de los puntos que recoje el decálogo. De esta manera, sobre financiación, José Manuel Freire, coordinador del Libro Blanco de la Sanidad de Madrid y candidato a la Asamblea de Madrid por el PSOE, se comprometió a aumentar la financiación de la primaria y mejorar su efectividad. Así, indicó que “no tendremos una buena atención primaria si el conjunto del sistema no está bien gobernado” y defendió “políticas basadas en la evidencia y no en ocurrencias”. En su opinión, el área única de Madrid es una “ocurrencia idiota”. Por tanto, abogó por restaurar las zonas de salud pilotadas por la primaria a través de los órganos de participación, tanto profesionales como ciudadanos; por la profesionalización de la gestión; y por una autonomía responsable del médico de familia. Además, prometió acabar con la situación de interinidad en primaria “en un año”, y fomentar la conciliación familiar. También animó a convertir los colegios de médicos, “que poco han evolucionado en más de 100 años de historia”, en colegios profesionales organizados en torno a especialidades médicas y así tener, por ejemplo, un colegio de médicos generales, lo que, a su juicio, “modernizaría la profesión” y daría transparencia.

Por su parte, Mario Mingo, portavoz de Sanidad del PP, defendió la libre elección de médico y centro, la corresponsabilización de los ciudadanos en el cuidado de su salud, y el aumento de la capacidad resolutiva de la primaria —“todas las comunidades irán por ahí”, avanzó—, y criticó la excesiva burocracia y la escasa valoración del médico de primaria. “Ha pasado la etapa del médico con ordenador y fonendo. El médico tendrá ahora colgado un ecógrafo”, dijo, por tanto se mostró partidario de dotar al médico y a la enfermera de “mayores competencias y resolución”. Planteó un cambio en el modelo de recursos humanos, que conlleva un cambio en el modelo retributivo y en el reconocimiento del médico.

José Alfredo de Juan, responsable de Salud de IU, avanzó que el gasto sanitario público en España es bajo, mientras que la presión fiscal está por debajo de la media europea. Criticó la alta presión asistencial, “que no ha permitido al médico hacer más que asistencia y no se ha avanzado en la medicina comunitaria”, y se mostró preocupado porque los profesionales no se sientan partícipes del sistema. Apostó por desarrollar planes de salud para organizar los recursos y por dotar de “más y mejores infraestructuras” a los centros de salud, ya que en su opinión “podrían resolver entre el 80 y el 90 por ciento de los problemas de salud de la población”.

Para Enrique Normad de la Sotilla, responsable de Salud de UPyD, urgió a reforzar la AP porque “los sistemas sanitarios que se basan en este nivel son más eficientes”. Criticó las desigualdades entre autonomías en el gasto sanitario, defendió un Consejo Interterritorial operativo y advirtió de una posible “agenda oculta” para después del 22-M, tal y como está ocurriendo en Cataluña. Asimismo, apostó por devolver competencias al Ministerio de Sanidad en la “España de las desigualdades sanitarias” con diferentes carteras de servicios, calendarios vacunales, receta electrónica, modelos retributivos, etc.; evitar el bloqueo de los órganos para avanzar, por ejemplo, en la AP21; y acercar la atención especializada a la primaria para ganar en capacidad resolutiva. Clave, en su opinión, es la telemedicina y la figura del trabajador social en primaria, así como incrementar la resolución de las urgencias.

Todos coincidieron en los órganos de participación ciudadana y en el rechazo al copago como medida de corresponsabilización.