J. Ruiz-Tagle Madrid | viernes, 03 de junio de 2016 h |

Financiar la innovación ha sido una de las preocupaciones de Agustín Rivero, director general de Farmacia del ministerio de Sanidad, durante la pasada legislatura. También lo será de su sucesor, que deberá gestionar la entrada de un importante número de fármacos oncológicos. En este proceso, Rivero considera que los médicos y las sociedades científicas deberían involucrarse más.

Pregunta. Mirando desde la distancia a la legislatura pasada, ¿qué desafíos se han solventado y que retos quedan pendiente?

Respuesta. El gran reto era introducir las innovaciones sin que el sistema se tambalease. Lo primero que se hizo fue una desfinanciación de medicamentos que no eran vitales. Lo segundo fue hablar con los laboratorios para comunicarles que a aquellos precios era imposible sostener el sistema, y la industria se ha dado cuenta. Este no sólo es un problema de España sino europeo y habrá en septiembre una reunión convocada por la OMS. El tercer paso fue hablar con las sociedades científicas para trabajar e involucrarlas en la elaboración de los IPT. Y el último fueron los pacientes, para integrarlos en todo el proceso.

P. Se habla del problema de la financiación. ¿Qué porcentaje sobre el PIB hace falta para dar respuesta a la innovación?

R. Lo importante es la gestión. Y los médicos deben involucrarse. Hablando con sociedades científicas, muchas veces nos dicen que hay que aprobar uno u otro medicamentos, y me parece bien. Pero también me gustaría que se sentaran conmigo y me dijeran que un fármaco hay que sacarlo del mercado porque no da respuesta o que la relación entre coste y beneficio no es adecuada. Tenemos el ejemplo del sistema de salud británico, donde se han retirado 25 medicamentos.

P. Sanidad ha reducido de media en un 17 por ciento el precio de las nuevas terapias que llegaron en 2015. ¿Se trata de algo coyuntural o ha sido la norma a lo largo de la legislatura?

R. Nunca podemos saber hasta dónde podemos llegar en los precios. Puedo dar ejemplos de medicamentos que han llegado a costar hasta 20.000 euros el tratamiento y bajar luego a 10.000. Siempre he intentado tener la mayor objetividad a la hora de establecer el precio. Vamos a definir el concepto de innovación. Tenemos la metodología y ahora lo están estudiando los miembros de la Comisión de Precios. Hemos dividido en tres grandes grupos esa innovación. Si no llega a 20 puntos querrá decir que no será un fármaco innovador.

P. Esa fórmula para medir la innovación se le encargó a una universidad. ¿Cuáles son sus reglas y por qué no se ha puesto en marcha aún?

R. El 50 por ciento de esos medicamentos sí sacaron esa puntuación. Ahora tiene que pasar por la Comisión de Precios para que lo estudie cada miembro. ¿Es ahora el momento adecuado para introducirlo? Pues no, pero sí que dejaré indicado a la persona que me sustituya un abanico de información suficiente.

P. La próxima legislatura va a llegar mucha innovación oncológica. ¿Cómo se puede responder a este reto?

R. Hemos aprobado 120 innovaciones y tenemos sobre la mesa sólo seis o siete. Pueden suceder dos cosas. La primera es que el medicamento sea muy caro, nos sentemos con el laboratorio y no esté por la labor y nosotros no lo aprobemos, a menos que no haya otro en el mercado. Hay veces que el IPT dice que no ha lugar aprobar el fármaco porque los resultados no son muy halagüeños.

P. Hablando de innovación, este ministerio lo ha hecho en fórmulas de financiación. Actualmente hay 12 medicamentos en techo de gasto, cinco en pago por volumen. Sin embargo el pago por resultado no se ha utilizado mucho a nivel nacional. ¿Se piensa avanzar en esta fórmula?

R. La clave es la palabra registro. Es lo que estamos haciendo ahora con la hepatitis C. Estamos utilizando la información clínica te para revisar el Plan Estratégico de la Hepatitis C y a mediados de junio se actualizará. En este ejemplo, hay un genotipo muy concreto para el cual dos medicamentos están produciendo resistencia y si se le da otro sí que mejora el paciente. Esto habrá que hacerlo con todos los medicamentos, pero es complejo.

P. Hablando del Plan de Hepatitis C. ¿Cómo fueron las negociaciones previas y qué errores cometieron?

R. La hepatitis C fue una patología que se politizó y es lo peor cuando te sientas con un laboratorio. Teníamos a una compañía que sabía que le íbamos a comprar el medicamento sí o sí. Los nuevos fármacos no curan la cirrosis, lo que hace es eliminar la carga viral, pero no sabemos lo que puede pasar dentro de seis meses, aunque de momento no ha pasado nada. Las negociaciones fueron duras. Estamos hablando de precios de 50.000 euros las 12 semanas y 100.000 las 24 y la mayoría de los pacientes iban a 24 semanas. Si tenemos en cuenta que había 50.000 pacientes, estamos hablando de 5.000 millones de euros. Tuvimos la suerte de que apareciera simeprevir. Creo que ha sido la aprobación más rápida de la historia de este país. Fue aprobarlo la EMA, la Aemps lo hizo al día siguiente y le dimos precio ese mismo día. Fue el fármaco que nos permitió presionar a sofosbuvir para que bajara su precio.

P. ¿Cuándo veremos el nuevo medicamento de MSD?

R. El 26 de mayo recibió la opinión positiva por la CHMP y ahora tiene que aprobarlo la Unión Europea. Pero tanto nosotros como el laboratorio estamos haciendo todos los esfuerzos posibles porque nos han dado un precio muy bueno para 12 semanas y eso hará que bajen también el resto de precios.

P. En cuanto a los biológicos. Si son fármacos que no son sustituibles, ¿por qué existen conjuntos homogéneos con biosimilares?

R. Esto es como el genérico hace 15 años. Al biosimilar, al final, se le tratará igual. Hay hasta una comunidad que ha mandado una carta diciendo que el infliximab se puede sustituir aún habiendo comenzado el tratamiento con el original. Es verdad que la ley dice que no son sustituibles pero con el tiempo se hará. Pero no hay problemas ahora porque la ley exige prescribir por marca.

La gestión es más importante que la financiación y los médicos se deben involucrar más”

Pienso que en unos años el biosimilar recibirá el mismo trato que los genéricos hoy”