Gaceta Médica Madrid | lunes, 16 de marzo de 2015 h |

Una nueva técnica de resonancia magnética (RM) desarrollada por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y consistente en cambiar el código de programación de la RM, se ha demostrado eficaz para detectar el daño sufrido por el corazón tras un infarto, de forma más rápida y precisa que las técnicas utilizadas en la actualidad. En concreto, permite localizar de forma más rápida el aumento del contenido de agua (edema) en el músculo cardiaco, algo que hasta ahora se podía hacer, pero requería de mucho tiempo para la realización del estudio y posterior interpretación de los resultados. Además, estos métodos carecían de la precisión adecuada y poseían una gran carga subjetiva en su interpretación, ha señalado Rodrigo Fernández-Jiménez, investigador del CNIC y primer firmante de este trabajo.

El procedimiento, denominado Fast T2-GRASE, ha sido validado en un estudio en preclínica que se ha presentado el domingo en el Congreso Anual del Colegio Americano de Cardiología, que se celebra estos días en San Diego (California, Estados Unidos), donde ha sido ha sido distinguido como el estudio español mejor valorado. La técnica se podrá implementar en cualquier equipo de resonancia para mejorar el estudio del daño sufrido en el corazón de los pacientes.

Y es que, como destaca Valentín Fuster, director del CNIC y también autor del estudio, “la resonancia magnética es una técnica muy útil porque aporta una gran cantidad de valiosa información sin utilizar radiación”, como sí hacen otras técnicas de imagen aplicadas a pacientes. Pero una de las grandes dificultades de la RM en el corazón, con respecto a otros órganos, es que éste está en continuo movimiento “lo cual hace necesario la implementación de algoritmos especiales para la correcta visualización del mismo”.

Así, según los investigadores, existen otras técnicas consideradas mucho más precisas y de más objetiva interpretación para detectar este daño (edema) en el corazón. Sin embargo, para su realización se requiere que el estudio de resonancia cardiaca que se esté haciendo a un paciente se prolongue mucho en el tiempo, además de no poder realizarse en cualquier equipo del mercado por no estar disponible para todos los fabricantes. Por todo ello, estos métodos han quedado relegados al mundo de la investigación, cuando paradójicamente son los más útiles para estudiar el corazón de los pacientes de una forma correcta.

El desarrollo del nuevo sistema ha sido posible gracias a un equipo multidisciplinar, que ha incluido cardiólogos, veterinarios, biólogos y físicos. Este trabajo se enmarca dentro de la colaboración científica estrecha entre el CNIC y Philips, cuyos investigadores están integrados en el equipo investigador de este trabajo.