El proyecto multidisciplinar National Policy, promovido por GeSIDA y ViiV Healthcare, y avalado por CESIDA, SEISIDA, SEFH, SEIMC y RIS, establece la hoja de ruta para hacer frente a los desafíos que plantea la atención a las personas con VIH en España. El éxito de los tratamientos antirretrovirales, entre otros factores; ha conducido a la cronificación de esta infección, lo que requiere respuestas diferentes a las planteadas cuando era una condición aguda y pone el foco en la necesidad de establecer un modelo organizativo y de gestión de pacientes crónicos para el VIH.

En el marco de este proyecto, y tras analizar la situación del VIH en España, un equipo multidisciplinar de expertos, determinó que era necesario poner el VIH de nuevo sobre la mesa de los decisores políticos, generar concienciación para avanzar en los objetivos de ONUSIDA para 2030 (95-95-95) e incorporar intervenciones innovadoras y sostenibles en el sistema sanitario como la definición del modelo óptimo de atención a estos pacientes.

Innovando en la implementación

Una vez que se ha definido el Modelo Óptimo de Atención al Paciente con VIH, el siguiente paso es lograr su implementación en el sistema sanitario. En este punto es de gran ayuda el papel de las Becas ViiV Modelo óptimo de atención al paciente VIH, cuya segunda convocatoria se acaba de resolver y mediante las cuales se busca promover la innovación y la implementación en el sistema sanitario de esta fórmula consensuada en el abordaje de esta patología crónica.

Cuatro expertos que forman parte del Comité Científico de las Becas ViiV participaron en un encuentro virtual para analizar la contribución de esta iniciativa.

Cuatro expertos miembros del Comité Científico de estas Becas han analizado recientemente la contribución de esta iniciativa en la jornada “Avanzando en el modelo de atención al VIH: Innovando en la implementación -Becas ViiV- “, organizada por Gaceta Médica, con el apoyo de ViiV Healthcare.

Durante el encuentro, estuvieron presentes Santiago Moreno, Jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal; María José Fuster, doctora en Psicología Social y Directora Ejecutiva de la Sociedad Española Interdisciplinaria del SIDA (SEISIDA); Felipe Rodríguez, Director Médico de ViiV Healthcare España y Portugal; y Patricia Arratibel, Co-Directora de SI-HEALTH.

Felipe Rodríguez, Director Médico de ViiV Healthcare España y Portugal, profundizó en la esencia de estas becas. “Esta convocatoria es la respuesta lógica de responsabilidad y de compromiso de la compañía con el escenario teórico del National Policy”.

Felipe Rodríguez, Director Médico de ViiV Healthcare España y Portugal.

El proyecto comenzó “con un grupo de trabajo multidisciplinar estableciendo las bases de lo que se necesita desde el punto de vista de estrategia de cuidados más allá del tratamiento antirretroviral del paciente crónico”. En su opinión, era clave “dar un impulso económico fomentando becas que puedan apoyar proyectos para llevar a la práctica e implementar el modelo que recoge el documento”.

Por su parte, Patricia Arratibel, Co-Directora de SI-HEALTH, profundizó en esta idea: “a partir de la definición de este modelo óptimo, que se ha construido multidisciplinarmente con todos los agentes que tienen capacidad y competencia de poder aportar valor, el siguiente paso es ver cómo ayudamos a que este modelo se implemente”, aseguró.

Es aquí donde entran en funcionamiento las becas, “como instrumentos para incentivar el desarrollo de proyectos e innovaciones que ayuden a aprender más rápido”. En esta línea, Patricia Arratibel matizó que se ha trabajado también “multidisciplinarmente para ver qué herramientas sería interesante que tuvieran los diferentes agentes y cómo incentivar y apoyar las iniciativas”.

Patricia Arratibel, Co-Directora de SI-HEALTH.

La resolución de la segunda convocatoria de estas becas, correspondiente a 2020, se hizo efectiva el pasado mes de diciembre. Felipe Rodríguez añadió que “si bien todavía queda recorrido para ver el impacto de estos proyectos, las expectativas y la inquietud van incrementándose con los años”.

El Director Médico de la compañía remarcó que es un área “en la que hay muy poca inversión, muy poco desarrollo y en el futuro va a suponer que estas becas sean un acicate para empezar a mover el motor que complemente lo que es el cuidado del paciente VIH crónico y sacarlo de la inversión que se realiza en la esfera del tratamiento antirretroviral y los cuidados clínicos”.

Para María José Fuster, Directora Ejecutiva de SEISIDA, “las becas vienen a culminar un proceso en el que se plantea que tenemos que evolucionar hacia otro modelo de atención a las personas con VIH”. En sus palabras, hasta ahora hemos tenido una atención sanitaria de lujo, más centrada en resolver problemas agudos. Ahora llega el momento en el que se pueden parar todos los actores del sistema y ser conscientes de que no se está preparado para atender a los desafíos de la cronicidad y avanzar hacia ahí”, remarcó.

Su visión es que estas becas “pretenden dotar de herramientas y recursos para avanzar en ese modelo que redunda en una mejor calidad de cuidados y calidad de vida de las personas con VIH”.

Un modelo de éxito en otras patologías crónicas

En este sentido Santiago Moreno, matizó que el modelo que se define en el proyecto National Policy no es el primero. “Hay muchas enfermedades crónicas que ya lo están llevando a cabo. Se está adaptando al VIH lo que se ha mostrado que funciona muy bien en otras patologías”.

El experto destacó que ante estos cambios ha sido necesario adaptar las consultas, diseñadas al principio para una realidad clínica diferente: “Se ha trabajado mucho en definir el modelo. Representantes de diferentes disciplinas trabajaron durante mucho tiempo para tratar de definir los mejores elementos necesarios para optimizar el modelo de atención a las personas con VIH acorde a las necesidades actuales. La segunda parte de la buena idea es que esto no quedara solo en una declaración de intenciones; por ello con una serie de condiciones que se incluyen en la convocatoria de las becas se garantiza que el modelo se transforme en realidad. Es lo que hace grande la propuesta”, apuntó el experto.

Santiago Moreno añadió que, si bien aún es pronto para evaluar el efecto de estas convocatorias de becas, el número de solicitudes de becas en esta segunda edición casi se ha duplicado. “De alguna manera ha calado que hay necesidad de hacer esos cambios y de introducir características del modelo descrito en la práctica clínica. La gente preocupada por el asunto ha solicitado recursos para materializar ideas buenísimas”, ensalzó.

Santiago Moreno, Jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal.

Sobre este punto, María José Fuster coincidió en que, aunque aún no hay evaluación de los proyectos “se está mejorando en el diseño, la inclusión y coordinación de diferentes componentes del modelo de crónicos, así como en la concepción de la multidisciplinariedad en el manejo de los pacientes”.

En la misma línea, Patricia Arratibel añadió que esta herramienta está facilitando que exista esa experimentación y desarrollo de proyectos locales. Otro aspecto interesante, insistió, es que “empieza a haber una especie de vivero de iniciativas y experiencias en las que hay una capacidad para aprender qué está funcionando, cómo se puede avanzar más rápido y cómo compartir esos avances para mejorar en esa implementación, la cual será de ámbito local y que, por tanto, depende mucho del liderazgo de esos equipos”.

Marcando la diferencia

Hay muchos rasgos que diferencian las Becas ViiV de otras convocatorias. Felipe Rodríguez aseguró que la primera de ellas es la voluntad de salir de la esfera del tratamiento antirretroviral e impactar en otras áreas del día a día del paciente. Un segundo rasgo, es la evaluación de los proyectos por pares de expertos con un enfoque multidisciplinar “para conseguir de una manera neutral y con un foco concreto en el paciente que las becas vayan donde tienen que ir”.

Para Santiago Moreno hay una diferencia sustancial. “Hay pocas iniciativas cuyo objetivo sea desarrollar un nuevo modelo de asistencia, para eso casi nunca hay dinero. El dinero que nos dan las propias instituciones y es siempre muy escaso. Tener un apoyo para iniciativas que pueden mejorar la atención a los pacientes es un matiz muy importante con respecto a otras convocatorias”, advirtió.

En este sentido, Patricia Arratibel recordó que “no estamos acostumbrados a tener un contexto facilitador para implementar esos cambios” y añadió que “las becas ViiV son un instrumento importante a la hora de crear condiciones facilitadoras para la experimentación de los equipos multidisciplinares en el entorno comunitario”.

María José Fuster, doctora en Psicología Social y Directora Ejecutiva de la Sociedad Española Interdisciplinaria del SIDA (SEISIDA).

Por su parte, María José Fuster hizo hincapié en que “aunque la diferencia entre la investigación más pura y la aplicabilidad directa en el cuidado de las personas y en la calidad de vida existe, tampoco hay que establecer muchas dicotomías”. Por otra parte, recordó que “los proyectos de intervención que se diseñan están basados en teoría, en componentes probados de modelos de crónicos, adecuadamente justificados, siguiendo metodologías rigurosas y evaluados de manera científica. Estamos en un contexto científico de implementación y vamos a tener unos resultados rigurosos que van a ser además directamente aplicables“.

En la misma línea, Felipe Rodríguez remarcó que hay una parte fundamental, el alto nivel de los proyectos: con el tiempo no solo han aumentado el número de propuestas, sino que además el nivel científico de los proyectos presentados es muy elevado”, apuntó.

Criterios necesarios

Con relación a los criterios que han de reunir las iniciativas para aspirar a estas becas lo fundamental es que encajen dentro de las áreas que contempla el Modelo óptimo de atención al paciente con VIH descrito en National Policy. Patricia Arratibel destacó tres de ellos:

“Tienen que estar relacionados con la definición del propio modelo. Además, las condiciones de exigencia son muy elevadas, con una multidisciplinariedad amplia e incluyendo varios componentes que el modelo aconseja. Por último, este año también el valor social de esa multidisciplinariedad y la definición de los proyectos ha sido un elemento muy importante”, incidió.

“Precisamente, ese carácter multidisciplinar ha sido uno de los distintivos del abordaje en VIH “desde el principio de los tiempos”, recordó Santiago Moreno. “Ahora que hablamos del manejo de una enfermedad crónica este carácter es todavía más necesario y evidente”, subrayó.

No obstante, desde la perspectiva de María José Fuster, las personas con VIH han echado en falta durante mucho tiempo determinadas disciplinas en la atención hospitalaria, que resulta heterogénea.

“Hay una base fantástica (sobre abordaje multidisciplinar) pero falta camino. En ello estas becas pueden ayudar a destruir barreras”, aseguró.

Para Patricia Arratibel, más que el carácter multidisciplinar, que considera que está interiorizado, “lo verdaderamente interesante es el trabajo colaborativo de estos agentes”. “En las becas los proyectos han sido definidos de forma colaborativa y están trabajados así. La propia intervención de los proyectos exige que ese trabajo sea colaborativo, compartido y desarrollado en el terreno”, indicó.

En este sentido, Felipe Rodríguez subrayó la magnífica interrelación entre los profesionales sanitarios, y planteó como una necesidad la incorporación de otros agentes, como las instituciones sanitarias, que ayuden a desarrollar programas establecidos.

Nuevos proyectos para los nuevos tiempos

Por otra parte, el Director Médico de ViiV también señaló que en esta última convocatoria han sido capaces de adaptarse a los nuevos tiempos. “Dos de los proyectos que se han aprobado tienen una relación directa con la situación que vivimos y están muy centrados en el apoyo y contacto virtual con los pacientes, que es algo que sucede ahora y puede ser necesario también en el futuro”, expuso.

En la misma línea, Santiago Moreno remarcó que “de los cinco que se financian, dos de ellos son sobre telemedicina e integran todos los elementos que ya funcionan de forma muy adaptada al VIH y forman parte del futuro de la atención a estos pacientes”.

Asimismo, Patricia Arratibel aseguró que se queda “con la parte del aprendizaje que vamos a ver para poder hacer que estos cambios se hagan más rápido”. Según su análisis, en el momento de la pandemia hay tres elementos que se han reflejado en los proyectos presentados: El rol de la salud digital para conectar pacientes, profesionales y niveles asistenciales, el desarrollo de la continuidad de cuidados entre los diferentes niveles asistenciales, y el rol del tejido comunitario como una agente más.

De cara al futuro, los expertos plantearon sus propias previsiones. “Lo que yo pediría de cara al futuro es que esto se contagie no solo entre los que están implicados en los programas sino también en otras instituciones privadas, instituciones sanitarias, etc. Es el futuro que visualizo, que dejen de ser becas de ViiV Healthcare en exclusiva y se conviertan en proyectos a nivel nacional”, aseguró Felipe Rodríguez.

Santiago Moreno, por su parte, comentó que el cambio “habrá de operarse porque la mayor parte del dinero en salud se va en personas con enfermedades crónicas. Las personas con VIH merecen un modelo de atención sanitaria que tenga en cuenta todas sus peculiaridades como enfermos crónicos”, incidió.

También con vistas al futuro, Patricia Arratibel reclamó que es necesario incentivar para que sean los propios profesionales y equipos quienes lideren estos cambios y se les creen las condiciones para que puedan ir haciendo estos proyectos. Durante esta pandemia hemos aprendido que hay un liderazgo de profesionales sanitarios muy fuerte y de organizaciones comunitarias también complementarias muy fuerte, que tienen muchas posibilidades y capacidad para implementar cambios en el sistema y aprender de ellos y que sean una realidad sobre el terreno.   

Para finalizar, María José Fuster, abogó por partir las metas finales en otras más pequeñas alcanzables. “En el camino quizá nos encontraremos con que necesitamos mejorar la formación de ciertos profesionales o que hay que fomentar estructuras a escala comunitaria, dentro de un recorrido que cree esa visión de que es posible ir cumpliendo una serie de metas”, concluyó.