CARMEN M. LÓPEZ Enviada especial a Barcelona | viernes, 04 de octubre de 2019 h |

“El Congreso ESMO 2019 está asentando lo que sabíamos”, precisa Rafael López, jefe del Servicio de Oncología del Complejo Hospitalario de Santiago de Compostela. A su juicio, a lo largo del encuentro cuatro han sido los temas claves: inmunoterapia, medicina de precisión, biopsia líquida y acceso a la innovación.

En este encuentro europeo, como explica López se ha consolidado la inmunoterapia y las combinaciones de inmunoterapia, que este será, a su juicio, “el siguiente salto en la lucha contra el cáncer”.

En materia de medicina de precisión, los oncólogos europeos han seguido consolidando los resultados de las terapias dirigidas, los tratamientos dianas, así como los datos genómicos. “En este escenario se está avanzando mucho, aunque quedan todavía por conocer resultados tangibles importantes pero todo apunta a que irá en este sentido”, comenta López.

Pero para conseguir este escenario, hay una herramienta que no ha pasado desapercibida durante el cónclave europeo: la biopsia líquida, “que será clave en las terapias dirigidas y los datos genómicos y en un futuro epigenómicos y proteómicos”.

Lo que queda aún por conocer es si tendrá la misma aportación en la inmunoterapia. El sistema inmunológico es el sistema más complejo del organismo, explica el oncólogo, y son pocos actores, aunque de funcionar una técnica de seguimiento y de diagnostico tiene que ser la biopsia líquida.

Cáncer de colon

A lo largo del encuentro se presentaron varios estudios poniendo en valor el papel de esta nueva tecnología.

En uno de ellos, se reafirma el papel pronóstico de la biopsia líquida en la identificación de pacientes con cáncer colorrectal (CCR) que puedan tener una recaída después de cirugía. Los nuevos datos arrojados por los investigadores adelantan que tiene el potencial de optimizar el tratamiento para pacientes individuales.

De hecho, en el estudio fase III IDEA-FRANCE los pacientes se sometieron a una biopsia líquida antes de quimioterapia adyuvante. En este grupo de pacientes, con estadio 3, la supervivencia libre de progresión (SLP) a dos años fue del 64 por ciento, en comparación con el 82 por ciento en aquellos con ADN circulante (ADNc) negativo. “En este gran ensayo prospectivo, confirmamos que el ADNc es un factor pronóstico independiente en el cáncer colorrectal y que aproximadamente seis de cada 10 pacientes con ADNc positivo permanecerán libres de la enfermedad dos años después de la quimioterapia adyuvante estándar, en comparación con ocho de cada 10 de los que tienen ADNc negativo“, destacó el autor del estudio, Julien Taieb, del Hospital Europeo Georges Pompidou.

El ensayo también mostró que seis meses de tratamiento adyuvante fueron superiores a tres meses en pacientes con ADNc positivo y negativo, y que los pacientes con ADNc positivo tratados durante seis meses tuvieron un pronóstico similar al de los pacientes con ADNc negativo tratados durante tres meses .

“La prueba de ADNc no predijo qué pacientes deberían recibir tres o seis meses de quimioterapia adyuvante y hay un debate continuo sobre el tipo y la duración óptima del tratamiento”.

Un segundo estudio investigó si el ADNc puede usarse para detectar una enfermedad residual mínima e identificar a aquellos en riesgo de recurrencia. Los resultados mostraron que el ADNc de plasma postquirúrgico predijo una recaída metastásica, una mediana de 10 meses antes de que la recurrencia fuera visible en los escáneres radiológicos.

Los investigadores concluyeron que las pruebas de ADNc de plasma abren una oportunidad para el tratamiento de precisión de pacientes con CCR localizado. El profesor Alberto Bardelli, de la Universidad de Turín, señaló que “cuando los pacientes se someten a cirugía para la etapa temprana del cáncer colorrectal, quedan dudas sobre si la enfermedad ha sido completamente erradicada y, como resultado, los pacientes a menudo reciben quimioterapia adyuvante. Sin embargo, los resultados demuestran que ahora podemos usar un análisis de sangre para determinar si el paciente está despejado o no”.

El estudio también es uno de los primeros en mostrar que, en el futuro, es posible usar biopsia líquida para dirigir la terapia e identificar qué pacientes pueden evitar la quimioterapia después de la cirugía y cuáles deberían recibirla. Para Bardelli, si otros estudios confirman estos resultados, cambiarán la práctica clínica.

Cáncer de pulmón

Un simple análisis de sangre podría identificar mutaciones complejas de ADN en las células de pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas y adecuar así los tratamientos dirigidos. Así lo demuestra el ensayo BFAST, donde a través de la técnica se detectan pequeños fragmentos de ADN tumoral que se vierten de las células cancerosas a la sangre. “Uno de los mayores cambios recientes en el tratamiento de este tumor ha sido nuestra capacidad para identificar mutaciones genéticas dirigibles que impulsan la progresión de la enfermedad, pero es un gran desafío para obtener una muestra de tumor adecuada para el análisis. Mostramos que la biopsia líquida podría usarse para la mutación ALK, en pacientes con este tumor. Estos respondieron al menos tan bien a la terapia dirigida como en estudios anteriores utilizando técnicas de biopsia convencionales“, explicó el autor del estudio, Shirish Gadgeel, del Rogel Cancer Center de la Universidad de Michigan.

Bardelli señaló que la reorganización en el gen ALK descrito en el estudio BFAST es típicamente difícil de detectar, por lo que supone un avance importante el poder detectar en la sangre y poder usarse para guiar el tratamiento con inhibidores de ALK. “Es alentador ver que un número creciente de pacientes con cáncer de pulmón puede beneficiarse de la biopsia líquida para identificar la mutación de su enfermedad en lugar de muestras de tejido”. En la actualidad, la tecnología es bastante costosa, pero a medida que se usa más ampliamente, es probable que el precio disminuya para que las pruebas sean más asequibles y estén disponibles en la práctica diaria”, agregó.