A medida que la pandemia del Covid-19 se extiende por lo largo y ancho del planeta, los países mantienen el pulso para contener el virus. La presión en los sistemas sanitarios es evidente, con las unidades de cuidados intensivos y las urgencias por encima de su rendimiento habitual. En este escenario, todos los recursos médicos están dirigidos a hacerle frente a esta crisis. Sin embargo, el resto de enfermedades siguen su curso, y la necesidad de formación continuada sigue estando presente. Es el caso de la oncología. ¿Cómo está afectando esta situación a esta especialidad?

Los pacientes con cáncer son un grupo de alto riesgo en esta pandemia. En el editorial de abril de The Lancet Oncology, precisamente, se aborda esta inquietud. Los enfermos con cáncer son vulnerables a la infección debido a esa enfermedad subyacente, con un estado de inmunosupresión que les hace aumentar la probabilidad de desarrollar complicaciones graves.

Prioridad: pacientes con Covid-19

Con una asistencia sanitaria enfocada a la pandemia, el editorial recuerda cómo la prioridad son los pacientes con el virus. De este modo, habrá pacientes a los que la terapia contra el cáncer pueda retrasarse. Aunque, advierten, esta decisión se debe tomar en base a cada paciente, y no en función de los protocolos y de manera generalizada.

A todo esto se suma, aquellos pacientes que, estando en cuarentena, no pueden acudir a la cita médica o no tienen acceso a los medicamentos esenciales. “El riesgo de interrupciones en las cadenas de suministros de medicamentos y la consiguiente escasez exacerbarán este problema”. Asimismo, las operaciones programadas, algunos tipos de tratamientos contra el cáncer y las consultas que se están cancelando o posponiendo para priorizar las camas hospitalarias y la atención en pacientes con el SARS-CoV-2. “En Inglaterra a pesar del presupuesto de 2020 que promete varios miles de millones de libras de fondos adicionales del NHS para ayudar a abordar el brote, cuando los casos de Covid-19 alcancen su punto máximo en las próximas semanas, el NHS se verá obligado a retrasar los tratamientos y cirugías no urgentes”. Asimismo, continúan, los recursos y el personal serán reutilizados para abordar esta emergencia.

La comunidad científica

Pero más allá de esta reorganización asistencial, los efectos del Covid-19 alcanzan también a la comunidad científica, “con consecuencias inevitables para la investigación, la educación y la colaboración”. De este modo, The Lancet Oncology recuerda que hay institutos de investigación que no están a pleno rendimiento. A pesar de que algunas universidades están digitalizando la enseñanza, esta solución no sirve “para trabajos prácticos de laboratorio o estudios de campo”. Un escenario que hace que muchos proyectos de investigación en curso estén en peligro.

De este modo, los recursos y la capacidad en estas condiciones obligará a las instituciones a decidir qué ensayos clínicos hay que priorizar y cuáles suspender. “Muchas organizaciones están restringiendo los viajes laborales –en Estados Unidos- implementando el teletrabajo”.  Sin embargo, no todas las organizaciones tienen la misma política y esta “heterogeneidad” podría crear desequilibrios en las cohortes de pacientes en ensayos multicéntricos, “lo que podría sesgar los resultados finales”, explican.

Citas virtuales

Esta crisis del coronavirus también está afectando a congresos y reuniones científicas, debido a la prohibición de viajar y realizar reuniones masivas. Como resultado, asegura la publicación, se perderán inmunerables oportunidades de discusión y colaboración. “No se presentarán las últimas investigaciones y, posteriormente, los pacientes se verán afectados por la demora en la difusión de información sobre la innovación en oncología.

Frente a esta situación, hay congresos que se están reorganizando de manera virtual. Es el caso de ASCO, que mantendrá el encuentro en la fecha prevista, tal y como la organización ha adelantado. Sin embargo, para las sociedades científicas más pequeñas, las consecuencias económicas de la cancelación de los encuentros “podría amenazar su existencia”.

The Lancet Oncology considera que la situación actual podría conducir a cambios sustanciales en la forma de practicar la investigación  y la medicina del futuro, como la reducción de los viajes internacionales, y el aumento del trabajo en red o la telemedicina. “Hasta que termine la pandemia, solo podemos esperar que las consecuencias no sean demasiado devastadoras para los pacientes y que la comunidad oncológica y más allá puedan resistir esta tormenta sin precedentes”.