El estudio de seroprevalencia llevado a cabo en Islandia demuestra que los anticuerpos antivirales contra el SARS-CoV-2 no disminuyeron en los cuatro meses posteriores al diagnostico por PCR. Un grupo de científicos de CODE genetics en Islandia, una filial de Amgen, ha publicado en The New England Journal of Medicine nuevos datos sobre la naturaleza y durabilidad de la respuesta inmune humoral a la infección por SARS-CoV-2.

Tal y como recogen en NEJM, la evaluación precisa de los anticuerpos durante una pandemia puede proporcionar importantes datos poblacionales sobre la exposición a patógenos, facilitar la comprensión del papel de los anticuerpos en la inmunidad protectora y guiar el desarrollo de vacunas.

A mediados del verano de 2020, surgieron estudios que apuntaban a una rápida disminución de la inmunidad de los anticuerpos, con informes en todo el mundo que sugerían que las respuestas de los anticuerpos estaban inversamente correlacionados con la gravedad de la enfermedad, incluso sugiriendo que la infección asintomática podría ocurrir sin seroconversión. Sin embargo, en un estudio de un mes de duración, se observó que los títulos de anticuerpos disminuían tanto en pacientes con infección leve como en aquellos con infección grave, lo que planteó la posibilidad de que la inmunidad humoral a este coronavirus sea de muy corta duración.

Niveles de anticuerpos más altos en personas mayores

En el nuevo estudio que se ha llevado a cabo en Islandia, donde el 15% de la población del país se sometió a pruebas PCR y pruebas de anticuerpos, participaron aproximadamente 30.000 personas, incluidas aquellas con infecciones y exposiciones hospitalarias, comunitarias y domésticas.

La observación más sorprendente fue que los anticuerpos permanecieron estables durante los cuatro meses posteriores al diagnóstico. A diferencia de estudios previos, este estudio sugiere la estabilidad de la inmunidad humoral del SARS-CoV-2.

Los fumadores y usuarios de medicación antiinflamatoria tenían niveles más bajos de anticuerpos 

Asimismo, los niveles de anticuerpos del SARS-CoV-2 fueron más altos en las personas mayores y en aquellas que fueron hospitalizadas, y en general fueron menores en las mujeres. Por otro lado, el índice de masa corporal se correlacionó positivamente con los niveles de anticuerpos y los fumadores y usuarios de medicación antiinflamatoria tenían niveles más bajos de anticuerpos. 

Con respecto a las características clínicas, los niveles de anticuerpos se asociaron más fuertemente con la hospitalización y la gravedad clínica, seguidos de síntomas clínicos como fiebre, lectura de temperatura máxima, tos y pérdida de apetito. La gravedad de estos síntomas individuales, con la excepción de la pérdida de energía, se asoció con niveles más altos de anticuerpos.

Finalmente, los investigadores estiman que el riesgo de muerte por infección fue del 0,3% y que el 44% de las personas infectadas con SARS-CoV-2 en Islandia no fueron diagnosticadas por PCR.