Las bacterias presentes en las aguas residuales pueden ser analizadas para ayudar a predecir la propagación del SARS-CoV-2 en una comunidad. Así lo ha señalado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que forma parte de un equipo internacional que han publicado los resultados en la revista ‘Science of the Total Environment‘.

El foco de la investigación se ha centrado en evaluar los cambios en los microorganismos presentes en las aguas residuales y su asociación con la prevalencia de COVID-19 en una determinada comunidad. Los investigadores, liderados por la Universidad de la Concepción (Chile), tenían como objetivo comprobar si determinadas bacterias están asociadas con enfermedades crónicas o factores de riesgo para las formas graves del virus.

Los investigadores han analizado distintos perfiles de microbioma gastrointestinal utilizando una tecnología basada en la secuenciación genética y nanoporos.

Síntomas gastrointestinales

Para el estudio, han tomado muestras de las aguas residuales de la ciudad de Chillán, al sur de Chile, entre mayo y agosto de 2020. Las aguas tomadas procedían de un centro penitenciario, una residencia de ancianos y un centro de salud con pacientes en cuarentena.

Con esta técnica se pueden diferenciar las letras del ADN de las muestras haciendo atravesar las moléculas de ácidos nucleicos por unos diminutos poros

Los expertos indican que, a pesar de que el SARS-CoV-2 afecta sobre todo a las vías respiratorias, algunos estudios han mostrado que también puede afectar al tracto gastrointestinal.

En este sentido, los expertos sostienen que el 15 por ciento de los pacientes de Covid-19 presenta síntomas gastrointestinales y cerca del 10 por ciento tiene estos síntomas en lugar de los respiratorios.

“El microbioma de estas aguas revela perfiles específicos de especies bacterianas asociados con comunidades humanas donde prevalece el SARS-CoV-2, independientemente de si sus individuos muestran o no síntomas de la enfermedad”. Este es el mensaje del investigador del CSIC, Antonio Figueras, del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM-CSIC), uno de los autores del estudio. El experto indica que los resultados aportan evidencias de que el microbioma de las aguas residuales asociado con trastornos gastrointestinales parece preceder la detección del SARS-CoV-2 en estas aguas.

Bacterias en el tracto digestivo

En concreto, el microbioma procedente del centro de salud se asoció fuertemente con bacterias entéricas, que son las que pueblan los intestinos, ya detectadas en pacientes con enfermedad crónica y trastornos fisiológicos, factores de riesgo para la Covid-19. Por otro lado, respecto al centro penitenciario y la residencia, los resultados fueron negativos para SARS-CoV-2, excepto la cuarta semana.

“De un modo inesperado, dichas muestras antes de la semana cuarta se correlacionaron con las recogidas en el centro de salud, lo que sugiere que personas con Covid-19 expulsaron un núcleo fundamental de bacterias presentes en su tracto digestivo“, ha subrayado Figueras. En este sentido, el experto ha explicado que los microorganismos de las aguas residuales positivos para el virus “se asociaron con bacterias intestinales descritas previamente en pacientes con factores de riesgo para la enfermedad”.

No obstante, los investigadores señalan que el estudio no respalda cómo los factores de riesgo para Covid-19 están involucrados en las alteraciones que se producen en los microorganismos de los pacientes y, en consecuencia, en el microbioma de las aguas residuales asociado con la detección del SARS-CoV-2. En el estudio también han participado la Universidad de Washington (Estados Unidos), el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile y el Ministerio de Salud de Chile.


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