Nieves Sebastián Madrid | viernes, 17 de enero de 2020 h |

Los datos del informe que presenta cada año la American Cancer Society (ACS) ha arrojado que la tasa de mortalidad en cáncer ha caído a niveles históricos en 2019. Las cifras confirman que se consolida la tendencia descendente de esta variable; además el documento refleja que el punto de inflexión está en el período comprendido entre 2016 y 2017, cuando el descenso fue más notable, alcanzándose un descenso del 2,2 por ciento en términos absolutos. Este dato es mucho más notable si se tiene en cuenta que, desde que se recogieron los datos por primera vez en 1991, la mortalidad derivada del cáncer ha disminuido un 29 por ciento.

El agente responsable de esta reducción en la mortalidad tiene un nombre propio: innovación. La proliferación de tratamientos innovadores en oncología ha sido lo que ha impulsado que, cada vez en menor medida, el cáncer esté asociado con mortalidad. Y esta innovación se manifiesta en múltiples formas. Y es que, además de la gran cantidad de técnicas y tratamientos que han surgido durante los años para abordar los casos de cáncer, tencologías como las dedicadas al screening y la detección han tenido un impacto muy positivo en esta enfermedad. En materia de tratamientos, las terapias dirigidas y la inmunoterapia han sido las responsable de esta mejora en las cifras.

Mortalidad por tipos

Aun así, en función del tipo de cáncer, los datos varían sustancialmente. En base a datos de ejercicios anteriores, la ACS ha estimado cómo pueden evolucionar las cifras durante el año 2020. Así, se prevé que en este año se detecten 1.806.590 casos de cáncer en Estados Unidos, y que el número de fallecimientos como consecuencia de esta patología sea de alrededor 606.520.

Al observar la incidencia en función de la localización del tumor, los datos varían mucho en función de cada tipo. En términos de incidencia, los primeros puestos los ocupan los cánceres localizados en el aparato digestivo, genitales, mama y aparato respiratorio, por ese orden. Parece evidente exponer que, por tanto, estos cuatro tipos de cáncer son los que en términos absolutos se cobran más víctimas aunque en este caso el orden cambia; los tumores digestivos son los que registrarían un mayor número de fallecimientos, seguidos de los de respiratorio, genitales y mama.

Si analizamos la tasa de fallecimientos de los diferentes tipos de tumores, hay cambios. Los tumores cerebrales y del sistema nervioso son los que tienen un mayor porcentaje de mortalidad (75,4 por ciento), seguidos de los relacionados con el sistema respiratorio (56,9 por ciento) entre los que destaca el cáncer de pulmón en sus múltiples subcategorías; la tercera posición estaría ocupada por los del tumores del aparato digestivo (50,2 por ciento) entre los cuales el que más incidencia y número de fallecimientos registra es el de colon.

En la otra cara de la moneda, aquellos tumores que registran una menor incidencia son los oculares y óseos, mientras que los tumores endocrinos y el cáncer de piel en sus múltiples formas son los que tienen un menor porcentaje de fallecimientos (5,9 y 10,6 por ciento respectivamente).

Durante el transcurso de los últimos años el melanoma es el tipo de cáncer que ha experimentado una mayor reducción de su tasa de mortalidad. Esto ocurre por el surgimiento de tratamientos innovadores como la inmunoterapia, del que el melanoma se ha visto especialmente beneficiado. También destaca la mejora del pronóstico en cáncer de pulmón como consecuencia de la inmunoterapia, puesto que al ser un tipo de cáncer que presenta una gran cantidad de mutaciones, es más fácil hallar las dianas terapéuticas hacia las que dirigir este tratamiento.

División por sexos

Si observamos los datos por sexos, hay diferencias entre las localizaciones que más afectan a cada uno. En el caso de los hombres, el cáncer de próstata es el que aglutina una mayor incidencia mientras que en mujeres el que registra un mayor número de casos es el de mama; en segundo y tercer lugar, para ambos sexos, aquellos con más incidencia son el cáncer de pulmón y el colorrectal.

Para las mujeres hay un dato negativo, y es que tanto el cáncer de útero como el de cuello uterino son los dos tipos en los que menos se ha reducido la tasa de mortalidad desde 1970. Esto ocurre porque es necesario que existan más tratamientos para tratar estas enfermedades en las etapas más avanzadas.

Cabe destacar que por especialidades, en mayor o menor medida —a excepción del cáncer de mama— tanto en términos de incidencia como en mortalidad, las cifras son más negativas para los hombres; este fenómeno ocurre en todas las categorías en que la enfermedad afecta a ambos sexos. Aun así, el cáncer de mama sigue teniendo a día de hoy una incidencia tan alta que, sin distinguir por la localización del tumor, se prevé que se detecten durante este 2020 más casos de cáncer en mujeres (912.930) que en hombres (893.660). En términos de mortalidad, sin tener en cuenta la localización, el número de fallecimientos es ligeramente superior entre los hombres, con una previsión que alcanza un total de 321.160 fallecidos por esta enfermedad, mientras que en el caso de las mujeres la cifra desciende hasta las 285.360 muertes.


La proliferación de tratamientos innovadores en los últimos años ha sido la clave de este descenso



Los primeros puestos los ocupan los tumores en el aparato digestivo, genitales, mama y respiratorio