El Instituto Karolinska ha anunciado que el Premio Nobel de Medicina o Fisiología 2020 recae sobre Harvey J. Alter, Michael Houghton y Charles M. Rice. Estos investigadores fueron los encargados de ‘descubrir’ el virus de la hepatitis C. En concreto, tal y como refleja el comunicado de prensa, estos tres científicos han realizado “una contribución decisiva a la lucha contra la hepatitis de transmisión sanguínea, un importante problema de salud mundial que causa cirrosis y cáncer de hígado en personas de todo el mundo”.

Desde el Instituto Karolinska destacan que, los descubrimientos de Alter, Houghton y Rice fueron fundamentales asimismo para identificar el virus de la Hepatitis C. Previamente a sus investigaciones, identificar los virus de las Hepatitis A y B había sido crucial, pero la mayoría de casos de hepatitis transmitida por sangre no tenían explicación. Así, conocer el virus de la Hepatitis C desveló la causa de los casos restantes de hepatitis crónica e impulsó el desarrollo de métodos diagnósticos y de tratamiento que han salvado millones de vidas.

Identificación de un virus nuevo

En 1960 Baruch Blumberg fue quien identificó una forma de Hepatitis transmitida por sangre, a la que se denominó como virus de la Hepatitis B. Este descubrimiento impulsó el desarrollo de pruebas y una vacuna eficaz, además de hacerle ganar el Nobel de Medicina en 1976. Sin embargo, en esos momentos, Harvey J. Alter, del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, estaba investigando la aparición de hepatitis en pacientes que habían recibido transfusiones de sangre, al haber detectado un gran número de casos por identificar; asimismo, se llegó a la conclusión de que el virus de la hepatitis A no era el causante de estos casos.

Con todo esto, Alter y su equipo demostraron que la sangre de pacientes con hepatitis podía transmitir la enfermedad tanto a humanos como a chimpancés, demostrando que el agente infeccioso tenía las características de un virus. También estas investigaciones de Alter habían definido esta forma nueva y distinta de hepatitis viral crónica, lo que se definió como “hepatitis ni A ni B”.

Descubrimiento del VHC

Fue entonces cuando identificar este virus se convirtió en una prioridad. Para ello, se pusieron en marcha todas las técnicas tradicionales para buscar un virus, pero este eludió el aislamiento durante más de una década. Entonces, Michael Houghton, quien trabajaba para la farmacéutica Chiron, comenzó el camino para aislar la secuencia genética del virus. Él y su equipo crearon una colección de fragmentos de ADN a partir de ácidos nucleicos hallados en la sangre de un chimpancé infectado. Aunque la mayoría de estos fragmentos procedían del genoma del chimpancé, los investigadores fueron capaces de predecir qué ‘piezas’ corresponderían a este virus desconocido.

Partiendo de la base de que los anticuerpos frente a este virus estarían en la sangre de pacientes con hepatitis, los científicos usaron sueros de pacientes para “identificar fragmentos de ADN viral clonados que codifican proteínas virales’. Después de una búsqueda exhaustiva, dieron con un clon positivo. Más adelante, los trabajos posteriores certificaron que este se derivó de un nuevo virus de ARN de la familia de Flavivirus, y se le denominó como virus de la Hepatitis C. Además, la presencia de anticuerpos en pacientes con hepatitis crónica implicaba fuertemente a este virus como el agente faltante.

Causa de la hepatitis

Una vez identificado y nombrado el virus, faltaba una pregunta por responder. ¿Podía este virus por sí mismo causar hepatitis? Aquí entró en juego el trabajo de Charles M. Rice, investigador de la Universidad de Washington en St. Louis, junto con otros grupos que trabajan con virus de ARN. Estos notaron una región previamente no caracterizada en el extremo del genoma del virus de la hepatitis C que sospecharon que podría ser importante en su duplicación.

En este contexto, Rice también observó variaciones genéticas en muestras de virus aislada y planteó la hipótesis de que algunas de estas alteraciones podían dificultar la duplicación del virus. Con la ingeniería genética como herramienta, Rice generó una variante de ARN del virus de la hepatitis C, en la que se incluía la región definida del genoma viral y caarecía de las variaciones genéticas que lo inactivaban, Al inyectar esta variante en hígados de chimpancés, se detectó virus en la sangre y se observaros cambios patológicos similares a los observados en humanos con enfermedad crónica. Esto probó que el VHC por sí mismo podía causar los casos sin definir de hepatitis mediante transfusión.

Implicaciones del hallazgo

Este descubrimiento e identificación de virus de la Hepatitis C ha sido un hito en la batalla contra las enfermedades virales. Gracias a ello, actualmente se puede contar con análisis de sangre altamente sensibles para el virus, y estos esencialmente han eliminado la hepatitis postransfusional en muchos ligares del mundo; esto mismo ha supuesto un gran avance en salud global.

Además, este hallazgo ha sido clave en el desarrollo de medicamentos antivirales dirigidos contra la Hepatitis C. En estos momentos, se trata de una enfermedad curable, lo que aumenta la esperanza de poder eliminar este virus en la población mundial. Ahora, para conseguirlo, han de aunarse esfuerzos internacionales para lograr que tanto los métodos diagnósticos como los tratamientos antivirales para el VHC estén disponibles en todo el mundo.


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