C. S. Zaragoza | viernes, 25 de noviembre de 2016 h |

El rostro de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) cambia, pero no así sus principios y objetivos que se mantienen perennes. Emilio Casariego y Antonio Zapatero, expresidente y presidente de la sociedad científica, han hablado con GM para analizar desde cómo debería ser la especialidad en pleno siglo XXI, hasta de qué manera las nuevas tecnologías de la información (TIC) pueden contribuir a la atención y abordaje de los pacientes que tratan diariamente.

Pregunta. No es novedad que el sistema de salud está enfocado a los pacientes agudos, cuando se sabe que debería estar más centrado en los crónicos. ¿Con qué estrategias se cuenta o que medidas hay en marcha para revertir esta situación?

Zapatero. En este congreso, la SEMI establece cuál debe ser el servicio de Medicina Interna del siglo XXI y dentro de los procesos asistenciales de los que se van a presentar, uno especialmente importante es el de la atención al paciente crónico. Según una encuesta publicada recientemente, el 80 por ciento de médicos europeos ni saben cuáles son las medidas para el cambio organizativo que supone el tema de la cronicidad, ni quieren adoptarlas. Además, se quejan fundamentalmente de aspectos de formación. En concreto, desde la SEMI pensamos que por la formación que tiene el internista, tenemos que ser una pieza clave en la atención a la cronicidad y se están haciendo esfuerzos notables en este sentido. Es algo que llevamos en el ADN, pero la SEMI sola no puede hacerlo. Hace falta que se impliquen instituciones sanitarias, consejerías, Ministerio, resto de estamentos, etc. El modelo tiene que cambiar de forma notable. Tenemos que cambiar el sistema sanitario organizativo actual. Lo que hemos hecho hasta ahora esta muy bien pero ya no es suficiente.

P. ¿Cómo es la Medicina Interna del siglo XXI?, ¿cómo debería ser?

Casariego. Nos tenemos que adaptar a las nuevas actuaciones. Básicamente, al nuevo paciente. Por ejemplo, la edad media de la población gallega ha crecido en lo que va de siglo tres años. La esperanza de vida de un gallego en 2000 era de 79 años y ahora es 82. Por lo tanto, los pacientes son más longevos y, por consiguiente, más complicados y presentan más enfermedades, de modo que nos tenemos que adaptar. No se trata de generar un cambio brusco y romper con todo, sino que poco a poco hay que cambiar las estructuras y la organización de los servicios para ofrecer una atención mejor. En un documento que se presenta en este congreso sobre el hospital del siglo XXI se habla de cómo organizar la asistencia y ello implica cambiar nuestra organización y nuestra forma de actuar. Es decir, es un cambio organizativo, de actitud, de pensamiento, que implica manejar las nuevas tecnologías (TIC), etc. Son temas clave que nos interesan a nosotros como expertos pero que les tiene que interesar a toda la sociedad porque se trata del futuro de nuestros mayores y el nuestro propio.

P. Se habla de eHealth, de eReceta, ePacientes…, ¿de qué manera pueden contribuir las TIC o las app sanitarias a avanzar en el manejo de los pacientes?

Zapatero. Hay programas en marcha de atención a patologías concretas como por ejemplo el de IC. La SEMI ha desarrollado las Unidades de Manejo Integral de pacientes con IC en donde se pretende ofrecer una atención diferente. Al final, hasta ahora el paciente con IC llegaba al hospital, experimentaba una mejoría, recibía el alta, el paciente tenía una agudización, volvía a urgencias y, nuevamente, entraba en el sistema. A través de estas unidades, se busca que los pacientes tengan una atención personalizada y que pueda ponerse en contacto con el profesional sanitario por teléfono, email o el dispositivo correspondiente. De esta manera, podemos recabar información y tratar de evitar la reagudización de la IC, la visita a urgencias y el ingreso. Además, ya está demostrado que así se disminuye la mortalidad y los reingresos hospitalarios. La ventaja de cuando propugnamos que se puede cambiar el sistema es que cuando lo modificas y ves que esos cambios tienen resultados en salud de forma notable, ves que merece la pena hacer esfuerzos.

Casariego: Para los nuevos pacientes, hacen falta nuevas actuaciones. Las nuevas tecnologías son clave en algunas cuestiones como por ejemplo conseguir que todos los profesionales que tratamos al paciente seamos capaces de coordinarnos. El que todos dispongan de una única plataforma de trabajo y que todos sean capaces de compartir información beneficia al paciente. De la misma manera, el control domiciliario es una nueva tecnología que tendrá mayor utilidad para el control de pacientes. Algunas de ellas son novedosas y se están probando, otras están en fase de experimentación, pero sin duda todas van a tener un papel en controlar mejor y conseguir que los pacientes tengan mejor calidad de vida.

P. Recientemente, la SEMI y la Sociedad Española de Cardiología (SEC) han firmado una propuesta conjunta para la organización compartida de nuevos modelos de atención de insuficiencia cardiaca (IC), ¿por dónde empezamos?

Zapatero. Existe un documento que nos pareció estupendo y se publicó en septiembre de 2013. Con la iniciativa ‘Future Hospital’ del Royal College of Physicians de Inglaterra te voy a dar la clave de lo que preguntas. La conclusión es que cada uno aporte al paciente lo que sabe hacer mejor. Lo que sorprende es que la noticia a veces es que dos sociedades científicas se pongan de acuerdo, cuando eso debería ser la práctica general. Estamos diciendo que el paciente está en el centro de la atención, del sistema, pero a veces parece que el paciente está en el medio.

Casariego. Tenemos una visión integral y nuestra visión es integradora. Es tan simple como eso.

P. La revisión del IPT de los ACOD ya está sobre la mesa, ¿cómo valoran que no se hayan modificado los criterios para su utilización?

Casariego. Realmente ha cambiado poco y nosotros pensamos lo mismo que hace un año cuando en octubre de 2015 remitimos un documento al Ministerio diciendo que ese IPT no cumplía las necesidades reales de los pacientes. Ha cambiado el sistema de clasificación, ahora se integra el antídoto… pero los problemas reales siguen ahí y el documento no da ningún tipo de solución. La SEMI, la SEC y otras sociedades científicas firmaron en 2015 un documento al respecto y un año después no se ha modificado apenas.

P. La relación que existe entre tabaquismo-cáncer de pulmón-EPOC está avalada científicamente. No obstante, el hábito tabáquico persiste. ¿Cómo se puede mejorar el manejo de la EPOC?

Zapatero. Es una enfermedad muy frecuente detrás de la IC y probablemente relacionada con el hábito del tabaquismo y relacionado a su vez con el cáncer de pulmón. Lo primero que se debería hacer es educar a la ciudadanía y conseguir que la gente entienda que fumar es algo que no aporta nada salvo problemas de salud ya no solo de pulmón sino también para la salud CV. Aparte, en cuanto a novedades terapéuticas se refiere, en los últimos años hemos asistido a una explosión de nuevas moléculas. Como la EPOC es una inflamación crónica de la mucosa bronquial, no se puede curar, no se puede revertir, pero sí parece que las nuevas moléculas que tienen una presentación diferente y una actuación diferente contribuyen a disminuir los reingresos y, en algún caso, la mortalidad.