2020: Un nuevo modelo de Oncología de Precisión

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Por Ramon Colomer, profesor Titular de Oncología y Jefe del Servicio de Oncología Médica Universidad Autónoma de Madrid, Hospital Universitario La Princesa

En los últimos 20 años se han producido grandes avances en Oncología que han permitido cambiar el pronóstico y la evolución de muchos pacientes con cáncer. Algunos de estos cambios son el mejor conocimiento de los tipos de cáncer y de sus diferentes subtipos moleculares, la innovación en los tratamientos dirigidos, la inmunoterapia, y las terapias combinadas.

Con ello se ha logrado mejorar en la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de algunos de los tumores más frecuentes, alcanzando cifras de supervivencia que eran impensables hace unos años.


Gracias a la Medicina de Precisión hemos avanzado en el tratamiento personalizado del cáncer, ya que empezamos a hablar no de cánceres de mama, pulmón, colon, etc, sino de cánceres que comparten determinadas alteraciones genéticas. No hablamos pues de un tratamiento para un cáncer, sino de un tratamiento adaptado a las características de un paciente concreto con un biotipo tumoral.

En definitiva, en poco tiempo dejaremos de hablar de cáncer de mama o de pulmón y hablaremos de qué alteraciones moleculares comparten distintos tumores.


Hoy, es posible identificar aquellos tumores que son genética y molecularmente iguales
para poder tratarlos de la misma manera aunque sean enfermedades de localización distinta, utilizando fármacos más eficaces y seguros, al seleccionarse los pacientes por la presencia o no de determinados biomarcadores. Esto permite incorporar aquellos tratamientos en los que hay una mayor probabilidad de que los pacientes respondan.


En esta línea, una de las aportaciones más novedosas a este nuevo paradigma del abordaje del cáncer ha sido la irrupción de un concepto que ya empieza a concretarse en forma de nuevos tratamientos: el de la aproximación transversal al tratamiento del cáncer, que se sustenta en la identificación de la alteración genética específica para la que existe un tratamiento concreto y selectivo que aporta al paciente el máximo beneficio y no depende del órgano de origen del cáncer (por eso algunos autores llaman a estos nuevos tratamientos tumor-agnósticos).

Este nuevo planteamiento implica por tanto que se administren tratamientos basados exclusivamente en una alteración molecular, independientemente del tipo y localización del tumor. Esto ocurre, sin embargo, en un número pequeño de casos de cáncer.

Hay dos ejemplos hoy en día: uno es la presencia de Inestabilidad de Microsatélites (presente en un 3,8% de cánceres), y otro es la presencia de fusiones del gen NTRK (presente en un 1% de cánceres).

Cada uno de ellos tiene uno o varios tratamientos indicados específicamente. Pero para que esta estrategia sea una realidad son necesarias plataformas de diagnóstico molecular o de secuenciación dirigida a aquellas alteraciones en las que haya una opción terapéutica probada o un ensayo clínico.

Y es factible solo cuando se dispone de tests de diagnóstico molecular que tengan en cuenta la característica transversal, que pueden ser complejos como la secuenciación de nueva generación (NGS), y en otras ocasiones tan sencillos como realizar una inmunohistoquímica. Los tratamientos transversales o tumor-agnósticos serán especialmente importantes en los casos con cáncer avanzado o en las recaídas, para ajustar y cambiar el tratamiento de forma adecuada.

El reto es que este planteamiento se incorpore cuanto antes a la rutina de todos nuestros hospitales.