#HEMATOLOGÍA

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| viernes, 15 de junio de 2018 h |


“Actualmente, estamos empezando a cambiar el paradigma de tratamiento de los cánceres hematológicos”



La oncogeriatría ha ocupado gran parte de las sesiones de ASCO, por el desafío que presenta


“Estamos empezando a cambiar el paradigma de tratamiento de los cánceres hematológicos”, apunta Raúl Córdoba, vicepresidente del Grupo Español de Hematogeriatría de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH). Como recuerda, se ha pasado de tratar con quimioterapia a cambiar de estrategia con las terapias moleculares dirigidas, y en estos últimos años con inmunoterapia”. La terapia CART está irrumpiendo con fuerza en tumores líquidos, y en futuro también lo harán en sólidos, pero como explica Córdoba, “el éxito siempre será mayor en cáncer de la sangre porque es más fácil de encontrar una molécula con las que dirigir el CAR-T sin que se dañen tejidos normales”. El problema de los tumores sólidos es la dificultad para encontrar esa molécula sin que se dañen a otros tejidos. “En el momento en que se encuentre esa molécula específica del tumor y no dañe el tehjido sano, permitirá el desarrollo de los CART”. El mieloma múltiple ocupó una parte de ASCO.Se presentaron resultados del estudio Arrow por parte de la hematóloga María Victoria Mateos, del Hospital Universitario de Salamanca, donde adelantó datos de seguridad similar y de mayor eficacia en la administración semanal de Carfilzomib.

También se adelantaron resultados de esquema libre de quimioterapia el primera línea de Leucemia Linfática Crónica, con la combinación de Ibrutinib + Venetoclax, en el estudio Captivate. “Después de 12 meses de tratamiento, hasta en 86 por ciento de los pacientes no se pudo detectar enfermedad ni en la sangre periférica ni en la médula ósea, la llamada enfermedad mínima residual”, apunta Córdoba.

En cuanto al linfoma. Uno de los temas estrella fueron los resultados de tratamientos libres de quimioterapia. Uno de los más esperados era el estudio Relevance, en el que se comparaba la eficacia y seguridad de un esquema libre de quimioterapia como era Rituximab + Lenalidomida versus quimioterapia convencional, en pacientes con linfoma folicular no tratados previamente. “Aunque el esquema libre de quimioterapia no demostró ser superior a la quimioterapia convencional, ofrecía un perfil de efectos adversos diferentes, y se postula como posible estrategia de tratamiento para los pacientes no candidatos a recibir quimioterapia”. Otro de los esquemas libres de quimioterapia fue el uso de acalabrutinib en el tratamiento de pacientes con linfoma linfoplasmocítico o Macroglobulinemia de Waldenstroms. El porcentaje de respuestas con este inhibidor de la Tirosina Quinasa de Bruton oral fue del 93 por ciento, independiente de si eran pacientes previamente no tratados o en recaída.

En el campo de los linfomas, se presentaron resultados del estudio Polaris, que combinaba un nuevo anticuerpo monoclonal anti-CD79 junto con el esquema de inmunoquimioterapia Bendamustina + Rituximab, demostrando un beneficio en respuestas y supervivencia libre de progresión en pacientes con linfomas B difusos de células grandes, donde en situación de recaída o refractariedad, si no podemos ofrecer a los pacientes un trasplante de progenitores hemopoyéticos como terapia de consolidación, su pronóstico es muy malo a corto plazo, y se trata por tanto de una necesidad médica no cubierta.

Otro de los temas más relevantes fue la actualización de resultados con un mayor seguimiento de los ensayos clínicos de células CAR en linfomas agresivos. El ensayo ZUMA-1 con el CAR axi-cel, en el que se han incluído 108 pacientes, y con un seguimiento mayor de 1 año, obtuvieron respuesta un 82% de los pacientes, siendo respuesta completa un 58% de los mismos, siendo mantenida hasta en un 42%. Y lo más relevante, es que paciente que no alcanzaron respuesta completa, hasta un 41% convirtieron la respuesta parcial en completa, por lo que las respuestas se van mejorando con el paso del tiempo. Y en otro estudio, el TRANSCEND, con el CAR liso-cel, obtuvieron respuesta un 80% de los pacientes, siendo respuesta completa un 59% de los mismos, siendo mantenida hasta en un 41% a los 6 meses, incluyendo pacientes de muy mal pronóstico como quimiorefractarios y linfomas “doble hit”.

Finalmente, como desglosa Córdoba, uno de los temas que ha ocupado sesiones todos los días del congreso ha sido el dedicado a la evaluación y tratamiento de los pacientes ancianos con cáncer, la llamada “oncogeriatría”. En este aspecto, el hematólogo español Raúl Córdoba, del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, Madrid, participó en el programa educacional de oncogeriatría para hablar del tratamiento adaptado del paciente anciano con linfoma, presentando resultados del Grupo Español de Linfomas (GELTAMO) de un estudio realizado en pacientes entre 80-100 años, en los que se identificaban como factores pronósticos adversos el tener edad >86 años, índice de comorbilidades elevado y grupo de riesgo del linfoma alto. Además, presentó diferentes estrategias llevadas a cabo en el Grupo Español de Hematogeriatría de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), donde actúa como vicepresidente, así como el programa de hematogeriatría que tienen implementado en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, Madrid tanto en la Unidad de Linfomas, la cual coordina, como en la recientemente creada Unidad de Mieloma, en las cuales, el tratamiento de cada paciente se individualiza, no solo en base al diagnóstico y a las características de la enfermedad, sino en base a las características individuales de cada persona.