E.M.C. Madrid | viernes, 01 de febrero de 2019 h |

Prevención, detección precoz, seguimiento de posibles efectos secundarios del tratamiento, detección de recidivas y de segundas neoplasias, atención a las comorbilidades… En todos estos términos, el papel de los médicos de atención primaria cuando se habla de cáncer también está fuera de toda duda.

Para ello, es preciso contar con profesionales bien cualificados y entrenados en el abordaje de este tipo de pacientes, como demandan los especialistas en oncología, pero también afianzar el cambio en la cultura de la atención especializada que se reclama desde el primer nivel, que pone el acento en la necesidad de que los oncólogos estén a su alcance para resolver dudas puntuales que podrían evitar, por ejemplo, un nuevo desplazamiento del paciente al hospital, o la presentación de informes completos con los datos principales de la enfermedad y algunos detalles como la estimación de la duración de la baja laboral, que tendrá que gestionar el propio médico de primaria, o la fecha de la próxima visita en atención especializada.

Varios hospitales españoles cuentan ya con programas específicos de coordinación entre oncología y atención primaria que constituyen un ejemplo que no se ha de pasar por alto.

Uno de ellos es el Hospital Universitario Clínico San Carlos. Su programa de Coordinación y Continuidad Asistencial en Oncología le valió en la última edición de los premios de Gaceta Médica el BiC de Coordinación Asistencial.

Comunicación efectiva

La iniciativa se basa establecer líneas estructuradas de coordinación entre el servicio de Oncología del centro madrileño, un hospital de tercer nivel, y sus centros de salud de referencia desde la perspectiva de garantizar la continuidad asistencial y con el único objetivo de ofrecer una atención mejor al paciente.

La receta es tan sencilla como compleja en la práctica: promover una comunicación efectiva entre este servicio y los centros de primaria adscritos y asignar al centro de salud labores fundamentales en la evaluación de problemas tardíos del cáncer y la vigilancia de la recidiva tumoral del paciente largo superviviente, entre otros puntos.

Dentro de este programa se trata de establecer circuitos de comunicación efectivos entre ambas áreas, además de consensuar protocolos comunes en pacientes largos supervivientes, además de facilitar el tránsito de estos pacientes en ambos niveles asistenciales. La iniciativa cuenta, además, con programas de formación de los médicos de primaria y la revisión periódica de los protocolos comunes de actuación.

Hay más ejemplos en esta línea a escala nacional. Otro de ellos en el hospital Clínic de Barcelona, que cuenta con un programa de seguimiento compartido en cáncer de mama que se inicia, y es aquí donde aparece la novedad, una vez que finaliza el primer tratamiento oncológico. Hasta la fecha se han beneficiado de la iniciativa más de cien pacientes.


Informes
La estimación de la duración de la baja laboral o la fecha de la próxima visita al especialista deberían constar



Seguimiento
El Hospital Clínic de Barcelona incorpora el seguimiento compartido tras el primer tratamiento