Desde que empezara la pandemia, mucho se ha estudiado sobre el impacto del virus en el pronóstico de los pacientes más vulnerables. En el caso de los pacientes oncológicos esto ha sido una realidad desde el inicio. Al comienzo de la pandemia de COVID-19, los hallazgos de pequeños subconjuntos de pacientes con cáncer infectados con el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2) parecían mostrar un mayor riesgo de mortalidad en comparación con la población general. El Congreso ESMO 2020 ha seguido avanzando en este sentido con tres presentaciones que analizan los factores pronósticos de mortalidad en pacientes con cáncer y COVID-19.

Así, los resultados del estudio prospectivo más grande de Europa de pacientes con cáncer y COVID-19 relevan un impacto negativo en el pronóstico. Los datos de 5.346 pacientes con antecedentes de cáncer y 1.680 pacientes en tratamiento activo por cáncer ingresados ​​en el hospital con COVID-19 fueron analizados por el Protocolo de Caracterización Clínica de la OMS. Se trata de un Consorcio Internacional de Infecciones Respiratorias Agudas y Emergentes que recopila información clínica detallada y resultados para miles de pacientes. En los pacientes hospitalizados con cáncer y COVID-19, la tasa de mortalidad fue alta, del 44,3 por ciento en los que tenían antecedentes de cáncer y del 42,3 por ciento en los que estaban en tratamiento activo por cáncer.

Neoplasias torácicas

Según el registro de la Thoracic Cancer International COVID-19 (TERAVOLT), sobre las neoplasias malignas torácicas, ha analizado datos de 1.012 pacientes de 20 países hasta mediados de julio de este año. Este estudio reveló que el 72 por ciento de los pacientes fueron hospitalizados, el 47 por ciento desarrolló neumonía como una complicación, y alrededor de un tercio (32 por ciento) murió mientras estaba infectado con COVID-19. Los expertos consideran que los pacientes con neoplasias malignas torácicas son particularmente susceptibles a COVID-19 dada su edad avanzada, el hábito de fumar y las comorbilidades cardiopulmonares preexistentes, además de los tratamientos contra el cáncer. Cabe destacar que la mediana de retraso para reiniciar el tratamiento oncológico después de recuperarse de la infección por COVID-19 fue de 21 días

Además, según datos de un análisis que analizó a pacientes mayores de 65 años, con tabaquismo activo, con un estadio avanzando de cáncer, ECOG PS ≥2, con esteroides antes del diagnóstico de COVID se asociaron a un mayor riesgo de muerte. Asimismo, la quimioterapia y el uso de inhibidores de la tirosina quinasa no se asociaron con un aumento de la mortalidad y, curiosamente, los pacientes que recibieron inmunoterapia parecían tener un menor riesgo de mortalidad.

Con respecto a otros factores pronósticos que pueden ser útiles para la evaluación de los pacientes, los expertos confirman que la edad avanzada, el sexo masculino, el tabaquismo y dos o más comorbilidades parecen estar asociados con un mayor riesgo de mortalidad por COVID-19.

Los factores de riesgo

Según los resultados actualizados presentados, estos factores de riesgo se asociaron a una peor mortalidad a los 30 días en una gran cohorte de pacientes con cáncer activo o previo y COVID-19. En el análisis actual de 3.899 pacientes, la mortalidad a 30 días fue del 15 por ciento en general y del 25 por ciento en los pacientes hospitalizados. Entre los pacientes hospitalizados, los parámetros de laboratorio de recuento absoluto de linfocitos alto o bajo, recuento absoluto alto de neutrófilos, plaquetas bajas y niveles anormales de creatinina, dímero D, troponina de alta sensibilidad o proteína C reactiva se asociaron con un peor pronóstico. 

Los expertos apuntan a que las actualizaciones adicionales de los registros, que aún están en curso, ayudarán a evaluar mejor a los pacientes con cáncer y perfeccionar las estrategias para administrar los tratamientos en la era del COVID-19.