Los tumores malignos más frecuentes en los niños menores de 14 años según su localización son las leucemias (30 por ciento), los tumores del sistema nervioso central (SNC) (20 por ciento), los linfomas (15 por ciento) y los tumores de cresta neural (10 por ciento).

“Los tumores del SNS son la segunda causa de cáncer infantil pero la primera en tumores sólidos”, explica a GM José Hinojosa Mena-Bernal, jefe del Servicio de Neurocirugía en el Hospital San Joan de Deu, quien puntualiza que, “aunque estadísticamente son más frecuentes los tumores benignos, hay una considerable proporción de tumores malignos en cerebro y en médula”. Su incidencia varía con la edad, siendo levemente mayor en menores de 1 año y presenta un leve predominio en el sexo masculino.

Abordaje: tres pilares

Como afirma el especialista, el tratamiento de este tipo de tumores requiere un abordaje multidisciplinar que incluye cirugía, quimioterapia y radioterapia.
“El tratamiento de los tumores del SNS se sienta en tres pilares fundamentales: la cirugía, la quimioterapia y, en menor frecuencia en niños, la radioterapia”, destaca. La mayor parte de los tratamientos en los tumores cerebrales o medulares comienzan con una intervención quirúrgica que ha demostrado ser la herramienta más eficaz para el control de la enfermedad.

Los tres pilares del tratamiento son la cirugía, la quimioterapia y, en algunas ocasiones, la radioterapia

“La cirugía suele ser el tratamiento definitivo en tumores benignos pero cuando hablamos de tumores malignos hay que completarla con algún tipo de terapia adyuvante, que casi siempre es quimioterapia, y en algunos ocasiones, la radioterapia en pacientes mayores de 3 años”, continúa Hinojosa.

La cirugía cumple un rol fundamental en el diagnóstico de los tumores del sistema nervioso central para caracterizar desde el punto de vista molecular el tipo de tumor. El objetivo debe ser la resección completa del tumor con márgenes negativos, sin embargo, esto no siempre es posible por el gran riesgo de daño neurológico permanente, logrando generalmente una resección subtotal.

Tecnología intraoperatoria

El abordaje de estos tumores se ha visto beneficiado en gran parte por los avances en la tecnología que se utiliza en los quirófanos.

Avances en la tecnología intraoperatoria.


Tal y como resalta Hinojosa, “la tecnología de la que disponemos en quirófano ha mejorado mucho. Ahora podemos hacer las extirpaciones de forma más segura y con mayor eficacia”.

Por ejemplo, las herramientas que facilitan estas intervenciones son la resonancia magnética intraoperatoria, la monitorización neurofisiológica avanzada o algunas formas de tratamiento dirigido como pueden ser los ultrasonidos o los láseres.

Por otro lado, “el mayor conocimiento molecular de los tumores ha favorecido también la elección de terapias dirigidas o personalizadas”, añade el oncólogo.

El 70 por ciento de los niños y jóvenes supervivientes de cáncer desarrolla secuelas tardías

Retos en el cáncer infantil

El 70 por ciento de los niños y jóvenes supervivientes de cáncer desarrolla secuelas tardías por el tratamiento. Asimismo, el hecho de haber tenido cáncer en la infancia aumenta ocho veces el riesgo de desarrollar una enfermedad crónica.


“Tenemos dos retos en oncología pediátrica. Por un lado, aproximadamente el 70 por ciento de los enfermos que tratamos de tumores malignos tienen secuelas en la edad adulta. Por tanto hay que intentar minimizar estas secuelas y mejorar la calidad de vida de los adultos que han sobrevivido al cáncer cuando son jóvenes”, especifica el experto.

El siguiente reto pasa por “tener un tratamiento eficaz para ese porcentaje de tumores muy concretos en los que no disponemos aun de un buen armamento terapéutico”, concluye el oncólogo.