España se ha convertido en el país con la mayor tasa de trabajadores de la salud afectados por la Covid-19. Según apunta Javier Crespo, presidente de la Sociedad Española de Patología digestiva (SEPD), existen factores específicos que explican por qué el país encabeza este dato. Así lo apunta en un artículo publicado en BMJ Opinion, en el que desgrana los motivos por los que se cuentan 50.000 profesionales de la salud infectados en territorio nacional, es decir, el 20 por ciento del total de casos registrados.

Para explicar todo esto, apunta a “serios problemas estructurales durante varias décadas” en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Estos empeoraron tras la crisis financiera mundial de 2008 y han afectado la respuesta a esta emergencia. Así, señala diversos factores condicionantes:

  • Fragmentación. División en 17 regiones de salud
  • Estructura ministerial inadecuada. Transferencia de responsabilidades a las regiones
  • Inversión en salud. Por debajo de la media europea
  • No existe una estrategia proactiva para rastrear contactos
  • Los especialistas en salud pública trabajan como asesores en lugar de salir al campo
  • Respuesta inadecuada de la industria e la inversión I+D+i. Estyo ha provocado la limitación a la adaptación a la pandemia

Planificación y previsión

En enero y febrero, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDPC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtieron la necesidad de prepararse ante la amenaza de la Covid-19. Además, a principios de marzo se aconsejó a los países que advirtieran a la población general sobre la amenaza inminente, estableciendo protocolos de diagnóstico.

En palabras de Crespo, en España se hizo lo contrario. “La población no estaba informada, los planes de diagnóstico eran inadecuados para la población en general”. Asimismo, señala la falta de equipos de protección personal para los sanitarios.

A pesar de un gran aumento de infectados durante el fin de semana del 7 al 8 de marzo no fue hasta el día 11 que la OMS declaró el estado de pandemia. En España, hubo que esperar hasta el 15 de marzo para el comienzo del confinamiento, “perdiendo dos semanas esenciales”.

Consecuencias: pérdida de efectivos

El presidente de la SEPD también denuncia diversas fallas que han derivado en consecuencias de contagio masivo de profesionales. Entre ellas, indica que Sanidad no recomendó realizar pruebas a los sanitarios con síntomas leves o sin síntomas. Además, los contactos de casos positivos de Covid-19 tuvieron un seguimiento estrecho, ni se pusieron en cuarentena durante al menos 14 días. En última instancia, señala que nunca se recomendó la prueba de profesionales en contacto con casos confirmados.

Asimismo, Crespo apunta al triaje fuera de los hospitales como una herramienta eficaz para reducir las tasas de infección hospitalaria. Sin embargo, en muchos casos no se ha apostado por este modelo.

La experiencia de lo aprendido

Crespo hace así una radiografía de la pandemia en España en forma de lección aprendida. Así, a corto plazo, la inversión inmediata en equipos de protección y el uso de pruebas de diagnóstico confiables y regulares para evaluar a todos los profesionales resultan esenciales. Además, a medio y largo plazo, es preciso aumentar la inversión en nuestros sectores de atención médica y biotecnológica, así como la apuesta por la mejora en el trabajo epidemiológico.

No obstante, advierte que el bloqueo actual no debe finalizar por completo hasta que las pruebas estén ampliamente disponibles para evaluar a la población. “Nuestras autoridades no deben cometer el error de anteponer los intereses económicos o políticos a la salud. Si lo hacen, veremos un brote recurrente que provocará una mayor morbilidad y mortalidad”, vaticina.


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