El estudio VICTORIA, de la compañía BAYER, ha evaluado vericiguat en combinación con las terapias disponibles para los pacientes con insuficiencia cardíaca crónica sintomática tras un estado de empeoramiento. Vericiguat es un estimulador enzimático directo de investigación, oral, una vez al día, con un nuevo modo de acción en la insuficiencia cardíaca. Los resultados señalan que Vericiguat se toleró bien, lo que coincide con el perfil de seguridad observado en estudios anteriores.

Este es el primer estudio clínico de fase III contemporáneo positivo centrado en pacientes con esta forma de insuficiencia cardíaca de alto riesgo, que ha presentado la compañía Bayer durante el congreso ‘Bayer en enfermedades cardiovasculares: hoy y mañana‘.

La insuficiencia cardíaca es el fallo de un órgano terminal que se produce después de sorbevivir a una ataque cardíaco o de una lesión prolongada de factores de riesgo.

“La mayoría de los pacientes con insuficiencia cardíaca no son diagnosticados y su condición no se detecta durante muchos meses en las primeras etapas”, indica la profesora Carolyn Lam, consultora senior del Centro Nacional del Corazón de Singapur. La experta explica que eso se debe a que los síntomas y los signos tempranos de la insuficiencia cardíaca son bastante inespecíficos.

Novedades de VICTORIA

La tasa de incidencia general de eventos adversos no fue mayor en comparación con el placebo (32,8 frente a 34,8%). Las tasas de hipotensión sintomática (9,1% frente a 7,9%) y síncope (4% frente a 3,5%) tendieron a ser más frecuentes con vericiguat que con placebo, pero la diferencia no fue significativa. A lo largo del estudio VICTORIA, no hubo un aumento de los eventos adversos renales como hiperpotasemia o disminuciones en la TFGe.

En el grupo de placebo, la tasa de eventos anuales fue más de dos veces mayor que lo que ha visto en los ensayos recientes de grandes resultados de insuficiencia cardíaca, según ha explicado la experta. Además, los investigadores han demostrado que un biomarcador llamado NT-proBNP, “fue dos veces más alto que lo que hemos visto en los recientes grandes ensayos de resultados de insuficiencia cardíaca”, destaca.

“A nivel social, más de 60 millones de personas viven con insuficiencia cardíaca en el mundo”

Profesora Carolyn Lam, consultora senior del Centro Nacional del Corazón de Singapur

Cifras similares a cánceres comunes

Por otra parte, la experta indica que VICTORIA también fue especial porque empleó “un enfoque muy novedoso al estimular la guanilato ciclasa soluble, mejorando así los efectos beneficiosos del GMP cíclico”, lo que es muy diferente de las terapias médicas estándar dirigidas que inhiben la activación adversa de los sistemas neurohormonales.

La experta insiste en que, a los cinco años de detectarse la patología, “el 50 por ciento de los pacientes mueren”. Por este motivo, estas cifras son análogas a muchos cánceres comunes “y no se toma tan enserio”, denuncia Lam.

En este sentido, abordar al paciente con un empeoramiento de insuficiencia cardíaca es uno de los mayores desafíos en la actualidad para la experta. “Esta condición cuesta 198 mil millones de dólares al año, donde dos terceras partes corresponden a hospitalización y medicamentos”, destaca.

“Ahora es un momento realmente emocionante en la insuficiencia cardíaca. Tenemos muchas opciones con terapias por primera vez”

Profesora Carolyn Lam, consultora senior del Centro Nacional del Corazón de Singapur

Así lo señala Lam que indica que, solo en la última década, “hemos tenido dos ensayos más exitosos” de insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida y compuestos que aún reducen aún más las tasas de hospitalización y muerte.

Enfermedades coronarias

Por otro lado, el congreso también hizo referencia a los resultados de COMPASS y VOYAGER. La enfermedad de las arterias coronarias (EAC) y la enfermedad de las arterias periféricas (EAP) son formas de enfermedad cardiovascular causadas por aterosclerosis, una enfermedad crónica progresiva que conduce a trombosis e isquemia, conocida como aterotrombosis. La CAD y la EAP pueden provocar discapacidad, pérdida de una extremidad o la muerte.

Anteriormente, las pautas para el tratamiento de la EAC y la EAP recomendaban únicamente la terapia antiplaquetaria, como el ácido acetilsalicílico (AAS), también conocido como aspirina.

“Si se observa la trayectoria de la fisiología de los coágulos en las enfermedades cardiovasculares, se basan en plaquetas agregadas”, indica el jefe del Departamento de Medicina Vascular de Klinikum Darmstadt en Alemania, Rupert Bauersachs. Las plaquetas se agregan en la sangre estimulando la generación de trombina, es decir, la coagulación de la sangre.

Este proceso ocurre también al contrario, ya que la trombina es un activador muy potente de la agregación plaquetaria. Bauersachs destaca que la investigación vascular ha intentado inhibir ambas vías pero, lamentablemente, cuando se combinaron VKA (Antagonistas de la vitamina K) u otros NOAC con aspirina, no redujo los eventos cardiovasculares, sino que aumentó el sangrado severo.

Las terapias antiplaquetarias funcionan impidiendo la agregación de las plaquetas sanguíneas; sin embargo, la terapia antiplaquetaria por sí sola puede no ser suficiente para tratar a pacientes con EAC crónica y/o EAP que tienen un riesgo continuo.

Combinación de rivaroxabán

Como tal, desde 2019 las guías clínicas también han recomendado una combinación de rivaroxabán 2.5 mg dos veces al día más AAS 100 mg una vez al día para la prevención de eventos aterotrombóticos en pacientes adultos con EAC o EAP sintomática con alto riesgo de eventos isquémicos.

“Redujo significativamente las complicaciones cardiovasculares graves, sin un aumento sustancial de las complicaciones hemorrágicas más graves”

Jefe del Departamento de Medicina Vascular de Klinikum Darmstadt en Alemania, Rupert Bauersachs

Los anticoagulantes son una clase de medicamentos que actúan para diluir la sangre de una manera diferente a los antiplaquetarios y reducen la formación de la red de fibrina, una malla que forma un coágulo de sangre.

Se ha demostrado que algunos anticoagulantes orales no antagonistas de la vitamina K (NOAC), como el rivaroxabán, protegen a los pacientes contra los coágulos de sangre al inhibir el factor Xa, una enzima que actúa en un punto clave del proceso de coagulación de la sangre. Las investigaciones han indicado que al combinar un medicamento antiplaquetario con un anticoagulante, se puede adoptar un enfoque de doble objetivo.

En concreto, la investigación ha demostrado que al combinar el AAS antiplaquetario con rivaroxabán, se reduce el riesgo de accidente cerebrovascular, muerte cardiovascular y ataque cardíaco en pacientes con EAC crónica o EAP. Este hallazgo, del estudio COMPASS de fase III, se basa en el uso de una dosis vascular de rivaroxabán, 2,5 mg dos veces al día, más AAS 100 mg una vez al día, en comparación con el uso de AAS 100 mg una vez al día solo.

Impacto en la disfunción renal y la importancia de la diabetes 2

La relación regulatoria entre el corazón y los impactos renales son muy significativos. El profesor de medicina y director del Centro Integral de Hipertensión de la Sociedad Estadounidense de Hipertensión en la Universidad de Medicina de Chicago, George Bakris, indica que el impacto del corazón en la disfunción renal y la importancia de la diabetes 2 es un “problema médico y económico importante para el gobierno de Estados Unidos”.

“Hay 37 millones de personas con enfermedad renal crónica y el 90 por ciento ni si quiera lo sabe”

Profesor de medicina y director del Centro Integral de Hipertensión de la Sociedad Estadounidense de Hipertensión en la Universidad de Medicina de Chicago, George Bakris

El experto indica que esta circunstancia será un problema mayor para el 2030, ya que se duplicará la cantidad de personas en diálisis en EE.UU, lo que supone una carga “no solo para los pacientes, sino para la atención médica”.

Las conexiones entre el corazón y el riñón “no abarcan una respuesta simple”, según Bakris. Lo que sí sostiene es que la sociedad debe saber cuando baja su tasa de filtración glomerular, porque cuando cae por debajo de 45 (perdiendo más de la mitad de su función renal), su riesgo cardiovascular aumenta cinco veces. Este riesgo aumenta a medida que los riñones pierden la capacidad de filtrar.

Lo más preocupante en este sentido es que el paciente es asintomático hasta “estar listo para diálisis”. Por ello, Bakris anima realizarse pruebas rutinarias y monitorizar los cambios en la sangre que permitan evaluar posibles anomalías.

El experto indica que la diabetes es la primera causa de insuficiencia renal en el mundo. Por este motivo, Bakris considera que las investigaciones deben centrarse en la diabetes.

“Si experimenta una reducción en la filtración, entonces sabrá que hay alguna lesión en el riñón, y si tiene fugas en el riñón, seguro que hay una lesión coronaria”, concluye.


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