El año de la investigación pública

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Por Rosa Menéndez, directora del CSIC.

En el momento de escribir estas líneas, en pleno pico de la tercera ola de la pandemia, no es sencillo hablar de prioridades de la investigación pública, ni como ciudadana, ni cómo responsable de una institución, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el CSIC, que se ha volcado en estos meses para encontrar y desarrollar soluciones.

Pasamos de un año extraordinariamente duro, a comenzar otro con mucha esperanza, pero en el que la realidad nos vuelve a sacudir.

Esperanza por la llegada de las primeras vacunas, que hubiera sido imposible sin un esfuerzo coordinado, que nace en la investigación básica, en el increíble desarrollo de las técnicas genómicas y en el conocimiento acumulado sobre este virus. Además, se requiere un uso intensivo de la tecnología para producir los millones de viales necesarios y la colaboración con el sistema sanitario tanto para el ensayo clínico como para su aplicación.

Primera prioridad para la investigación pública: impulsar y mantener esas líneas de investigación básica, que se desarrollan a lo largo de muchos años y que, en un momento dado se revelan clave para proporcionar soluciones que la sociedad requiere. Segunda prioridad: establecer puentes sólidos con las empresas, que son las que posibilitan que estas soluciones puedan llegar al mercado y por ende a la sociedad. Tercera prioridad: conectar con el sector de aplicación, en este caso el sanitario, que es el responsable último de todas las acciones de salud y en el que la sociedad deposita su confianza.

En el CSIC la pandemia nos ha revelado la importancia de estas tres prioridades y lo complejo que puede resultar impulsarlas.

“El desarrollo de tres candidatos vacunales ha sido posible gracias a la existencia en nuestro sistema público de investigación de grupos punteros a nivel mundial en centros de excelencia”

El desarrollo de tres candidatos vacunales ha sido posible gracias a la existencia en nuestro sistema público de investigación de grupos punteros a nivel mundial en centros de excelencia, dotados de la tecnología requerida, y con acceso a laboratorios de máxima seguridad. No obstante, este contexto no está exento de problemas. Una financiación limitada en los últimos años, tanto en volumen como en continuidad, ha dificultado la consolidación de los grupos y su estabilidad. Además, se ha primado en general el liderazgo frente a la colaboración, lo cual ha limitado su estructura. Reflexionemos sobre ello.

El desarrollo de tres candidatos vacunales ha sido posible gracias a la existencia en nuestro sistema público de investigación de grupos punteros a nivel mundial

Llevar estos candidatos vacunales a ensayo preclínico y a plantear el ensayo clínico ha requerido establecer colaboraciones con empresas del sector farmacéutico y con los hospitales en los que se realizarán estos ensayos. Un entorno mucho menos usual para nuestra institución, en el que es clave la unidad de transferencia de tecnología, que guía en este proceso a los grupos de investigación e intenta encontrar la fórmula de colaboración más adecuada. Se requiere establecer una confianza mutua guiados por un objetivo común. Para ello necesitamos cambios normativos que fomenten la colaboración público-privada y también nuevas fórmulas en el ámbito de la investigación traslacional. Resolver estos dos puntos es clave para avanzar.

Esta pandemia también nos ha mostrado claramente la necesidad de una integración transversal para la investigación actual, en la que el CSIC ya había hecho una apuesta previa, la colaboración interdisciplinar. En la plataforma Salud Global colaboran más de 300 grupos del CSIC de diferentes áreas, biomedicina en primer lugar, pero también física, materiales, química, medio ambiente y, ciencias sociales y humanidades. Así se han podido abordar las soluciones requeridas en las diferentes temáticas desde el origen y difusión del virus, su estructura, el diagnóstico, la enfermedad y las terapias hasta el impacto social.

“Necesitamos cambios normativos que fomenten la colaboración público-privada y también nuevas fórmulas en el ámbito de la investigación traslacional. Resolver estos dos puntos es clave para avanzar”

El CSIC ha sido capaz, articulando todas estas prioridades, de investigar, diseñar, desarrollar y llevar hasta la sociedad nuevas soluciones basadas en avances científicos y tecnológicos. Es el caso de los kits serológicos muy precisos y las mascarillas virucidas biodegradables. El análisis y control de la presencia del virus en aguas residuales, en el aire de los hospitales y del transporte público, y el seguimiento genómico del virus.

Quiero concluir este análisis de prioridades justamente con este último tema que tanto impacto está teniendo. Cuando en marzo de 2020 uno de nuestros jóvenes investigadores nos propuso lanzar una red de seguimiento genómico del virus en nuestro país, recibiendo y secuenciando cientos de muestras de hospitales de toda España, para analizar las posibles mutaciones del virus y a la vez poder definir un mapa preciso de su propagación y evolución, decidimos que requería el máximo apoyo y así se lo trasladamos también al Instituto de Salud Carlos III que apoyó y financió igualmente el proyecto. Gracias a ello, no solo España está integrada en la iniciativa internacional GISAID, en la que comparte datos y conocimiento, si no que el sistema ha permitido analizar la llegada del virus, su expansión y difusión, incluso fuera de España, entender brotes, analizar reinfecciones y, sobre todo, proporcionar una alarma lo más temprana posible ante la aparición de nuevas cepas. Ahora, este nuevo servicio, desarrollado gracias a la investigación pública, va a integrarse en el sistema de alerta sanitaria del país. Prioridad cumplida.

Nuestros investigadores no se detienen. Un nuevo proyecto combinara este seguimiento genómico de las mutaciones con el del fallo vacunal y el impacto en el diseño de nuevos antivirales.

La aparición de las nuevas cepas hace decisivo este proyecto para conservar la esperanza que aún tenemos de superar la pandemia en este año 2021 y nuestra sociedad vuelva a respirar.