Juntos hacia un cambio real

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Por Eduardo Pastor, presidente de Cofares.

Si algo nos ha dejado a todos el recién terminado 2020 es, sin lugar a duda, una gran cantidad de aprendizajes. La irrupción de la pandemia de la COVID-19 el pasado mes de marzo marcó el auténtico inicio de un año totalmente diferente a lo que esperábamos. Sus consecuencias se prolongan hasta este 2021 que acabamos de empezar y que en tan solo en un mes nos sigue enseñando que la salud es lo primero.

Estamos en momentos de inestabilidad en los que desde Cofares seguimos trabajando sin descanso para aportar soluciones y certezas en los momentos de incertidumbre. Lo hemos hecho durante la pandemia, siendo la primera distribuidora en facilitar entre los socios material de protección homologado y seguro, y seguiremos haciéndolo durante todo 2021, tal y como hemos demostrado con la borrasca Filomena.

El cuidado de la salud es hoy un objetivo común de prioridad absoluta y desde Cofares somos conscientes de que farmacia y distribución somos un eslabón central dentro de los ecosistemas sanitarios, el punto de unión entre los pacientes y los diferentes agentes de salud. Somos, además, indicador adelantado ante necesidades cambiantes, servimos de termómetro para que administraciones e instituciones puedan anticipar posibles necesidades o tensiones en la demanda.

“Desde Cofares somos conscientes de que farmacia y distribución somos un eslabón central dentro de los ecosistemas sanitarios”

Durante todos estos meses, y a pesar de las severas restricciones, hemos mantenido nuestro compromiso de puntualidad y asegurado la media de 2,5 entregas diarias entre los socios, incluso en los momentos más duros. Para mantener este alto nivel de exigencia, hemos añadido 75 nuevas rutas a las 1.500 que ya existían. En todas estas ocasiones hemos trabajado con las Administraciones Públicas para dar el mejor servicio a los ciudadanos.

Hemos podido hacer frente a estos retos que nos han planteado los momentos críticos gracias a que tenemos un equipo capaz de mantener activo el engranaje complejo de la compañía. El funcionamiento ordinario ha sido y es magnífico, lo que ha facilitado que en momentos excepcionales estuviéramos bien preparados.

Por otra parte, cabe destacar que en una situación de pandemia en la que los centros sanitarios (hospitalarios y atención primaria) han estado en los momentos más críticos fuera del alcance de gran parte de la población libre de COVID-19, la red de farmacias comunitarias –que afortunadamente llega de forma directa a más del 95% de la población y multiplica por 10 el número de centros de atención primaria- ha sido la encargada de prestar parte de la atención sanitaria, cubriendo un importante servicio público.

Han sido los boticarios quienes han atendido y resuelto las dudas sobre sus tratamientos (sustituciones de fármacos, renovaciones en la medicación, cumplimiento terapéutico, seguimiento) y preocupaciones en materia de salud (prevención, higiene, equipos de protección).

Y es que la farmacia como único establecimiento sociosanitario de primer nivel para el ciudadano ya era una realidad más que instaurada en la España rural, pero en esta ocasión lo ha sido en el conjunto del país incluso en los núcleos urbanos más poblados.

Ahora que 2020 forma ya parte del pasado, no podemos dejar también atrás todas las lecciones que hemos aprendido. Es momento de interiorizarlas y de ponerlas en práctica en este presente todavía inseguro para que, entre todos, podamos construir el futuro que nos merecemos, el futuro que realmente queremos para nosotros y para nuestros seres queridos.

La salud no puede volver a quedar relegada a un segundo plano. Si algo ha quedado claro es que la salud es la base sobre la que se sustenta el estado del bienestar y, sin ella, todo cae, nada tiene sentido.

Sigamos todos trabajando unidos a favor de la salud, con la colaboración como valor esencial, y así lograremos que este 2020 pase a la historia como el año en el que, juntos, avanzamos hacia un cambio real.