Un Pacto de Estado por la Sanidad

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Por Inmaculada Mediavilla Herrera, presidenta de la Sociedad Española de Calidad Asistencial.

Acaba de terminar 2020 y es un buen momento para echar la vista atrás y reflexionar sobre lo que nos ha pasado. Presido una sociedad científica que promueve avanzar aprendiendo de lo hecho… y esto, en nuestro entorno, visto lo visto, parece difícil de conseguir…

Presumíamos en España de tener la mejor sanidad del mundo… y resulta que lo que teníamos era la más eficiente: la de mejores resultados con menor inversión… Y, por desgracia, esto se ha puesto de manifiesto en medio de una crisis sanitaria sin parangón en nuestra historia reciente… es decir, en el peor momento…

Y, lejos de asumir esta realidad y de ponernos todos a remar en la misma dirección… hemos asistido y asistimos a la guerra política habitual utilizando de campo de batalla la pandemia

Se viene diciendo desde hace años que la sanidad, como la educación, no debería entrar en la contienda política… que debería haber un Pacto de Estado para protegerla y mejorarla. Pero no hay manera… e intuyo que esto no va a cambiar. La sanidad pública sufrió tremendos recortes durante la crisis económica y eso lo hemos pagado muy caro… con enfermedad, sufrimiento y muerte.

El Ministerio de Sanidad ha sido siempre un ministerio “venido a menos”, casi sin competencias, ocupado (salvo excepciones: Ana Pastor, Mª Luisa Carcedo… por mencionar una de cada color) por personas muy ajenas al ramo… Y ha sido a este ministerio y a su ministro titular en la actualidad a quiénes ha tocado gestionar algo para lo que no estábamos ni estaban preparados. No se salvan tampoco los gestores de muchas comunidades autónomas. En situaciones así, se pone de manifiesto que los cargos los ocupan las personas “de partido”, no los mejores. Esto es así y, en este terrible momento, ha sido una losa demasiado pesada para que las cosas se hicieran bien.

Esta pandemia ha sacado lo mejor de todos. Los profesionales sanitarios han trabajado más allá del deber, poniendo en riesgo sus vidas. Y la ciudadanía ha aceptado situaciones crueles de separación familiar, sobre todo de las personas mayores y vulnerables…

No nos han dejado a los profesionales opinar sobre las medidas que se han ido tomando. Y qué decir de la respuesta del Gobierno a la propuesta de un grupo de personas de demostrada valía sobre que la gestión de la pandemia en España se sometiera a una auditoría independiente. La Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA) que presido se ofreció a coordinar esta auditoría garantizando la independencia de la misma. Estamos esperando aún la respuesta…

Se nos ha engañado no diciéndonos claramente que este Gobierno había apostado por convivir con el virus y trampear con la economía. A costa de una media de muertos diarios considerable… a la que por desgracia ya nos hemos acostumbrado.

Todos hemos entendido la diferencia entre vivir en Alemania o en España: en Alemania se cierra un negocio unos meses y se le da una ayuda suficiente para que sobreviva… en España, no. Entonces, como no se pueden cerrar todos los negocios, lo pagamos con vidas. En fin…

Pero mientras que los gestores, de todos los ámbitos, no han estado a la altura, los profesionales sanitarios y la población en su gran mayoría sí lo han estado. Esta pandemia ha sacado lo mejor de todos. Los profesionales sanitarios han trabajado más allá del deber, poniendo en riesgo sus vidas. Y la ciudadanía ha aceptado situaciones crueles de separación familiar, sobre todo de las personas mayores y vulnerables, y ha sufrido la muerte en soledad. Que es la peor de las muertes. Los niños han dado un gran ejemplo de adaptación y ha surgido por doquier la solidaridad vecinal y esa heroicidad que algunos llevan dentro.

Ahora llega la vacuna… La luz al final del túnel, que repiten y repiten en la tele… Pero, de momento, seguimos demostrando que no somos capaces de planificar. En calidad, siempre decimos que gestionar “apagando fuegos” no es gestionar con calidad. Pero no hay manera. No aprendemos…

En definitiva, firmar un pacto para preservar y mejorar nuestro sistema sanitario y sacarlo de la contienda política; invertir más en sanidad (más recursos materiales y más y mejor pagados recursos humanos) y en salud pública; elegir a los gestores por su valía profesional y no por el partido al que votan: planificar para el futuro… Todo esto le he pedido a los Reyes Magos…

¡Impaciente estoy por saber si me lo han traído!