Juan Pablo ramírez Madrid | miércoles, 07 de septiembre de 2016 h |

Medir, medir y medir. Se ha convertido en una de las máximas del Sistema Nacional de Salud durante los últimos años. También del Centro de Salud de Fuensanta (Valencia), que ha sido merecedor del Premio BiC a Mejor Centro de Atención Primaria. El coordinador de Atención Primaria de Fuensanta, Francisco Antón García, ha interiorizado este mantra. Su centro se ha convertido en un ejemplo de cómo sobresalir con los recursos justos. “No hemos perdido la ilusión por mantener, mejorar e innovar en atención primaria”, señala Antón.

“Estamos ubicados en la periferia de la ciudad de Valencia, en una zona de nivel económico bajo o medio”, explica el coordinador de este ecntro que ha puesto en marcha mecanismos que permiten integrar la asistencia sanitaria con la realidad social.

Entre los muchos programas que se han incorporado destaca el de ejercicio para pacientes. Aquellos que se someten a actividad física muestran mejores resultados que los más sedentarios. Además de mejorar su bienestar, generan un ahorro económico importante al sistema. “No solo hacemos un trabajo clínico, sino que también realizamos una labor de cara a la comunidad”, relata.

Ahorros en farmacia

Los estudios llevados a cabo por Antón con 250 pacientes ponen de manifiesto que aquellos que realizan ejercicio físico gastan cerca de 300 euros menos al año en fármacos. Un paciente sedentario supone alrededor de 1.100 euros anuales, mientras que los más activos se encuentran en torno a los 740 euros. “Llama la atención que los pacientes que no hacían ejercicio gastaban en analgésicos el doble que los que sí hacen y lo mismo pasa con los psicotropos, como los tranquilizantes o los antidepresivos”, afirma Antón. Los más activos suponen unos 35 euros al año en analgésicos, frente a los 70 euros de los que no practican ninguna actividad física. “No hace falta gastar más para tener controlado a otros pacientes”, apostilla.

En esta línea, el centro trabaja en un programa de pacientes expertos en ejercicio físico. “Pueden liderar grupos ya que tienen conocimientos en esta área; es decir, pacientes que monitorizan a los pacientes”, destaca Antón. El coordinador de Atención Primaria admite que ha encontrado dificultades a la hora de encontrar “ayudas que permitan pagar a estos monitores y formar a los pacientes que quieran hacer este curso”.

Antón lamenta que la mayoría de las ayudas públicas se dirijan a los servicios hospitalarios. “A los políticos se les llena la boca hablando de la importancia de la primaria pero eso no se traduce en hechos”.

Este programa de ejercicio físico no es el único sobre el que trabaja el Centro de Salud de Fuensanta en la actualidad. Antón y su equipo se han dedicado a potenciar la parte sociosanitaria. El contacto con las residencias de ancianos o la asociaciones de vecinos es continuo. “Nuestro centro es muy pequeño y tiene muchas limitaciones pero tratamos de compensarlo con las actividades que estamos haciendo fuera de nuestras instalaciones, aprovechando los locales de los centros de mayores”, admite.

Entre los proyectos en marcha se encuentra la creación de un voluntariado para ayudar a las personas mayores de esta zona. “Nos hemos dado cuenta, por ejemplo, de que hay casas de hace muchos años que no tienen ascensor y la gente que vive allí no puede salir por las dificultades estructurales, aunque no tenga problemas graves”, advierte Antón, quien destaca que estas iniciativas se hacen a coste cero, gracias a la implicación de los profesionales. La función de este voluntariado consiste en ayudar a este colectivo “con el papeleo, las compras de las medicinas, para que se sientan acompañados…”.

El centro ha apostado también por la promoción de la lactancia materna. “Somos el único centro de España que tiene la acreditación IHAN que otorga Unicef”, desvela Antón. El centro cumplió con todos los trámites y cuenta con la certificación desde el pasado verano.