Carmen González Enguita, jefa del Departamento de Urología de los Hospitales Públicos gestionados por Quirónsalud en Madrid, y jefa del Servicio de Urología de la Fundación Jiménez Díaz, conoció los BiC por casualidad. “Visité un proyecto de cirugía láser en próstata en el Hospital de Manacor y en aquellos días estaban muy felices por haber ganado. Desde entonces, nos hemos presentado todos los años”.

En este tiempo, la FJD ha logrado seis galardones en esta categoría, aunque saben que este año es especial. “Sabemos que el éxito no es fruto de una buena suerte, que para conseguirlo hay que trabajar las oportunidades desde la responsabilidad y que en todo momento, en este 2020, nos ha permitido vivir más que nunca y hemos podido ofrecer una buena atención”, subraya González-Enguita.

Más que nunca…

Sus palabras de agradecimiento por este premio tienen un nexo común, ese más que nunca que sitúa su actividad en un momento histórico que ojalá en breve forme parte del pasado.

“Más que nunca en estos difíciles meses que hemos vivido y que seguimos viviendo podríamos pensar que los otros pacientes, lo que tienen la dicha de no haberse contagiado por el virus, de no haber vivido el drama de vivir esta enfermedad, pero que están sufriendo otros problemas por cronicidad, fragilidad, edad, vulnerabilidad por los avatares de la vida podrían estar perdidos arrastrados a la deriva sin un control de su enfermedad”, destaca en su intervención.

Más que nunca, han percibido el dolor de sus familias y sus cuidadores a quienes les han impedido la dicha de su acompañamiento.

También más que nunca, subraya, “los urólogos nos hemos ocupado precisamente de ellos, sobre todo de estos otros, del paciente invisible como les ha llamado algún autor en las múltiples publicaciones de estos últimos meses. Nos hemos ocupado de ellos que incluso piden disculpas creyendo que nos molestan porque tenemos otras prioridades”, subraya.

La responsable insiste en que “más que nunca, trabajar en equipo ha sido la clave”. Al igual que “más que nunca” se han ocupado de evitar el miedo, la inseguridad y la incertidumbre, y han “trabajado por ofrecer la atención más cuidadosa, amable y humana para los nuevos tiempos, espacios formas y maneras”.

Más que nunca, concluye, los profesionales han multiplicado su interés por dar sentido pleno a su profesión.

“Muchas gracias, por tanto, por este reconocimiento, a todos los pacientes. A los visibles y a los invisibles, a todos, porque todos nos han permitido reaccionar”, sentencia.

Un agradecimiento que hace extensivo “a todos los profesionales del hospital por trabajar unidos, a todos los directivos, por su trabajo y su ánimo, y a otros muchos. A las instituciones sanitarias, y a la industria”, porque es consciente de que “para nadie está siendo fácil”.

La fórmula para mantener la calidad

Tras esta reflexión, que forma parte del discurso de agradecimiento de González Enguita emitido en la gala de los BiC 2020, admite que no habido una fórmula mágica para lograr mantener la calidad asistencial en un momento como este. Lo han conseguido “trabajando, trabajando y trabajando”.

“Manteniendo nuestros valores aprendidos en la facultad y siendo nosotros mismos, sabiendo que nuestro compromiso es con nuestra profesión y con nuestro trabajo. Somos ante todo médicos, enfermeras, administrativos, personal sanitario y no, que sabíamos que el sentimiento de la gente se centraba en el miedo, la inseguridad, y nuestra misión en estos días ha sido garantizar que todo saldría bien, a pesar de todo”, destaca.

Carmen González Enguita, jefa del Departamento de Urología de los Hospitales Públicos gestionados por Quirónsalud en Madrid, y jefa del Servicio de Urología de la Fundación Jiménez Díaz.

Son muchas las lecciones aprendidas durante estos meses. Personalmente, explica, “la primera lección es que antes que uróloga soy médico, algo que se había olvidado un poco. Hemos estado acompañado al médico principal del paciente COVID, hemos sido su enlace con las familias, pero no les hemos atendido directamente. Ante todo nos ha permitido darnos cuenta de que somos médicos y sabemos hacer más cosas” ensalza.

En segundo lugar, como responsable también asegura que ha podido conocer a las personas. “En los momentos más críticos es cuando se ve la valía. Cada uno ha mostrado sus debilidades y fortalezas y como responsable del equipo me ha tocado identificar lo positivo y tratar de aparcar lo negativo”, indica.

Después de esta experiencia, González Enguita insiste en que conseguir este BiC “es un prestigioso reconocimiento público a una trayectoria de mejora continua que desarrollamos desde hace muchos años”.

Una tranquilidad para el paciente

“Es también una seguridad y tranquilidad para los pacientes. En nuestra ‘sala de estar’ mientras esperan los pacientes ponemos muchos años que este servicio tiene un Premio BiC. Cuando lo ven los pacientes les aporta tranquilidad y confianza, saben que están en buenas manos.”, añade.

A pesar de este contexto, el servicio mantiene operativas las líneas de trabajo en materia de calidad con las que avanzaron en 2019, varios proyectos en sintonía con las líneas estratégicas de la institución, que son claras: Conseguir la máxima eficiencia, mejorar la experiencia del paciente y tener proyectos de prevención y promoción de la salud.

Medir la experiencia del paciente, pero también en resultados

Dos de estos proyectos están dirigidos al propio paciente. “Trabajamos en una tendencia que es el ‘value based healthcare’, la medición de resultados en salud. Participamos con dos proyectos, carcinoma de próstata localizado y vejiga hiperactiva, que ya están en marcha, y en seguida llegará el de hiperplasia benigna de próstata”, anuncia.

El segundo de sus proyectos es la humanización de la “hurología”, que lleva delante una hache de humanización. “Hemos empezado conociéndonos a nosotros mismos, con un viaje a nuestro interior, para ofrecérselo a los pacientes. Tenemos que expresar nuestros sentimientos, abrazar a nuestros pacientes, ahora a través de la pantalla, pero seguimos estando ahí”, destaca la portavoz.

Además, han puesto en marcha un blog de Urología, “Ni gota, ni gota, ni gota”. Se trata de un empeño personal de la jefe del Departamento para dar a conocer la Urología, una especialidad “muy amplia y muy hermosa” pero que nadie sabe muy bien lo que es. Dentro de este blog se ofrecen cada quince días pequeña píldoras informativas sobre temas relevantes en cada momento. Es la baza del servicio para la promoción de la salud.

El poder del equipo

Detrás de estos proyectos hay un gran equipo que sobrepasa los 25 urólogos y que, además, ha ampliado la capacidad para formar a nuevos residentes. Es un equipo, tal y como explica González Enguita, que está dedicado a diferentes áreas del conocimiento. “Creemos que si te dedicas a un área concreta, más allá de los problemas de la fragmentación, eres el que mejor sabe haciendo siempre lo mismo, el que está más actualizado, y es lo que mejor podemos ofrecer”, sentencia.

No en vano, está convencida de que siendo eficientes se incorpora al paciente con su experiencia, de ahí que pregunten continuamente para hacer una urología centrada en el paciente. “Estoy muy orgullosa de mi equipo”, remarca la responsable.

“Esta bofetada que nos ha dado la vida, este pulso complicado, a los profesionales de la salud nos ha puesto cara a la pared. A la vez nos ha puesto un listón muy alto que tenemos que ir superando. Lo que hemos aprendido en nuestra carrera, y los valores personales nos van a permitir seguir trabajando con pasión y disfrutando de lo que hacemos”, concluye.

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