Silvia Rodrigo, PhD Medical Scientific Liaison Pharma Wecare-u○ | miércoles, 17 de abril de 2019 h |

Son muchos los retos a los que se enfrenta el sector sanitario, derivados del aumento de la esperanza de vida y del incremento en la incidencia de enfermedades crónicas. Sin duda alguna, el cáncer ocupa un puesto de honor en este listado de actuales y futuros desafíos.

Al configurarse el cáncer como uno de los principales problemas de salud en España, el análisis de la carga que supone la enfermedad para el Sistema Nacional de Salud (SNS) constituye una tarea clave, ya que pone de manifiesto la necesidad de encontrar soluciones para reducir su impacto. En términos de costes, la atención del cáncer ascendió a 4.820 millones de euros en 2011. Datos más recientes sitúan el gasto del SNS en el abordaje del cáncer en unos 7.168 millones de euros anuales, lo que representa un 10,9 por ciento del gasto sanitario público en España y un 0,66 por ciento del producto interior bruto (PIB) de 2015.

Teniendo en cuenta todas estas consideraciones y con el propósito de asegurar una atención sanitaria oncológica de calidad para todos los pacientes, los profesionales en el manejo del cáncer deben aceptar que el coste de cualquier intervención médica juega un papel relevante en la toma de decisiones médicas.

Los oncólogos deben constituir una pieza clave desde el punto de vista administrativo con un papel altamente activo, adquiriendo una mayor responsabilidad en la gestión de recursos y aumentando su capacidad crítica y de evaluar los resultados en salud. Ya es hora de que los profesionales del cáncer exijan cambios en la legislación, dejen de ser observadores simples de las políticas de precios y comiencen a participar en los procesos que influyen en el costo inicial de los medicamentos abogando por la adopción de medicamentos basados en el valor políticas de precios.

Pero, ¿los médicos cuentan con todos los recursos necesarios para abordar esta cuestión? En la mayoría de las situaciones los especialistas no tienen a su disposición el precio que se cobra por un determinado fármaco o procedimiento. Por lo tanto, desde la Administración se deberían poner en práctica formas de hacer públicos los precios y los costos, ya que la transparencia en los precios revela una reducción de los precios.

Existe una necesidad actual y real de explorar nuevas fórmulas para abordar el valor de las terapias oncológicas. Ante dicha necesidad, el SNS debería aspirar a la adopción de un único sistema de compras basado en un valor definido y homogéneo.

El reto es concienciar a todos las partes implicadas sobre la importancia de realizar un análisis del valor de la atención global del paciente con cáncer.


Los oncólogos deben constituir una pieza clave. “Es hora de dejar de escribir artículos y comenzar a hacer algo diferente”


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