Esther Martín del Campo Madrid | viernes, 20 de julio de 2018 h |

Aplicar a la evaluación de los productos de soporte nutricional (PSN) un criterio equivalente al que los farmacéuticos hospitalarios en emplean en la evaluación de los medicamentos. Es la base de un nuevo modelo, denominado Madrenut, que ha sido desarrollado por el Grupo Génesis y el Grupo de Nutrición Clínica de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. Eduardo López Briz, especialista del Área de Farmacia Oncohematológica, Soporte Nutricional y Farmacotecnia del Servicio de FH del Hospital Universitari i Politècnic La Fe, y uno de los autores del documento, explica a GM todos los detalles.

La atención sanitaria excelente de los pacientes requiere de estructuras sanitarias modernas, de profesionales cualificados, de tecnología contrastada y de terapias eficaces, seguras y eficientes. “Pero cuando hablamos de terapias no nos estamos refiriendo únicamente a medicamentos, sino que estamos incluyendo también algo que en la práctica clínica diaria del farmacéutico de hospital tiene gran presencia y que viene representado por los productos de soporte nutricional”, asegura el especialista.

López Briz insiste en que contemplar los aspectos de nutrición del paciente, vía enteral o parenteral, con objeto de mejorar los resultados clínicos de la asistencia, forma parte del trabajo diario de muchos de sus compañeros.

Sin embargo, subraya que el grado de atención que se presta desde el punto de vista de la evaluación a los medicamentos y los productos de soporte nutricional (PSN) es “abismalmente dispar”. Comenzando por las agencias evaluadoras, que no suelen requerir ensayos clínicos de eficacia a los PSN, y finalizando por los ámbitos de utilización ambulatorios u hospitalarios, que, según el experto tampoco suelen ser muy exigentes en estos aspectos, la evaluación de los PSN se convierte en una “tierra de nadie” en la que se aceptan muchas veces de manera acrítica las propuestas publicitarias de los laboratorios fabricantes, lamenta el especialista.

Evaluación crítica

Ante esta realidad ambos grupos consideraron que sería una buena herramienta unir la experiencia evaluadora de GENESIS y su programa MADRE con la experiencia en el área nutricional del Grupo de Nutrición Clínica para evaluar PSN, y así nació Madrenut, con el objetivo de contribuir de manera estructurada y organizada a la evaluación crítica de los PSN, enterales o parenterales, expone.

El especialista destaca que hasta la fecha la evaluación de estos preparados es muy variable pero con clara tendencia a la baja. “Algunas agencias de evaluación de tecnologías han hecho someros intentos de evaluación de preparados concretos, pero aún hay muchísima distancia hasta los EPAR o los informes de evaluación que hacen GENESIS, NICE o el SMS de los medicamentos”, puntualiza. Lamentablemente, y a diferencia de lo que ocurre con los medicamentos, López Briz destaca que hay un área considerable de mejora en la evaluación de los PSN, lo que sitúa a las comisiones hospitalarias que deben tomar decisiones concretas ante un desierto, ante el que se hallan también los profesionales: “sin posicionamientos, sin análisis críticos, sin evidencias en suma”, indica.

Los autores han entendido que la evaluación crítica de los PSN debía dar respuesta a aspectos que rara vez se plantean en los medicamentos pero que son importantes en los PSN. Como ejemplo, cita la composición pormenorizada del preparado. “En los PSN es relevante considerar, por ejemplo, cualitativa y cuantitativamente la composición en los principios nutritivos mayores (proteínas, lípidos, hidratos de carbono) así como su origen. Pero no hay que desdeñar tampoco los aportes de elementos traza o vitaminas en los preparados de nutrición enteral o el patrón de aminoácidos de una mezcla de aminoácidos parenteral”, puntualiza.

La escasez de estudios clínicos de calidad sobre este tipo de preparados, insiste, también hace que su evaluación resulte “especialmente engorrosa”. El experto asegura que no es frecuente que se disponga de ensayos de estos preparados, al menos con resultados clínicos de interés que vayan más allá de variables subrogadas o parámetros analíticos más o menos exóticos. Pero, “haciendo de la necesidad virtud, esta ausencia de información que podemos poner de manifiesto mediante una búsqueda bibliográfica rigurosa y sistemática nos permite conocer justamente la ausencia de evidencias acerca del PSN a evaluar, y esto ya es un avance considerable que nos da argumentos para un cierto posicionamiento”, asegura.

Falta de evidencia

Aunque es imposible rellenar la falta de evidencias con nada que no sea investigación de calidad, el especialista entiende que una buena búsqueda bibliográfica señalará las lagunas existentes acerca de la experiencia clínica con el PSN, pero también nos permitirá conocer lo publicado y su calidad.

“Al final, habrá que tomar la decisión de acuerdo con la mejor evidencia disponible y con los claroscuros e incertidumbres que esta falta de información acarrea”, añade.

Con la implantación de este modelo, que protagonizará uno de los talleres del próximo congreso de la SEFH, los profesionales sanitarios podrán disponer de informes de evaluación críticos y transparentes que analizan la eficacia, la seguridad y la eficiencia de estos productos de manera neutra y estructurada, lo que les ayudará en la toma de decisiones, en palabras de López Briz.