GM Madrid | viernes, 26 de abril de 2019 h |

El establecimiento de indicadores del uso hospitalario de antimicrobianos basados en el consumo puede permitir a los programas de optimización de antimicrobianos (PROA) detectar cuáles son los problemas potenciales de uso de los antimicrobianos, y ayudar a orientar sus esfuerzos para emprender acciones de mejora, así como para valorar el impacto de las medidas efectuadas. Así lo ha arrojado un análisis de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc).

Los programas de optimización del uso de antimicrobianos se están implantando progresivamente en los hospitales. Sus objetivos son mejorar los resultados clínicos, reducir los efectos adversos relacionados con la utilización de antibióticos, incluyendo la resistencia, y garantizar una terapia coste-efectiva. Una de las principales necesidades de los PROA es el establecimiento de indicadores para medir el impacto de su implantación.

El grupo de la SEFH y el de la Seimc diseñaron un estudio para identificar indicadores del uso de antimicrobianos en los hospitales basados en el análisis comparativo del consumo.

El comité coordinador propuso un listado de 14 indicadores potenciales, basados en la evidencia científica disponible, y la experiencia y conocimientos de las personas que integraron el comité.

Tras la primera ronda de puntuaciones a la que respondieron los 21 participantes del panel de expertos, el indicador de consumo de nuevos betalactámicos fue excluido por no alcanzar el criterio suficiente para el paso a la segunda ronda.

La mayoría de los participantes consideraron que el consumo de nuevos betalactámicos no podía evaluarse sin considerar el patrón microbiológico del hospital. Asimismo, algunos estimaron que su bajo consumo no puede interpretarse siempre como buena praxis, e incluso puede denotar excesiva restricción que cause perjuicio clínico en los pacientes al dejar de usar la opción más adecuada.

El análisis del comité de los comentarios y puntuaciones del panel de expertos de la primera ronda derivó en la modificación de dos indicadores para la segunda ronda: se sustituyó el indicador de consumo de macrólidos por el cociente entre el consumo de macrólidos intravenosos y fluoroquinolonas respiratorias intravenosas y el indicador de consumo de metronidazol por el cociente entre el consumo de metronidazol y la suma del consumo de carbapenémicos más piperacilina-tazobactam. Las opiniones de algunos panelistas y la posterior reflexión del comité hicieron considerar que la nueva definición de ambos indicadores reflejaba mejor los propósitos de los mismos. Tras la segunda ronda, en la que respondieron todos los panelistas, todos los indicadores alcanzaron el nivel de relevancia según los criterios establecidos.