Almudena Fernández

Madrid

| viernes, 16 de diciembre de 2016 h |

El farmacéutico hospitalario está cada día más integrado en los equipos multidisciplinares que atienden al paciente oncológico. De hecho, según los resultados obtenidos en el Libro Blanco de la Farmacia Hospitalaria en 2015, en hospitales de más de 500 camas hay de media 0,5 farmacéuticos al menos media jornada trabajando en estas unidades. Así lo explica a GM Ana Lozano, vicepresidenta de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), en el marco de la 5ª edición de las Jornadas de Mejores Prácticas en Farmacia Hospitalaria, una iniciativa que debatió sobre el papel de los Servicios de Farmacia en la ‘Gestión de la innovación en la Oncología’. Este encuentro estuvo patrocinado por la SEFH y contó con la colaboración de Ipsen Pharma.

Esta integración —continúa Lozano— permite participar junto con el resto del equipo en las decisiones de cuidados del paciente, realizar atención farmacéutica con ellos y conseguir el mayor beneficio clínico en un entorno de sostenibilidad.

Los cambios en estos últimos años han sido muy significativos. En los inicios de la actividad oncológica por parte de los servicios de farmacia, el farmacéutico validaba las prescripciones oncohematológicas y se aseguraba de que se prepararan las mezclas de medicamentos citostáticos de acuerdo con criterios de calidad y seguridad. También participaba en la comisiones de farmacia que seleccionaban los medicamentos.

Posteriormente a estas funciones, que se siguen realizando, se han ido añadiendo otras, sobre todo a partir del establecimiento del cuarto año de especialidad durante el periodo de formación FIR, que consiste en una formación clínica en las distintas unidades, como atención farmacéutica a los pacientes mediante consultas especificas en los servicios de farmacia u otras próximas a las consultas de los médicos, donde se trabaja junto con el paciente en la mejora de la adherencia y la educación sanitaria de éste, en el seguimiento del proceso farmacoterapéutico del paciente desde la prescripción a la administración, con sistemas informáticos integrales e integrados donde se dispone de toda la información del proceso, incluidos datos analíticos y toxicidades que permiten individualizar los tratamientos y las dosis a cada paciente.

Medir resultados

Medir resultados actualmente “es imprescindible”, asegura la vicepresidenta de la SEFH, pues en el entorno actual, los medicamentos que se comercializan son cada vez mas caros y existe una amplia oferta, por lo que hay que demostrar que esos resultados que se encuentran en los ensayos y que se utilizan para el registro y comercialización de un medicamento, “luego se reproducen en la práctica real” y, puesto que no todos los pacientes responden de la misma forma, con estos resultados se seleccionarán las terapias mas eficientes para los pacientes. La experta afirma que están ya empezando a trabajar en esta línea, pues se requiere de herramientas que ayuden a medir estos resultados, como son los registros y las herramientas informáticas que permitan introducir por parte del médico las variables medidas y que estas puedan ser extraídas y explotadas con facilidad.

Además, en los últimos años la relación del paciente con el profesional sanitario ha ido cambiando. En el momento actual, la persona demanda información, tanto la que le aportan todos los profesionales que le atienden y la que encuentra por otros medios como internet y, por ello, además es un paciente empoderado “que quiere tomar parte también en las decisiones que toman los profesionales sanitarios sobre su cuidado integral”.

Tiene también un papel cada vez más protagonista en su propio tratamiento. Al ser un paciente empoderado, valora no solo los resultados que va a obtener en cuanto a eficacia, sino también su calidad de vida.

El paciente en el centro

Los sistemas sanitarios han pasado de estar centrados en la patología y en el tratamiento a centrarse en el paciente, un único paciente que se encuentra cada vez en distintos niveles asistenciales pero que demanda una atención de calidad y única, sin fragmentación “y ahí es hacia donde todos los agentes del sistema se deberían dirigir”.

En lo que respecta a seguir avanzando en el abordaje de los pacientes oncológicos, Lozano incide en que el futuro es la participación junto al resto de profesionales y el mismo paciente en la selección de las terapias que aporten mas beneficios clínicos y sean menos tóxicas, trabajar en procurar el mejor estado de salud del paciente y en la mejora de su calidad de vida dentro de un entorno de sostenibilidad.

Asegura que España es el país, fuera de Estados Unidos, que más farmacéuticos BCOP (Board Certified in Oncolgy Pharmacist) tiene, y esta especialización, que acredita la capacitación y los conocimientos, habilidades y práctica profesional del farmacéutico hospitalario está facilitando también la integración y el abordaje de la mejor atención farmacéutica para el paciente.

Para el futuro, la vicepresidenta de la SEFH desea que en todo servicio de farmacia de hospitales con unidades oncológicas haya al menos un farmacéutico especializado en oncología integrado en los equipos multidisciplinares y poder disponer de herramientas informáticas y registros que nos permitan acceder de una forma sencilla a los resultados en los pacientes para conocer la efectividad y seleccionar esas terapias. “Estos son los retos mas importantes en este campo, estamos empezando pero aun nos queda un camino por recorrer”, concluye.

EL DATO

En lo que se refiere a la participación de los farmacéuticos de hospital en investigación, la vicepresidenta de la SEFH asegura que se encuentran con que cada vez mas profesionales intervienen en estudios de investigación, ya sea dentro de ensayos clínicos, en otros proyectos de investigación o por medio de publicaciones derivadas del trabajo de estos farmacéuticos en sus servicios. Sin embargo, sí considera que podrían tener un papel más protagonista. Y es que, a medida que el farmacéutico vaya participando en más estudios de investigación, irá adquiriendo más experiencia por lo que su presencia va a ser cada vez más importante. En este sentido, “son muy relevantes los proyectos de investigación que se desarrollan a nivel multidisciplinar”, pues permiten que el farmacéutico pueda aportar todos sus conocimientos y trabajar de forma colaborativa, para que al menos en cada servicio haya un farmacéutico que participe en un proyecto de investigación, ya sea como investigador principal o como colaborador.