Pregunta. Gran parte de los hospitales, en particular en las zonas más afectadas, se han convertido temporalmente en centros Covid-19. ¿Cuál ha sido el papel de la farmacia hospitalaria en la gestión de esta crisis?
Respuesta. Principalmente la gestión de medicamentos. No hay un tratamiento específico para Covid-19 y ha sido un problema. Hemos tenido que gestionar los fármacos para pacientes críticos, en UCI. Ha habido una parte de gestión puramente de medicamentos que ha sido bastante importante porque, además, hemos tenido desabastecimientos.
En segundo lugar, hemos realizado la atención a los pacientes a los que dispensamos habitualmente. Lo más importante aquí ha sido el hecho de empezar a hacer teleconsultas y enviar la medicación al domicilio del paciente para evitar que salieran de casa.
En este trabajo nos hemos encontrado totalmente incluidos en los comités de crisis de Covid-19 y en los equipos clínicos, más que nunca, trabajando codo a codo para poder ver el tratamiento con aquellos medicamentos de los que había disponibilidad.
P. ¿Qué se ha dejado de hacer? ¿Qué intervenciones nuevas se han puesto en marcha?
R. Todo lo que es actividad programada y actividad que podía esperar se ha dejado de hacer. Por ejemplo, ha dejado de haber consultas, los quirófanos que no fueran urgentes. Todo esto se ha parado al igual que el resto del hospital.
Sí hemos tenido que poner en marcha actividades nuevas como la atención a pacientes en casa, que ha requerido un esfuerzo muy superior al que se hacía antes.
También ha sido importante la parte del control de la medicación para Covid. Hemos contado con personas para ayudar en este sentido, para dar respuesta a los pacientes. Otras actividades se han mantenido, por ejemplo en oncohematología, pero en pacientes ingresados la actividad ha sido mucho menor de lo habitual.
“Hemos demostrado que podemos emplear la telemedicina, no solo los farmacéuticos, sino también los pacientes”
P. La telemedicina se ha hecho un hueco ya en la Farmacia Hospitalaria, ¿qué queda por pulir aquí?
R. Hemos demostrado que lo podemos hacer, no solo los farmacéuticos, sino también los pacientes, que lo han acogido muy bien. Se pueden hacer teleconsultas, en muchos casos no es necesario hacer venir al paciente. Las actividades de manera presencial ya hay que justificarlas. Si el paciente solo viene a recoger la medicación hay que buscar sistemas que faciliten el envío de los medicamentos. Esto ha venido ya para quedarse.
Creo que queda el compromiso de la asistencia sanitaria de seguir prestando esta asistencia y este envío de la medicación al domicilio y tenemos que ver cóo se va desarrollando.
“No hay un tratamiento específico y hemos ido averiguando lo que funcionaba a medida que avanzaba la pandemia”
P. Con un enemigo así, ¿cómo se conjuga la seguridad del paciente con la necesidad urgente de buscar tratamientos que den respuestas?
R. El máximo reto que teníamos es que no había tratamiento para el virus y seguimos sin un tratamiento específico. Había muchas dudas sobre los tratamientos con antivirales. Se ha utilizado medicamentos que venían buscando unas referencias muy dudosas.
Y luego la importancia de lo que es la fase inflamatoria de la enfermedad, todo el papel que ha tenido ahí los medicamentos antiinflamatorios, anticuerpos, etc. Es algo que se ha ido averiguando a medida que avanzaba la pandemia y ha sido un reto importante.
P. Una parte importante de los contagios se han dado entre profesionales sanitarios, ¿cómo se han protegido los farmacéuticos hospitalarios que aunque no han estado en la primera línea sí han tenido un contacto transversal con el resto de compañeros del hospital?
Tenemos un área de atención directa al paciente que son las consultas externas y ahí hemos estado expuestos. Hemos tenido que protegernos nosotros y proteger al paciente con sistemas de aislamiento y distanciamiento, mamparas protectoras, mascarillas, etc. Hemos utilizado todos los equipos necesarios cuando era imprescindible que el paciente viniera y hemos mantenido contacto telefónico o telemático siempre que era posible. Es lo que se ha procurado.
En muchos casos atendíamos al paciente en primera línea, no al paciente intubado, pero sí a otro tipo de pacientes.
“Probablemente no haya un sistema único (DH), quizá haya un sistema de colaboración en el que todo tenga cabida, pero es algo que aún no está decidido”
P. Como solución puntual, algunas comunidades autónomas han permitido la dispensación de algunos fármacos DH en las farmacias comunitarias. ¿Hasta qué punto creen que ha funcionado? ¿Son partidarios de que se mantenga en el tiempo?
R. Se han hecho distintas aproximaciones al paciente. Una de ellas es el envío de fármacos a domicilio, pero también se han hecho aproximaciones que pueden quedar en el futuro como a través de centros de salud si queremos mantener el canal del sistema público, y si se decide que se incluya el sector privado, a través de la farmacia comunitaria.
En esta pandemia se han buscado las decisiones que más han beneficiado al paciente y de cara al futuro hay que definir cómo lo vamos a hacer. Probablemente no haya un sistema único, probablemente haya un sistema de colaboración en el que todo tenga cabida, pero es algo que aún no está decidido. Porque pasar del sector público al privado requiere acuerdos y condiciones que hay que ver con tranquilidad, no en una situación de crisis.
“Se han puesto en marcha cuatro proyectos de investigación y ha sido una decisión bastante firme a pesar de la crisis”
P. ¿Se ha mantenido la apuesta por la investigación en esta situación?
También ha sido muy importante la apuesta por la investigación. No hemos querido dejar de lado todas las ideas de registros y de investigación que han surgido. Hemos puesto bastante ahínco en que estos proyectos tengan un respaldo institucional por parte de la SEFH. Se han puesto en marcha cuatro proyectos y ha sido una decisión bastante firme a pesar de la crisis.
