Almudena Fernández Madrid | viernes, 16 de diciembre de 2016 h |


Al estar conectados todos los profesionales sanitarios, es positivo que puedan trabajar en red



Los sanitarios tienen que orientar al paciente de forma personalizada sobre las aplicaciones


La e-salud es una herramienta apropiada para formar y educar a los pacientes, pues permite realizar un seguimiento de los tratamientos y de la evolución de las enfermedades, y también tiene un papel importante en la prevención y diagnóstico precoz de algunas patologías. Para aprovechar al máximo su potencial “es fundamental que estas tecnologías estén integradas en los sistemas de información sanitarios”, tal y como detalló a GM Ana María Álvarez, coordinadora del Grupo Tecno de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), en el marco del curso ‘Las TIC en el entorno del paciente’, que tuvo lugar en el Hospital Ramón y Cajal. Agregó que además invita a trabajar en red, a que todos los profesionales que atienden a los pacientes estén conectados y compartiendo la misma información.

Sin embargo, la e-salud no está exenta de barreras para su desarrollo, fundamentalmente la conectividad y la protección de datos.

Durante el encuentro se puso sobre la mesa que el diseño de las apps de salud debe contemplar varios pasos: una parte de información general que sea atractiva, otra funcional de la herramienta y, finalmente, otra de gamificación. En cuanto al éxito de la misma, depende de su universalidad, accesibilidad, marketing, valor intrínseco y utilidad.

Además, es clave validar las herramientas y realizar una evaluación objetiva de la efectividad de sus resultados.

Las nuevas tecnologías favorecen asimismo la implicación del paciente en el control y seguimiento de su enfermedad y ayudan al acercamiento del profesional sanitario al paciente en cualquier ámbito asistencial, incrementando su comunicación, señala Álvarez.

Puso como ejemplo que cuando un paciente está hospitalizado, el contacto profesional-paciente es continuo, el paciente se siente muy atendido e incluso “protegido”. Sin embargo, fuera de este ámbito, el contacto disminuye “radicalmente”, la persona se siente “más desasistida, más vulnerable y el acceso a los profesionales suele implicar el desplazamiento del paciente hacia donde está el profesional”.

Por ello, la e-salud facilita que el paciente pueda consultar dudas, acceder a información, e incluso contactar directamente con los profesionales sin necesidad de desplazarse, por eso, la coordinadora del Grupo Tecno de la SEFH consideró que las TIC pueden ayudar a la humanización en los servicios de salud.

Más actividad directa

En lo que respecta a la labor de los farmacéuticos de hospital, han ampliado su actividad directa con los pacientes y las TIC les están permitiendo acercarse mucho a ellos. “Podemos realizar un seguimiento mucho más estrecho y continuado de sus tratamientos y su enfermedad y esto conlleva una relación de mayor confianza”, subrayó. Además, les da la oportunidad de proporcionar información farmacoterapéutica fiable a los pacientes y de trabajar de forma colaborativa con otros profesionales.

La mejora de la adherencia es una de las utilidades de las TIC en las que los farmacéuticos de hospital tienen más experiencia. Generalmente se trata de apps para móviles que recuerdan al paciente cuándo y cómo deben tomar su medicación. El farmacéutico recibe esta información en tiempo real, por lo que puede detectar de forma precoz la aparición de problemas de adherencia y emprender las acciones necesarias para corregirlos. Sin embargo, para que estas apps sean eficaces y tengan un impacto real sobre la salud de los pacientes, se debe tener en cuenta que no todas valen para todos los tipos de pacientes y que los motivos de disminución de la adherencia son múltiples. Por ello, es importante diseñar y utilizar aplicaciones acordes a las particularidades de cada grupo de pacientes y tipo de tratamientos y que aporten soluciones diferentes para los distintos motivos de falta de adherencia, explicó.

Al igual que sucede en otros sectores, las oportunidades que brinda la tecnología “son enormes”, por lo que es seguro que faltan muchas por descubrir. Sin embargo, el interés de los profesionales en este campo es cada vez mayor y más del 50 por ciento de los pacientes ya consultan información en internet.

Otro aspecto que abren las TIC, y del que no se habla tan frecuentemente, es su uso como herramienta productiva. Por otra parte, en opinión de la experta deberán realizarse más estudios que evalúen el impacto de las mismas en los resultados en salud de los pacientes.

Para ella, las herramientas más útiles son las que permiten un autocontrol de la enfermedad por parte del paciente, las que tienen una finalidad preventiva y las que ayudan a mejorar la calidad de vida de los pacientes.

A pesar de sus bondades, la e-salud no está exenta de riesgos. “Para mí, el peligro más importante es que aún no existe un sistema claro de validación y certificación de estas tecnologías”, aseguró Álvarez.

Hay Agencias Evaluadoras de Tecnologías Sanitarias que desempeñan un papel crucial en este sentido, pero la certificación de las tecnologías es un acto voluntario del desarrollador de las mismas, no es obligatorio. “Si se consulta la app store de nuestro móvil encontraremos muchísimas apps de salud, ¿pero qué garantía tenemos de que estén validadas, de que sean útiles y beneficiosas para los pacientes? Creo que urge una regulación más estricta en este sentido”, apostilló.

Por otro lado, la selección inadecuada de los pacientes/tecnología puede ser perjudicial para ellos o, al menos, pueden no aprovecharse de sus beneficios. Por ese motivo, los profesionales sanitarios tienen la responsabilidad de validar las herramientas que van a ofrecerles y asegurarnos de que ya estén validadas previamente. “En mi opinión, el diseño de las TIC debe estar respaldado por estudios de seguridad, calidad y efectividad”, concluyó la experta de la SEFH.