El director del Posgrado Iberoamericano de RSE de la Universidad de Castilla-La Mancha, Jesús Santos, habla de la transformación de estas políticas empresariales como consecuencia del Covid-19.

Pregunta. Nos enfrentamos a una crisis sanitaria sin precedentes, ¿qué retos plantea en materia de RSC?
Respuesta. En nuestro país hay un cambio de enfoque claro. Estamos viendo que las empresas están tratando de dar respuesta a unos servicios que eran asumidos íntegramente a cargo de fondos públicos. Los medios públicos tenían esa responsabilidad de atender a situaciones que se producían.
Ahora, todos tienen que aportar porque el sistema no puede estar dimensionado para una situación de este tipo. Es cierto que para las empresas que tienen un diferencial su manera de devolver a la sociedad es colaborar con las instituciones públicas para hacer frente a esta situación. Una situación imprevista en todos los ámbitos. No es posible tener una capacidad dimensionada a lo que está sucediendo.

P. ¿Cuál era el escenario anterior?
R. Hasta ahora la responsabilidad social estaba más orientada al ámbito de los trabajadores, había alguna actuación concreta, apoyo a determinados colectivos, pero no había esta implicación con aspectos que pensábamos que estaban perfectamente cubiertos desde el ámbito público.
También hay que pensar que algunas de las empresas no podrán seguir colaborando, porque tendrán que sacar primero la viabilidad de su negocio y posteriormente poder hacer frente a esos otros compromisos con el diferencial. Eso se puede reglamentar también en algún momento.

P. ¿Hay algún aspecto que no se haya tenido en cuenta en esta respuesta?
R. A todos nos ha pillado por sorpresa. La reacción siempre es un poco tardía. La situación cambia cada día y a veces se actúa a toro pasado. Hasta ahora se ha estado dando respuesta a esas necesidades que había de material para cubrir los riesgos en el ámbito sanitario. Una vez que pase irán surgiendo necesidades adicionales y habrá que ver en qué medida los recursos públicos lo sostienen o se necesita el apoyo privado. Tenemos que ver cómo surgen esas necesidades, que surgirán y en las que colaborarán las empresas.

“A partir de ahora tendremos más conciencia sobre los problemas globales”

P. En un momento en el que el empleo está sufriendo ya las consecuencias de la crisis, ¿qué responsabilidad han de asumir en ello las empresas?
R. Que nadie se quede atrás es importante y necesario. Las instituciones deben ir en esa línea y las empresas también. Lo que sucede es que para poder pagar a los trabajadores hay que generar ingresos. Si no se generan difícilmente podrán hacer frente a la retribución de los actores.
La RSE pasa por cuidar a quienes trabajan, que no tengan ningún riesgo sanitario, y en las que han parado la actividad que no sirva para hacer despidos que se estaban pensando hacer antes de encontrarse en esta situación.
Debe servir para dimensionar la empresa a medida que se vayan produciendo esas perspectivas.
Hay sectores en los que se tardará más en la recuperación, costará volver al nivel anterior, que en otras empresas, en las que se pueda retomar la actividad de manera inmediata una vez que se anule el estado de alarma.
Una empresa tiene que ser económicamente viable para que pueda ser económicamente responsable.

P. La pandemia llegará a todos los rincones del mundo, ¿cómo puede afectar a Iberoamérica?
R. Tienen una estructura sanitaria menor que la nuestra y posiblemente se verán más afectados. El nivel de infraestructuras en Europa era bueno y está sosteniendo la situación. La capacidad sanitaria en estos países es muy inferior.
En estos países con menos renta y pocas posibilidades la repercusión social y personal es muy probable que sea superior, pero desconozco si hay otros factores que limiten la expansión en esta zona desde el punto de vista sanitario.


P. La crisis del Covid-19 marcará un antes y después a todos los niveles, ¿cómo ve el futuro en el terreno de la responsabilidad social corporativa?
R. Creo que como empresas, y también como sociedad, nos concienciaremos más de los problemas globales. En el día a día muchas veces pensamos en nuestra actividad y en cumplir nuestros objetivos. Ante una situación así nos implicamos más a nivel colectivo.
En este sentido, las empresas que sean viables y vayan adelante cuando se sienten en un consejo de administración verán también como pueden aportar su grano de arena para que si situaciones de este tipo vuelven a suceder estemos un poco mejor preparado.
Nadie puede dimensionar un sistema sanitario pensando que todos los años vamos a tener una pandemia, pero sí es verdad que la sensibilidad hacia los colectivos y el ámbito sanitario se verá potenciado y parte de su RS pensará en esta protección.
Las empresas, una parte de la RS, pensará en esa protección por si suceden imprevistos o hacia colectivos más desfavorecidos. Es algo que ya se percibe en la sociedad.