Carlos B. Rodríguez Madrid | viernes, 09 de septiembre de 2016 h |

La industria farmacéutica norteamericana se enfrenta a las elecciones más decisivas de su historia reciente. A poco más de dos meses de ir a las urnas, las propuestas para frenar el precio de los medicamentos han vuelto a situar este asunto como uno de los grandes protagonistas de la campaña electoral. Los últimos impulsores han sido dos: por un lado, la propuesta de la candidata demócrata, Hillary Clinton, de evitar incrementos injustificados de precios en medicamentos antiguos, sin patente, gracias a la creación de un panel de expertos que, llegado el momento, pueda incluso sancionar a las compañías que sigan esta práctica; por otro, un estudio publicado en Journal of the American Medical Association (JAMA) sobre el alto coste de los fármacos de prescripción, que lejos de ceñirse al tamaño de la factura, incluye un amplio abanico de soluciones a nivel federal, estatal y de las organizaciones sanitarias.

Una de las estrategias, según los autores del estudio, pasaría por fomentar la competencia en el mercado por tres vías: vigilando los enfoques empleados por el sector para extender los periodos de exclusividad; reforzando las leyes y políticas existentes para acabar con algunas prácticas relacionadas con asuntos de propiedad intelectual y prestando más atención al sector de los genéricos y los biológicos. Estas tres acciones recaerían en el gobierno federal, pero no serían las únicas, ya que también podría afrontar precios excesivos a través de la I+D, bien minimizando costes burocráticos para las compañías, bien invocando mejores condiciones para fármacos que, en parte, han recibido financiación pública para su investigación. En última instancia, el informe de JAMA alude a la reiterada posibilidad de permitir a Medicare negociar precios en su parte D (la de fármacos de receta), el único punto de encuentro que por ahora existe entre Clinton y el candidato republicano, Donald Trump, en torno a este asunto.


A poco más de dos meses de ir a las urnas, el precio de los medicamentos se ha vuelto a situar como uno de los grandes protagonistas de la campaña electoral estadounidense


Negociación a todos los niveles

Cabe destacar que los expertos confían en la negociación de precios por debajo del gobierno federal. A nivel estatal, los expertos confían en esta vía a través de Medicaid, así como por políticas de sustitución obligatoria por genéricos. Y de cara a las organizaciones sanitarias, consideran factible desarrollar formularios basados en el valor y en planes de copago que animen a los pacientes a hacer mejores elecciones, sin llegar a penalizarles.

Nada de todo ello es del agrado de la patronal de la industria innovadora. Fuentes de la PhRMA han reconocido a EG, en cuanto a la propuesta de Clinton, que la creación de “una nueva burocracia gubernamental” para establecer precios y determinar el valor de los medicamentos perjudicaría a los pacientes y limitaría su acceso a los tratamientos. En lugar de ello creen que incentivar la competencia e incrementar el acceso a los genéricos es la mejor solución.