Opinión

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Santiago de Quiroga Editor de EG | viernes, 31 de agosto de 2018 h |

Es necesario ir adelante con una movilización decidida y consistente de recursos

Sólo la anticipación permite aprovechar la capacidad de visión de una forma real. Eso es lo que han hecho SEOM y SEFH hace ya un año, tal y como se publicó en Clin. Transl. Oncol. el 31 de Agosto. Oncólogos clínicos, farmacécuticos y patólogos publicaban hace un año un detallado artículo en el que ponen de manifiesto que la medicina de precisión (MP) es una realidad cuyo tren no hay que perder. Las expertas oncólogas, con Pilar Garrido y Ruth Vera al frente, resaltan que la MP supone un indiscutible avance en el tratamiento y la prevención de la enfermedad oncológica, y contribuye a la sostenibilidad del sistema, por la selección de los que tendrán más probabilidad de responder a los tratamientos, evitando pautas caras e innecesarias y minimizando las complicaciones de terapias con pocas posibilidades de éxito. Explican los autores que ya hay iniciativas internacionales, como el International Consortium que es el más relevante en la UE, y está avalado por la Comisión Europea. En el caso de Francia, la MP es considerada un dinamizador económico de desarrollo, y se presentó en 2016 un Plan hasta 2025. Incrementar la efectividad y la eficiencia de los tratamientos es una realidad con la MP.Pero es necesario que los decisores sean conscientes de la necesidad de ir adelante con una movilización decidida y consistente de recursos, implicando a expertos, sistemas sanitarios e industria. Resulta clave abordar los cambios legales que permitan el uso de los datos de manera apropiada, facilitando con garantías el desarrollo del Big Data. Para eso es necesaria una estrategia nacional en MP, que incluya la necesaria concienciación de la población y los decisores, así como asegurar que España avanza como país en los distintos frentes que exige dicha estrategia coordinada y eficaz. SEOM, SEFH y SEAP han detallado 20 puntos por escrito que resultan cruciales y ahora, un año después, vamos a tener la oportunidad de que esta propuesta no caiga en saco roto. En ella figuran aspectos ético-legales (datos personales, Big Data), retos organizacionales (necesidades de nuevos profesionales como bioinformáticos, cómo investigar y trasladar a la práctica dichos frutos) y objetivos concretos. Sin duda, estamos ante una de las prioridades de la medicina y una oportunidad sin precedentes en los últimos años.