GM | martes, 31 de enero de 2017 h |

La desnutrición relacionada con la enfermedad (DRE) plantea un desafío a nuestro sistema sanitario que irá en aumento en los próximos años debido a su alta prevalencia y a las repercusiones clínicas y sociales que representa este problema de salud. Así lo confirma un reciente estudio español, “Repercusiones clínicas y económicas de la desnutrición relacionada con la enfermedad”, desarrollado en el Complejo Asistencial Universitario de León que, además, señala que el Sistema Nacional de Salud (SNS) gasta un 35 por ciento más en pacientes desnutridos durante su estancia hospitalaria, que en aquellos que no lo están.

Destacados expertos en nutrición se han reunido hoy, en un encuentro organizado por Abbott, para analizar los últimos estudios sobre la DRE y el papel que los hospitales españoles pueden jugar en la identificación y el tratamiento de estos pacientes.

Los resultados del estudio aportan información valiosa en cuanto al impacto de la desnutrición en pacientes hospitalizados en centros nacionales. Según este trabajo, el 26,9 por ciento de los pacientes estaba en riesgo de desnutrición en el momento del ingreso hospitalario y un 18 por ciento de los pacientes que estaba en buen estado nutricional al ingreso, desarrolló desnutrición durante la hospitalización. Asimismo, los pacientes desnutridos aumentaron significativamente su estancia en el hospital (2,5 días), además de incrementar el coste derivado de su atención.

Con estos datos sobre la mesa la autora principal del trabajo, María D. Ballesteros, coordinadora del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y responsable de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética de la Sección de Endocrinología y Nutrición del Complejo Asistencial Universitario de León, ha subrayado que “la detección de la desnutrición y la intervención nutricional temprana son una pieza clave en el proceso de recuperación del paciente”. Según su experiencia, “aceleran la mejora y calidad de vida futura de éste aportando valor pronóstico, disminuyendo la estancia hospitalaria y la posibilidad de reingresos”.

Otros estudios adicionales analizados muestran que la nutrición puede tener beneficios clínicos y económicos en pacientes desnutridos. Un reciente estudio, NOURISH, realizado en hospitales americanos y apoyado por Abbott, concluyó que los pacientes mayores y desnutridos con enfermedades cardiovasculares o pulmonares tratados con un suplemento nutricional especializado (alto en proteínas, con HMB* y vitamina D), frente a los que fueron tratados con placebo, experimentaron una reducción del 50 por ciento en la tasa de mortalidad en los 90 días desde la hospitalización. Asimismo, los investigadores de este estudio no encontraron evidencias científicas en el número de readmisiones y fallecimientos, el estudio sí demostró que uno de cada 21 pacientes podría salvar su vida al recibir un suplemento nutricional especializado.

Por su parte, Antonio Bernal, presidente de la AGP, ha destacado que “estos estudios refuerzan la necesidad de incorporar la nutrición como parte integral del cuidado para mejorar la calidad de vida y autonomía de las personas desnutridas o en riesgo de estarlo” y añade que “se subestima el impacto que el buen estado físico de un paciente tiene a la hora de recuperarse de una hospitalización o enfermedad”.

En la misma línea, Alfonso Cruz Jentoft, jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal, “estos trabajos refuerzan la evidencia científica existente sobre la necesidad de la protocolización del cribado nutricional universal de los pacientes durante los primeros días desde el ingreso hospitalario”. “Tenemos que pensar en la manera de incorporar los resultados de estos estudios en nuestro sistema de salud para intentar mejorar tanto la salud y la rápida recuperación de nuestros pacientes como para garantizar la sostenibilidad del sistema”, concluyó.