E.M.P. Madrid | viernes, 19 de enero de 2018 h |

Una información publicada en la prensa regional asturiana hace unas semanas ha puesto en pie de guerra a los presidentes de cinco asociaciones de pediatría, que representan a más de 11.000 profesionales en nuestro país. Son los firmantes de una carta remitida al consejero de Sanidad del Principado, Francisco del Busto, ante las declaraciones recogidas por un diario regional, en la que se refleja, como declaración textual del responsable asturiano, que “de aquí al año 2025 probablemente la especialidad de atención primaria pediátrica desaparezca”. Una frase matizada por el consejero, tal y como refleja el medio, con la idea de que “se camina hacia el modelo del norte de Europa donde la pediatría es asumida por médicos generalistas”.

La carta remitida a la consejería está firmada por los presidentes de la Asociación Española de Pediatría (AEP), de la Sociedad de Pediatría de Asturias, Cantabria y Castilla y León (Sccalp), la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap), la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (Sepeap), la Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria (Aapap), así como por la vocalía regional de Asturias de Sepeap.

En la misiva, los pediatras señalan que se ven “obligados” a manifestar su “total desacuerdo” y “rechazo más absoluto” con unas manifestaciones que evidencian “menosprecio hacia el vigente modelo de atención pediátrica español” que, recuerdan, “ha demostrado claros, reconocidos y documentados beneficios para la salud de nuestros menores, no solo en cuanto a mejoría en la morbilidad sino también de la disminución de los índices de mortalidad del segmento de la población más importante de la sociedad, los niños”.

Los profesionales remarcan que, de cara al ciudadano, resulta “engañoso” equiparar la formación especializada de los pediatras a la de otras disciplinas médicas “sustituyendo a unos por otros como si fuesen equivalentes”.

Cuestionan la falta de previsión

La AEP y sus sociedades filiales consideran “inaceptable” que las medidas para paliar un déficit de pediatras “por falta de previsión de las necesidades”, se limiten a este tipo de respuesta, máxime si en la época actual tanto la Sociedad Americana de Pediatría, la más prestigiosa del mundo desarrollado, como la OMS preconizan que la atención a la población pediátrica se considere hasta los 18 años por su especial vulnerabilidad y riesgo y porque representa la futura población activa de las naciones.

Las asociaciones pediátricas consideran “imprescindible” acometer un plan serio de ajuste en la reposición de las jubilaciones de pediatras y en la oferta del número de plazas de MIR de pediatría, necesarias para cubrir organizadamente la atención pediátrica en todos los niveles asistenciales, AP y hospitalaria, e incentivar la ocupación de aquellas plazas de difícil cobertura, como, por ejemplo, las que se encuentran en el medio rural.

En la carta al consejero responden a la mención sobre el modelo pediátrico de otros países, indicando que, en Gran Bretaña, por ejemplo, donde la atención de los niños se realiza por médicos generalistas, “las tasas de mortalidad de infecciones como meningitis, neumonías y asma son más altas que las registradas en nuestro país; la de supervivencia para algunos tipos de cáncer infantil es más baja, posiblemente asociada con el retraso del diagnóstico, y se constata un peor seguimiento de los menores con enfermedades crónicas”. Los niños representan el 25 por ciento del cupo de los médicos generalistas británicos, pero suponen el 40 por ciento de sus consultas, siendo más frecuentadores cuanto más pequeños; “esta carga asistencial sería difícilmente asumible por los médicos de familia en el sistema español”, aseveran.

Los portavoces insisten en que “España goza de un modelo de atención sanitaria pediátrico de altísima calidad que conforma una situación envidiable y es modelo para el resto de países europeos”, un modelo que garantiza la salvaguarda de la salud en estos pacientes y en el que los profesionales pueden desarrollar su carrera con satisfacción, concluyen.