Alberto Cornejo Madrid | miércoles, 17 de abril de 2019 h |

Por aquello de la estabilidad y trabajar con el mismo interlocutor, los más conservadores en la profesión farmacéutica bien se conformarían con no ver desfilar a tres ministros de Sanidad distintos —con sus respectivos equipos— a lo largo de los próximos cuatro años de legislatura, como así ha ocurrido desde 2016 con las etapas —no acabadas en ningún caso— de los Gobiernos popular y socialista. Un deseo que, si bien clave, no es el único con el que ‘concurre’ la profesión farmacéutica a los comicios de este 28 de abril.

De partida, el arranque de la campaña electoral no ha supuesto novedad alguna respecto a procesos anteriores. Una vez más, la farmacia comunitaria aparece con cuentagotas en los programas de las formaciones políticas para los comicios nacionales. Si al análisis se ciñe a la literalidad, solo el ideario del PP cita el impulso de “servicios farmacéuticos asistenciales” y el de Ciudadanos aboga por un empuje de la farmacia asistencial. Habrá que esperar a las elecciones autonómicas y locales del 26 de mayo para ver cómo las farmacias ya sí son más protagonistas del juego político. Ya saben: candidatos en pequeños pueblos prometiendo a sus votantes el mantenimiento de la botica, etc. ¿Les suena?

Así las cosas, la farmacia comunitaria bien puede afrontar la cita del 28-A como si del ‘día de la marmota’ se tratase. Y es que sus peticiones de cara a los partidos y el Gobierno resultante pasan por, entre otras, una mayor integración de los farmacéuticos en equipos multidisciplinares, en estrategias sanitarias, avance asistencial… ¿Les suena también?

Por ello, cabe preguntarse si será en esta legislatura cuando se alcance —por la vía de los hechos, no de las palabras— una integración “real y efectiva” de las farmacias en el SNS. Ser o no ser (parte del SNS) es, una vez más, la cuestión que parece rodear la cita electoral. Si se atiende al nuevo Plan para la reforma de la AP con el que finaliza esta legislatura (ver información inferior), el pesimismo se ha cargado de (nuevas) razones.

Peticiones ‘históricas’

Desde la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) se comparte que “la farmacia está acostumbrada a que desde el punto de vista político cuando interesa se le considere parte del SNS y, cuando no, no”, apuntan.

De vuelta a la cita concreta del 28-A, y mas allá de refrendar una vez más las peticiones ‘históricas’ aún no atendidas —reforzar el papel de la farmacia en la AP; apoyar servicios farmacéuticos, fomentar la colaboración multidisciplinar, etc.— desde Sefac se insta al futurible Gobierno a “crear la especialidad en Farmacia Familiar y Comunitaria como medida para facilitar la incorporación del farmacéutico comunitario en los equipos multidisciplinares”. Igualmente, Sefac apuesta por no dejar de lado a las farmacias “en todo lo referente a la atención sociosanitaria y domiciliaria”, así como no desaprovechar “el trascendental papel que tiene la farmacia rural en la España vaciada”.

Precisamente, cuando se le invita a este colectivo a realizar sus peticiones, desde la Sociedad Española de Farmacia Rural (Sefar) apuntan a los aspectos económicos. “Las bajadas de precio y márgenes y la despoblación han hecho que, ya no el futuro, sino el presente de la farmacia rural esté comprometido”, justifica su secretario, Jaime Espolita, para solicitar que “se establezca de manera urgente un fondo de compensación para estas farmacias que son fijadoras de población y sostén del modelo”, apunta.

FEFE: Suprimir decretos o revertir ahorro

Por su parte, la empresarial farmacéutica nacional FEFE también se acuerda del tan manido concepto últimamente de la España vaciada para reivindicar, por ejemplo, “el pago de las guardias obligatorias en el entorno rural”, indica su presidente, Luis de Palacio. “Y si, una vez deban pagarlas, las CC.AA. quieren replantearse cuáles son obligatorias y cuáles no, nos parecería lícito. Veríamos cómo algunas ya no parecen tan primordiales como ahora que son gratis”, dice.

Además de unirse a la reivindicación de un aprovechamiento asistencial “de verdad” de las farmacias, De Palacio también pide que se deroguen aquellos decretos con los que la farmacia financia directamente al SNS “o bien que al menos se cumplan no solo en su parte recaudatoria y sí en la reversión de esos ahorros en el propio sector que recogen muchos de ellos”. Junto a esta reversión, desde FEFE se pide al Ministerio que no despilfarre recursos como lo acontecido con la creación de un segundo nodo (Nodo SNSFarma) para canalizar la verificación de medicamentos “cuando ya existía Nodofarma”, recuerda.

Plan de Reforma de la AP: otro tren sin billete para la farmacia

El visto bueno dado el 10 de abril en el seno del Consejo Interterritorial del SNS al nuevo plan para la reforma de la Atención Primaria —si bien solo con el apoyo de las comunidades socialistas—, no ha hecho sino corroborar una nueva desilusión para la farmacia comunitaria. Una desilusión plasmada en la infrautilización de la red de farmacias en esta estrategia para renovar el modelo. Y es que, en un documento de 37 páginas en el que se recogen casi un centenar de medidas a acometer a corto y medio plazo para “adaptar las estructuras de AP” a los retos y necesidades sociosanitarias actuales, las farmacias solo aparecen (en su literalidad) en una de ellas. En concreto, en la acción que alude —de forma muy general e incluso cara al medio plazo— al “establecimiento de protocolos de colaboración entre los equipos de AP y los farmacéuticos comunitarios, con la coordinación de los farmacéuticos de AP, para la conciliación de la medicación, la optimización de la farmacoterapia, el aumento de la seguridad y efectividad de los tratamientos, la mejora de la adherencia y la reducción de la utilización inadecuada de los medicamentos”. Podría haber sido incluso peor. Y es que esta única acción que involucra a la farmacia comunitaria en protocolos de colaboración fue incluida por el Ministerio de Sanidad en la última versión del documento, la que fue presentada y debatida con las CC.AA.