Cambios en las guías de clampaje del cordón umbilical

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En los últimos años, ha habido bastante controversia en el manejo del cordón umbilical en el momento del nacimiento, ante la falta de consenso entre profesionales en torno a cuál es el momento óptimo y la técnica más recomendada para llevarlo a cabo.

Este ha sido uno de los temas principales abordados durante la jornada Hot Topics 2020, en el que especialistas en Neonatología dieron a conocer los últimos avances en Neonatología.

Las guías de actuación actuales indican que el clampaje (pinzamiento) del cordón umbilical se debe retrasar al menos 60 segundos en los recién nacidos a término que no precisan medidas de reanimación y en los prematuros, pues les beneficia en su adaptación a la vida fuera del útero y en su desarrollo neurológico. También se asocia este beneficio con un menor riesgo de hemorragia cerebral y menor mortalidad.

En este sentido, la evidencia actual demuestra cómo el retraso del pinzamiento del cordón al inicio de la respiración tras el nacimiento tiene importantes beneficios, lo que se entiende hoy como clampaje o pinzamiento fisiológico que depende de cada recién nacido. Por lo tanto, es necesario individualizar cada nacimiento.

En concreto, en el grupo de niños que requieren reanimación, las guías vigentes indican el clampaje inmediato.

Asimismo, para beneficiar el paso de sangre de la placenta al recién nacido, en algunos centros se utilizaba la técnica de ordeño, es decir, exprimir la sangre del cordón al recién nacido en el momento del nacimiento, antes de cortar el cordón umbilical.

“Se debe abandonar la práctica del ordeño del cordón umbilical previa antes de cortar el cordón umbilical en los prematuros”

En cambio, esta práctica se debe abandonar en la asistencia clínica, al menos en los grandes prematuros, y quizás, esperar a un futuro el resultado de los estudios que se están realizando en los nacidos a término.

Los resultados obtenidos en un estudio multicéntrico realizado a más de 500 recién nacidos indican que esta técnica no es segura para los niños más inmaduros, los que nacen entre las semanas 23 y 25 de gestación, pues puede incrementar el riesgo de hemorragia intracraneal y fallecimiento.

Por lo tanto, es interesante que la comunidad neonatal conozca estos hechos porque es una técnica que en un momento dado en el recién nacido a término puede ser beneficiosa, pero en el recién nacido más inmaduro, no debe emplearse por los riesgos que ocasiona.

Esto va a suponer un cambio y una llamada de atención y de preocupación en este tipo de actitudes en el momento del nacimiento.

Bebé recién nacido.