| viernes, 26 de enero de 2018 h |

La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) lleva tiempo dando en la diana. Gran parte de la reforma que necesita nuestro sistema sanitario pasa por el trabajo multidisciplinar. El farmacéutico viene reclamando cada vez con más insistencia un espacio en los equipos asistenciales. Son muchas las tareas en las que puede colaborar: seguimiento farmacoterapéutico, adherencia, personalización del tratamiento, recomendaciones para evitar efectos adversos…

Existen ya experiencias positivas en España y en todo el mundo. Los programas de optimización de antibióticos, los denominados PROA, son un ejemplo de los resultados positivos que puede ofrecer la colaboración entre médicos y farmacéuticos. En patologías como esclerosis múltiple, VIH o en cáncer también se han producido casos de éxito que han permitido mejorar la calidad de vida y la satisfacción del paciente.

Pero esto es solo la punta del iceberg. La colaboración tiene que producirse a todos los niveles. No solo es cuestión del farmacéutico. Especialistas de diferentes áreas deben colaborar en este contexto cambiante. La aparición de innovaciones que han traído multitud de beneficios como pueden ser los anticuerpos monoclonales conllevan también unos efectos secundarios que hacen necesario que el contacto entre especialistas sea continuo. Hemos visto en los últimos meses acuerdos de colaboración entre diferentes sociedades científicas. El más reciente quizás es el de las sociedades españolas de oncología médica y de enfermedades infecciosas y microbiología clínica (SEOM y Seimc).

La estructura organizativa del hospital necesita una reforma. Los servicios deben flexibilizarse e ir dando paso a unidades de gestión clínica que integren a todos los especialistas que intervengan en el tratamiento una patología concreta.

El cambio ya ha comenzado a producirse gracias a la iniciativa de los profesionales, más que conscientes de las necesidades del paciente. La Administración marcha a ritmo más pesado. El real decreto de gestión clínica lleva parado más de dos años a pesar de las recomendaciones del Consejo de Estado para que comenzara su tramitación y de que era uno de los puntos del acuerdo firmado por el Gobierno y el Foro de la Profesión Médica.