| viernes, 03 de mayo de 2019 h |

Tras las elecciones generales el Congreso de los Diputados dibuja un panorama totalmente distinto al de la pasada legislatura, al menos en el plano sanitario. Los cuatro portavoz de la comisión de Sanidad que hasta ahora conocíamos no estarán presentes en la Cámara Baja y sus cargos serán ocupados por savia nueva. Cabe esperar mucho y bueno de esto porque los perfiles de varios de los diputados actuales destacan por su carácter sanitario y es cierto que los anteriores protagonistas, que hicieron un gran trabajo, comenzaban a transmitir síntomas de agotamiento y alguna que otra dosis de crispación.

Si se dirige la mirada hacia el Poder Ejecutivo los cambios que se vislumbran no son de calado. Y no tiene por qué. La gestión del Gobierno de Sánchez durante sus nueve meses de mandato ha recibido el apoyo mayoritario de los españoles y la continuidad parece lo oportuno. En el Ministerio de Sanidad se lo han tomado así incluso antes de celebrarse las elecciones. María Luisa Carcedo siguió, ha seguido y seguirá con su agenda. Esta semana ha vuelto a citar a las comunidades autónomas a un Consejo Interterritorial. Es cierto que la fecha no es la ideal por la cercanía de las elecciones autonómicas y el periodo en funciones del Gobierno pero el respaldo de las urnas disipa dudas y críticas a partes iguales.

Aunque es muy pronto para hablar de si Carcedo continuará con la formación del nuevo Gobierno, los indicios apuntan a que sí a menos que ella misma tome la decisión de dejarlo. Es la secretaria de Sanidad del Partido Socialista y, por tanto, principal responsable del programa político de esta cartera. Es miembro de la Ejecutiva afín a Sánchez, no ha pisado ningún charco incómodo y ha sido tenaz en su agenda a pesar de los periodos electorales. El único pero que se podría argumentar es que no fue la primera apuesta de Sánchez pero también es cierto que el Ministerio de Sanidad ha tenido demasiados inquilinos en los últimos tiempos como para tener a una nueva interlocutora.

Otra de las posibilidades que podrían derivar en un cambio en Sanidad es si el PSOE finalmente opta por un gobierno de coalición. No es la intención pero la posibilidad está ahí y las negociaciones serán intensas. Si esto se consumase, entonces podría contemplarse que el Ministerio cayera bajo la responsabilidad de otro partido.