El mismo día que Carolina Darias tomaba posesión de su cargo como Ministra de Sanidad, un año antes, Salvador Illa comparecía en el Congreso de los Diputados para explicar la estrategia del Ministerio para el 2020. Nada hacía presagiar que semanas después una pandemia paralizaría al mundo.

Ese día marcaba la agenda. Agenda que sigue en el mismo punto e incluso con más tareas pendientes. Entre los asuntos que el departamento sanitario tenía por delante estaban varias estrategias en diversas materias. Asuntos sin resolver que la pandemia ha cronificado y que ahora más que nunca requieren de una materialización antes de que el Sistema Nacional de Salud (SNS) colapse.

Carolina Darias tiene por delante meses complicados, más allá de la gestión de la COVID-19. Está claro que esta crisis seguirá estando entre nosotros pero aprender a convivir con ella sigue siendo una prioridad de primer orden.

El abordaje asistencial de enfermedades como el cáncer debe seguir su curso. En el último año, estos servicios sí que han aprendido a lidiar con el virus pero deben contar con herramientas que el propio sistema les facilite para avanzar en la lucha contra el cáncer. Un ejemplo: el diagnóstico molecular.

Estos días ha tenido lugar el VI Simposio Biopsia Líquida. Una cita de referencia para la oncología española que lleva años peregrinando hacia la medicina de precisión. “El final del camino” en la lucha contra esta enfermedad. Y en este camino, la biopsia líquida se alza como la punta de lanza. Sin embargo, a pesar de lo que aporta su uso no está extendido en nuestro país. El acceso de los pacientes a estas tecnologías abriría la puerta a las nuevas terapias. ¿Cómo? Con una Cartera Común de Biomarcadores. Oncólogos de todo el país llevan años inistiendo en ella y en este cónclave lo han hecho con más fuerza. La comunidad científica trabaja en la búsqueda de nuevas determinaciones moleculares, sin embargo, en España no está garantizado el acceso a los biomarcadores básicos. SEOM completó esa cartera hace unos meses y se la facilitó al Ministerio. A la espera de una respuesta la comunidad oncológica sigue insistiendo, evidencias mediante, que es una necesidad urgente.

De este modo Darias y su equipo tendrán que incluir en esta gestión monográfica de la COVID-19, la continuidad del sistema sanitario. Además del cáncer, la Salud Mental está a la espera de ver una actualización en su estrategia nacional. Un Plan Nacional de Prevención del Suicidio con recursos suficientes, indicadores y evaluación para asegurar que es efectivo completan estas acciones. Las comunidades autónomas ya trabajan en paralelo. Seguir la misma estela con una buena coordinación puede ser clave para desatascar a todo un SNS que necesita dar un paso más hacia una nueva normalidad.