El otoño ha empezado con los motores a pleno rendimiento en todos los vértices del sector sanitario. Vértices que convergen en un mismo punto: la innovación. Parafraseando al presidente de Farmaindustria, esta pandemia nos ha hecho ver más claramente que no hay economías sin salud; que no hay salud sin medicamentos y vacunas; y que no hay medicamentos y vacunas sin I+D.

En este punto se encuentra la comunidad científica: buscando nuevas evidencias que ayuden a despejar los interrogantes frente a la COVID-19. Y las hay. Así quedó constatado durante el Memorial que organiza la Fundación que preside Arturo Fernández Cruz. Los principales investigadores en el campo de la inmunología y microbiología se dieron cita en este encuentro.

La inmunidad y las evidencias en torno a ella son foco de atención de la investigación mundial. Además, la apuesta decidida de las compañías por adelantar la llegada de la vacuna es algo incuestionable a día de hoy. Desde el CSIC, el equipo de Luis Enjuanes también trabaja de manera incansable, con unos resultados que con toda probabilidad verán la luz pronto.

Pero para seguir innovando hace falta inversión. Así lo volvieron a remarcar también los investigadores. Esta vez del campo de la oncología pero trasladable también a otras áreas. Sin inversión, la investigación y la innovación corren el peligro de sufrir un bloqueo.

Esta pandemia nos ha enseñado que no hay economías sin salud; salud sin medicamentos; y medicamentos sin I+D

Europa avanza a un ritmo ágil en este sentido. Conscientes de que su plan de Horizonte 2020 no llegó a despegar del todo, ultima los detalles de su Horizon Europe: el plan que marcará los próximos años. El objetivo no es otro que ofrecer una ciencia de calidad. Eso sí, la colaboración y la cooperación será fundamental en este nuevo camino. Catalizar la innovación de ciencia y tecnología en el desarrollo de nuevos fármacos es una prioridad a nivel comunitario. Para ello, se pondrá el foco en la medicina de precisión. A estas alturas, nadie duda de que es imposible plantear un desarrollo que no venga medido por esto.

Lo que está claro es que Europa tiene que prepararse. Si algo ha demostrado esta crisis es que no estábamos preparados para hacer frente a amenazas sanitarias. La innovación y la investigación no pueden ser mundos separados, y así es como la Comisión Europea pretende arrancar el 2021.