A estas alturas no cabe ninguna duda de que la pandemia de COVID-19, por urgente e importante, ha restado un tiempo imprescindible para buscar soluciones a otros problemas cruciales que nos ocupan desde hace años. Ahora que todos somos conscientes de que la situación va para largo, el esfuerzo se centra en buscar la manera de recuperar lo que hace solo unos meses era absolutamente prioritario.

En este nuevo equilibrio, el objetivo de frenar el cáncer ha vuelto a situarse en un primer plano. Hay muchos ejemplos. Uno de ellos, el gran apoyo recibido en el Senado a una moción impulsada inicialmente por la socialista Esther Carmona, cuyo texto final ha sido pactado con el Partido Popular, representado en Antonio Alarcó. El texto insta al Gobierno a elaborar un plan de Cáncer COVID-19 así como a impulsar la Genómica y medicina personalizada en la Estrategia en Cáncer. Una estrategia que debe ser renovada, como claman desde hace tiempo también los oncólogos españoles.

Junto a este paso, que deja la pelota en el tejado del Ejecutivo, la Unión Europea también sigue avanzando con el objetivo de salvar más de tres millones de vidas para 2030. Dentro del programa de investigación Horizonte Europa, se crearon cinco misiones para ofrecer soluciones a los principales desafíos, una de ellas sobre cáncer. Un equipo de expertos ha preparado este informe específico que lanza 13 recomendaciones que no dejan nada en el tintero.

El apoyo al Plan de Cáncer COVID-19, la misión europea en cáncer y el congreso de SEOM han situado la oncología en primera línea informativa

Por su parte, la Sociedad Española de Oncología Médica ultima los detalles de su encuentro anual, que se celebrará de manera virtual del 19 al 23 de octubre. La idea de fondo está clara: si queremos consolidar la medicina de precisión es necesario desarrollar una cartera de biomarcadores. Un paso que ha de darse sobre un Sistema Nacional de Salud que debe reinventarse. Lo ha manifestado así su presidente, Álvaro Rodríguez-Lescure, que detalla cómo puede llevarse a cabo.

“Desde su organización, a la dimensión y cualidad de sus plantillas, contratando más médicos, enfermeras, biólogos, matemáticos, bioinformáticos, especialistas en big data”, resume. Añade que hace falta, en su opinión, “un sistema que nos permita evaluar lo que hacemos, porque hay que planificar y definir qué estamos haciendo bien y, sobre todo, qué estamos haciendo mal y qué es necesario no hacer”.

El experto subraya que “hay una revolución en ciernes de un montón de temas de los que llevamos hablando diez años, pero que exigen una reforma profunda del diseño del sistema”, algo que, por otra parte, el especialista admite que “es muy complicado”.