Si realizáramos un balance de cómo está la sanidad coincidiríamos en el diagnóstico. Los profesionales sanitarios, especialmente el personal médico y de enfermería, se encuentran agotados. Apenas nos estábamos recuperando de la primera ola de Covid-19 y ya nos vemos envueltos en la segunda.

Más proteccion y concienciación

Con el nuevo esfuerzo de los sanitarios, hay ahora más protección de la población y más concienciación de la mayoría. Pero ni así se garantiza que no rocemos el colapso sanitario con una alta ocupación de camas hospitalarias por Covid-19 que ya existe.

“Volvemos a sobrevolar por las medidas que confinen al virus, y con éste a las personas”

El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Paco Igea, decía que la gravedad de la situación hospitalaria le llevaba a pensar que deberían sacar a los pacientes a la calle. Intentaba explicar de manera gráfica la saturación hospitalaria en la región. Estamos otra vez aquí, ahora con más test que antes, con más protección (mascarillas, distancia) que antes y con mas prudencia que antes. Pero aún así, volvemos a sobrevolar por las medidas que confinen al virus, y con éste a las personas.

Mientras que la mayoría de la sociedad sufre por un recorte de la vida social, un impacto en las relaciones personales y el riesgo de sus empleos, los profesionales lo afrontan de otra manera. No, no parece que vayan a perder su empleo los sanitarios, pero su salud está sometida a un estrés recurrente desde la primera ola. Cuando apenas han descansado de los efectos por la tensión sufrida en los anteriores meses, se vuelven a ver inmersos de nuevo en un escenario de máximo estrés.

“La urgencia no es cubrir de cualquier manera la necesidad de profesionales, sino que sean  personas cualificadas”

El CISNS ya ha acordado medidas coordinadas frente a la pandemia de Covid-19 que es preciso se contrasten con los comités de especialistas y profesionale correspondientes.

Escuchar necesidades y posibles soluciones

Por eso, no parece razonable legislar a espaldas de los que están dando la cara en los hospitales y centros de salud. Los médicos y médicas de España están preocupados porque haya personas no comunitarias que no cualifiquen para realizar tareas de especialistas. Y es que es de sentido común.

La necesidad de un puesto de un especialista no se solventa con un médico no formado. En realidad se empeora la asistencia. Pero volvemos a lo de siempre: toman decisiones que no se han debatido con aquellos a quienes les afecta. Los 158 votos a favor en el Congreso de los diputados fueron suficientes contra las 190 abstenciones. La urgencia no es cubrir de cualquier manera la necesidad de profesionales, sino que sean  personas cualificadas. O escuchamos a los implicados, o volveremos a equivocarnos en las mismas cosas, o en otras nuevas.