Víctor Aznar Marcén, presidente del Sindicato de Enfermería, SATSE | lunes, 19 de diciembre de 2016 h |

Nuevo año, nueva legislatura, nueva ministra… Los que no cambian son los discursos bienintencionados de nuestros representantes políticos cuando acceden a un puesto de responsabilidad. Dolors Montserrat no ha sido una excepción. En sus primeras intervenciones públicas o encuentros con asociaciones y colectivos varios se ha comprometido a trabajar con todos y para todos por el bien común de mantener y mejorar nuestro Sistema Nacional de Salud. Y lo hará, ha dicho, teniendo muy presente la decisiva importancia de sus profesionales para la consecución de este objetivo.

El punto de partida, como siempre, es el deseado. Lo que, lamentablemente, también suele suceder es que los compromisos verbales, e incluso, por escrito, no llegan a hacerse realidad en su práctica totalidad. Claro ejemplo es el Pacto por la Sostenibilidad y Calidad del Sistema Nacional de Salud, que, más de tres años después de su firma en Moncloa, en presencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no ha cumplido, en modo alguno, las expectativas generadas.

Ministra, ¿seguirá este pacto en punto muerto o pretende impulsarlo y desarrollar las actuaciones comprometidas?, ¿trabajará para crear más empleo enfermero y nuevos espacios laborales?, ¿buscará acabar con la temporalidad y la precariedad laboral?, ¿impulsará el desarrollo efectivo de todas las especialidades de Enfermería?, ¿qué hay de la Conferencia Enfermera, con todos los representantes de las comunidades autónomas?

Cuestiones todas ellas de indudable calado para el desarrollo profesional y laboral de un colectivo que, después de ver gravemente deteriorado su trabajo en los años de crisis, espera que la recuperación económica que afirman ya es un hecho se traslade de las palabras a los hechos.

Mención aparte merece la urgente necesidad de que se enmiende el craso error cometido por su antecesor en el cargo, Alfonso Alonso, y se modifique un Real Decreto de prescripción enfermera que no gusta a nadie y perjudica a todos.

Ministra, resulta ciertamente chocante que desde su partido se nos pida ahora a enfermeros y médicos que dialoguemos y consensuemos al respecto cuando ya existía un acuerdo a nivel profesional, político e institucional y fue su propio Gobierno el que lo rompió, en el último momento, aprobando un texto normativo diferente al pactado.

No hay que ponerse la venda antes que la herida, por supuesto, y habrá que evaluar la acción ejecutiva de la actual ministra en función de sus actos y decisiones, pero lo que está claro es que, perdido un año por las trifulcas políticas que no posibilitaron tener antes un gobierno, la sanidad y sus profesionales de Enfermería no pueden esperar más.

Ministra, los profesionales enfermeros, al igual que la organización que presido, comparten su declarada intención de ofrecer una óptima atención sanitaria a los ciudadanos. Quieren, pero, en estos momentos, no pueden. Esperemos que en esta nueva etapa las cosas cambien. En su mano está.


Mención aparte merece la urgente necesidad de que se enmiende el craso error del RD de prscripción enfermera