Por Antonio Alarcó Hernández, Catedrático. Doctor en Ciencias de la Información y Sociología Senador. Portavoz de Sanidad

Antonio Alarco

En un mundo globalizado como el actual, cualquier alteración de la situación que la altere y que como fenómeno sociológico tiene sus debilidades y fortalezas (en este caso más ventajas), se ha puesto de manifiesto la gran debilidad que se tiene ante fenómenos adversos microscópicos (ultramicroscópicos) como el Coronavirus-19, que ha puesto en solfa nuestra existencia y puede seguir poniéndola, si de alguna manera u otra, no conseguimos controlarla con una vacuna eficaz.

No es baladí que un país como China (dictadura comunista disfrazada de capitalista), que los últimos siete microorganismos (coronavirus) han salido de esa dictadura cosa que nos lo tenemos que hacer ver. Como buena dictadura la falta de libertad de prensa se paga muy cara, y a veces hasta con la vida, como ocurrió con el compañero oftalmólogo chino que dio a conocer la existencia del Covid-19, dos meses antes de lo que reconoció el Gobierno y que le costó la vida a él y a muchos ciudadanos de todo el mundo de forma innecesaria.

No hemos salido de la pandemia, sino estamos con la pandemia

Ante esa debilidad evidente frente a los microorganismos en general, tenemos la obligación de hacer planes globales, valientes, científicos que impidan su existencia, su expansión o combatir con contundencia y eficacia. Sobre todo, con exigencia de transparencia.

El coronavirus-19 ha puesto de manifiesto que la vulnerabilidad ante estos fenómenos es muy grande y somos de los que pensamos que para que las cosas funcionen en emergencia, tienen que funcionar en la normalidad (test de estrés a los sistemas sanitarios y simulacros). Cosa que no se ha hecho en este país y que es un principio básico de la emergencia y los servicios sanitarios.

En estos momentos alarmantes de la vida, en donde el coronavirus-19 que salió una vez más de una dictadura comunista como la China y que está poniendo a la humanidad en solfa, surge un nuevo fenómeno como es la “INFODEMIA”, fenómeno periodístico global que se ha vuelto pandémico y tóxico.

El término “INFODEMIA” se aplica para referirse a la sobreabundancia de información (ya sea verdadera o falsa), sobre un tema concreto como es el caso que comentamos, el Coronavirus-19. El término se deriva de la unión entre la palabra información y la palabra epidemia. Se relaciona con conceptos similares como fake news o intoxicación, en la medida en que la cantidad y exposición de ésta se intensifica. Generalmente, los datos que se difunden en una  infodemia tienden a ser falsos, lo que desvirtúa la fuente confiable de información que buscamos ofrecer datos relevantes acerca de un tema específico.

La “INFODEMIA” surge como resultado de la rápida propagación de datos por los medios de comunicación de libre acceso como las redes sociales, tales como Facebook, Instagram, o WhatsApp.

La inexistencia de filtros de veracidad de estas plataformas propicia la desinformación del público, generalmente inexperto y que se propaga imparablemente la pseudociencia.

Las “INFODEMIAS” pueden propagarse por errores, desinformación y rumores durante una emergencia de salud, lo que puede dificultar una respuesta efectiva y crear confusión y desconfianza entre las personas.

En el caso de brotes de rápida evolución, el ritmo de propagación de información es extremadamente acelerado, sobre todo en la medida de que se trata de un tema universal.

A veces se propaga siendo deliberadamente errónea

Sin embargo, en otros casos, la circulación de afirmaciones falsas previamente comentadas puede ser difundida con buenas intenciones por personas que no tienen fuentes o recursos para valorar la validez de la información.

Cuando uno profundiza en la historia de esta terminología, encontramos que en febrero de 2020, tras la pandemia de Coronavirus-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) oficializó el término para describir la exuberancia de desinformación y rumores que se crearon alrededor de la enfermedad. Al tratarse de un virus nunca visto, la demanda por información permanente para entender cómo controlar y erradicar el virus comenzó a ser una necesidad de primera mano y de orden internacional. Con la actualización de la ciencia, aumentan las expectativas de encontrar respuestas científicas inmediatas, lo que presiona a la comunidad científica para operar a la misma velocidad que los medios sociales y las plataformas de mensajería constantemente, lo que publica la OMS y Wikipedia.

Las ciencias tienen unos tiempos determinados y además tienen que ser auditables, comprobables y controlables. Es muy fácil y demasiado frecuente que los tiempos periodísticos, jurídicos y políticos y ahora los tiempo científicos se quieran unir pero son distintos y la unión crea distorsiones y falsedades

Se ha pasado de la intoxicación informativa individual a la epidemia informativa colectiva

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva tiempo usando la palabra “INFODEMIA” para referirse a la sobreabundancia informativa falsa y a su rápida proyección entre las personas y los medios.

En nuestro país, el Gobierno ha practicado desde el principio de liderar la pandemia la “INFODEMIA” como técnica para no asumir con transparencia lo que estaba ocurriendo, lo que esta ocurriendo y los que vemos pueda ocurrir.

La ocultación mantenida de los datos sobre la mortalidad, que está provocando la pandemia, la ausencia de portal de transparencia, la autorización del estado de alarma tarde y mal y utilizando el estado de alarma para otros menesteres. Como la modificación de la Comisión del CNI, para introducir a Pablo Iglesias; la modificación de la despenalización de las injurias a la Corona; el aumento de los cargos; la reforma educativa; el abuso de la contratación pública de emergencia; modificar los reglamentos de indultos; acercamiento de los presos etarras; cambio de MUFACE a la Seguridad Social de los funcionarios; son datos más que evidentes de la producción de una “INFODEMIA” tóxica.

Somos de los que pensamos que la vida es circular y que todas estas tropelías tendrán sus consecuencias antes las instituciones naciones y europeas.

Este Gobierno y su nefasta gestión de la crisis sanitaria ha utilizado el fenómeno de la “INFODEMIA” como técnica pero no ha conseguido que no saliera y saldrá toda la verdad.